La Argentina tiene mucho por hacer aún, pero creo que va a reestablecer los lazos con otros países que habían desaparecido con la administración kirchnerista. El país está en un gran momento y es hoy una de las buenas noticias de América latina. Francesco Starace, CEO global del grupo italiano Enel -controlante de Edesur, entre otras compañías- fue el primero, pero no el único, que en un panel dedicado a hablar de la energía, mencionó una y otra vez a la Argentina, como punto de interés para las inversiones del sector. Fue durante una de las primeras sesiones del capítulo regional del World Economic Forum (WEF), un encuentro que desde hoy congrega a mas de 550 participantes, entre líderes de empresas y funcionarios públicos de diferentes países.
El foro, de hecho, concentró su atención en la mañana de hoy en la presencia del presidente Mauricio Macri que, en su discurso para convencer a los inversores, se refirió entre otros puntos al tema de las energías de fuentes renovables. "En una licitación que hicimos para energías termoeléctricas tuvimos ofertas que multiplicaron por siete lo necesario, y pensamos que va a pasar lo mismo con las renovables", dijo Macri, frente a un auditorio repleto y desde el escenario que compartió con su par colombiano, Juan Manuel Santos.
En el panel sobre desarrollos energéticos, el argentino Marcos Bulgheroni, vicepresidente del grupo Bridas, dijo que hace falta "que el gobierno y el sector privado trabajen juntos, porque ha habido falta de confianza pero hay que alimentar el diálogo constante para sanar las diferencias". El empresario puso énfasis en contarle a los oyentes sobre la potencialidad del área de Vaca Muerta, "que garantizaría el consumo interno para la Argentina por 40 años". Sobre ese yacimiento, dijo que se necesita tiempo y mucho capital adicional, ya que se está en una etapa temprana de la curva de aprendizaje.
"La Argentina se va a convertir en un lugar de gran potencial en petróleo y gas. Es un país que está logrando progresos muy positivos", apuntó por su parte Andrew Brown, director global del área de Exploración de la compañía Shell, que sostuvo que América latina es parte central en los planes de la petrolera y que el desafío para el mundo es "cómo entregar más energía con menor emsión de dióxido de carbono".
Dijo que la firma tiene, en el mundo, un porcentaje de su producción en energías renovables, pero que se sigue a la vez explotando en mayor medida las fuentes tradicionales para garantizar la provisión de servicios. "Existe todavía una brecha amplia entre las tecnologías emergentes, que no han podido dar beneficios a sus accionistas", dijo. "Si el consumo de petróleo crece y el precio baja, hay que pensar cómo hacer competitivas las energías de fuentes renovables", afirmó. Y admitió que la baja en el valor internacional del petróleo llevó a planes de reducción del personal en un plan de fuerte baja de costos.
Sobre el desafío de más energías limpias -los países tienen por lo general metas fijadas en cuanto a que un porcentaje de sus matrices sean de fuentes renovables- Starace recomendó pensar las políticas y estrategias para el largo plazo y elminar todo incentivo a la energía de fuente fósil.
También Renat Heuberger, CEO de South Pole Group, una firma suiza orientada a ofrecer soluciones de sustentabilidad para diferentes industrias de la actividad económica, sostuvo que como las energías renovables requieren enfrentar altos costos, hace falta el financiamiento. Recomendó que desde los gobiernos existan reglas establecidas de manera transparente, e hizo un llamado a preocuparse por la falta de equidad en materia de acceso a la energía para distintas poblaciones.
América Latina está creciendo a pasos agigantados, la clase media está sosteniendo la economía regional y el consumo se convirtió en el principal jalonador del crecimiento económico. Esa es la realidad concreta. Y para poder soportar ese escenario, para algunos prometedor, para otros crítico, la sociedad necesita energía.
La necesidad creciente es tan amplía que ya surgen preguntas sobre cómo sostener la demanda a la que llegará la región en el 2050, cuando el consumo se va a incrementar por tres. Entonces, ¿cómo se puede adaptar el sector energético de América Latina a las nuevas realidades globales?
Un grupo de líderes, reunidos en el Foro Económico Mundial versión Latinoamérica, trataron de buscar respuestas. Marcos Bulgheroni, vicepresidente ejecutivo y miembro de la junta directiva de Bridas Corporation, uno de los grupos petroleros más importantes de la región, hizo una lectura amplia: “El precio del petróleo sigue a la baja y estamos viviendo lo mismo que pasó en 1986, cuando la crisis la generó el exceso de oferta. La OPEP está redefiniendo su papel en el mercado porque decidió que no iban a afectar el precio. El negocio del gas también está cambiando, el desafío está en el mecanismo de precios porque se establecieron en índices basados en el petróleo y eso cambió, lo va a determinar la oferta y la demanda, y no el valor del barril de petróleo. El gas licuado hará que los precios converjan”.
Agregó que “lo que se está dando es una redefinición de los actores. Nuevos equilibrios entre los gobiernos centrales y los regionales, con los sindicatos, con las comunidades y con los temas tributarios. Y todo esto porque antes era una industria con mucho dinero, y ahora no se tiene el mismo recurso”. Y sentó su posición frente al futuro: “Parece obvio que hay que trabajar en común acuerdo el sector público y el privado, pero ha habido desconfianza, y hay que trabajar en ese diálogo. Hay que buscar una integración energética regional donde ganen todos los países: Argentina, Brasil y Paraguay ya la tienen, se están construyendo otras cinco o seis redes, y eso es integración del sector eléctrico”. Eso es lo que la región necesita, recalcó.
Por su parte, Francesco Starace, experto en el negocio energético, CEO, Enel Group., recordó que “esta es una parte del mundo que tiene muchos recursos naturales y un potencial subutilizado. Hay que construir infraestructura porque no sólo se trata de generación, se trata de transmisión y distribución de la energía. El potencial se podrá hacer efectivo si los gobiernos de América Latina le ponen la debida atención”. Y soltó una muy interesante reflexión que le cae como anillo al dedo a la industria colombiana: se “debe trabajar a largo plazo para jalonar más inversión. Hay que eliminar los actuales incentivos que se le dan al sector energético para que obre la fuerza del mercado”.
Y Renat Heuberger, CEO y presidente adjunto de South Pole Group, puso el lado ambiental. “Hay muchos cambios en América Latina, la demanda de energía se va a triplicar para el 2050 y aún existe mucha dependencia de los fósiles, además ya se sienten los problemas climáticos. Colombia lo ha vivido con el fenómeno de El Niño y La Niña. Se están emitiendo muchas toneladas de CO2. Lo que hay que hacer es bajar 60% esa producción de CO2, bajar la temperatura”.
Habló de un punto esperado: las energías renovables. “La realidad es que han bajado los precios de la energía solar un 15%, se está volviendo muy popular precisamente por la reducción de los costos. Hay que recordar que en América Latina hay 34 millones de personas que no pueden pagar la energía tradicional, por eso la energía renovable se necesita, pero es claro que es más cara que la tradicional, entonces hay que revisar el tema de los subsidios. Debe ser más armónico para todos. Hay que reconsiderar el papel del Gobierno, no hay que cambiar la estabilidad jurídica porque hay que entender las inversiones que se hacen para poder trabajar en una necesidad bien importante: estaciones de energía solar y eólica”.