El canciller Eladio Loizaga dijo ayer que “ningún Estado” en el ámbito de las Naciones Unidas puede prohibir, pero sí tienen la obligación de proveer la información requerida, aludiendo a la construcción de la planta de uranio en Formosa. La factoría producirá el combustible de las centrales nucleares.

El plan argentino de construcción de la planta de uranio en Formosa, que sigue sin pausa, es impulsado por la estatal Dioxitek SA. Estará asentada en una parcela federal de 59,5 hectáreas, a 16 kilómetros de la ciudad de Formosa (Ruta nacional Nº 81); a 20 kilómetros de Alberdi y 90 kilómetros de Pilar en línea recta.

El canciller Loizaga anunció que este tema será conversado durante la visita que realizará el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, desde mañana 19 de junio hasta el 22 de este mes. El organismo tiene su sede en Viena, Austria y tiene un rol indispensable para la no proliferación de armas nucleares a través de la verificación de los compromisos de los estados miembros relacionados con el uso pacífico de la energía nuclear.

Consultado sobre la planta de uranio, Loizaga refirió que “ningún gobierno en el marco de la OIEA y los acuerdos firmados puede oponerse, pero sí tiene el derecho de tener toda la información relativa a la construcción, la producción y la observación de las medidas de seguridad que tienen que ser extremas, eso está consagrado en el Convenio de Seguridad de Energía Nuclear”.

Insistido en que si Paraguay no cuestiona significa que hay satisfacción con las informaciones proveídas por el Gobierno de Argentina, respondió: “Hay todavía informaciones adicionales que las tiene que manejar la entidad reguladora y la Comisión Nacional de Energía Atómica”.

Loizaga indicó que “las puertas están abiertas” y el Gobierno ha hecho trámites a través de los canales diplomáticos para recibir la información.

Requerido por qué no se cumplió la invitación cursada por autoridades argentinas para visitar las instalaciones nucleares en el vecino país, señaló que el convite está abierto y solo depende de organizarla con la Autoridad Reguladora Radiológica y Nuclear, a cargo del Ing. César Cardozo.

La factoría Dioxitek prevé recibir el uranio natural y convertirlo en dióxido de uranio. Ese material luego se enviará a Ezeiza, provincia de Buenos Aires, para la elaboración del combustible para las centrales nucleares del vecino país. El 99% de las acciones de la estatal Dioxitek las posee la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y 1% la provincia de Mendoza.