Según dio a conocer el portal de Chile El Mercurio, ante escenario de precio del cobre más bajo:esta sería una de las alternativas que estaría estudiando la minera estatal. Otra opción sería disminuir el ritmo de ascenso del proceso, para alcanzar la meta de producción estimada de la mina, pasando de un lapso de siete a nueve años.
Al menos, un par de alternativas evaluaría Codelco para enfrentar un peor escenario de precios del cobre, situación muy probable. Entre las opciones figuraría la posibilidad de postergar en un año la entrada en operación de Chuquicamata Subterránea, o bien, ralentizar el ramp up -proceso para llegar a la producción máxima estimada del nuevo yacimiento- y alcanzar su volumen óptimo de producción en nueve y no siete años, como está previsto.
A la fecha, la entrada en operación de la iniciativa que contempla una inversión por US$ 4.200 millones -aunque el monto es susceptible de recortes- y cuyas obras presentan un 30% de avance, está contemplada para enero de 2019. Sin embargo, dependiendo de cómo se comporte el mercado, la administración podría optar por una de las alternativas mencionadas.
Fuentes conocedoras comentan que hoy se analiza cuál de estas opciones permite un ahorro mayor y el impacto que tendría cada una de ellas en la caja futura. Esto, porque posponer un año la entrada de la iniciativa implicaría extender por el mismo período la operación del rajo abierto, hoy con leyes de mineral -tonelada de cobre extraída por roca removida- muy bajas y con altos costos de producción.
Consultada Codelco, dijo que no existen planes para retrasar la iniciativa y que todo avanza en los plazos programados.
La estrechez de caja por la que atraviesa la estatal ya no es un secreto para nadie, y la posibilidad de que la empresa reciba la capitalización comprometida por parte del Estado -unos US$ 800 millones- es una opción cada vez más lejana, dada la estrecha situación fiscal. Por lo mismo, advierten conocedores, la administración que lidera Nelson Pizarro redoblaría esfuerzos en ahorros, dado el difícil escenario de bajos precios del metal, costos aún altos, en muchos casos sobredotación, bajas leyes de mineral y yacimientos que se están agotando.
Al mismo tiempo, el desarrollo de los proyectos estructurales -necesarios para mantener la producción de Codelco a futuro- requiere inversiones millonarias que parecen cada vez más complejas, y el endeudamiento de la minera ya es alto.
Al primer trimestre del año, la minera alcanzó una deuda de US$ 13.121 millones y un ratio de deuda neta sobre Ebitda de 4,5 veces en lo que va del año, mientras el año pasado esta razón era de 3,8 veces. La cifra actual solo es comparable (aunque más alta) con Glencore y Freeport, que exhiben un ratio de 4,2 y 4,0, respectivamente. La empresa que exhibe un índice más bajo en este aspecto es Rio Tinto (1,5). Le sigue BHP Billiton (2,4). Sin embargo, la situación de Codelco es distinta. Incluso tiene una de las mejores clasificaciones de riesgo entre las principales firmas, por estar respaldada por el Estado.
30% de avance en sus obras presenta el proyecto Chuquicamata Subterránea , que dará continuidad a la operación ubicada en la Región de Antofagasta.
7.500 metros tiene el túnel que une la mina subterránea con la superficie. Terminó su obra gruesa en abril.
En 2016 saldrían de la faena al menos unas 600 personas
Cerca de seiscientas personas saldrían de la división Chuquicamata, ubicada en la Región de Antofagasta. El segundo yacimiento más antiguo de la estatal -después de El Teniente- ha bajado su producción de forma importante en los últimos años producto de la baja ley en el mineral.
Según comentaron fuentes de la división, los planes prevén que a enero de 2017 la operación debe tener, como mínimo, unas 600 personas menos, y no se descartan algunas desvinculaciones adicionales.
En esta línea, conocedores dijeron que unas 550 personas saldrán producto de los planes de egreso o bien por jubilación. Asimismo, la refinería cerrará una de las dos líneas de producción debido a la escasez de ánodos, por lo que saldrían otras 200 personas, aunque algunas de ellas podrían ser reubicadas en otras posiciones.
Consultado Codelco, en la estatal manifestaron que no descartan futuros ajustes en la dotación, dependiendo de las condiciones de mercado, pero advirtieron que hoy “no existen planes de desvinculaciones distintos a los de retiro voluntario que fueron aplicados a Chuquicamata durante los últimos años”.
Sin embargo, otras fuentes van más lejos, y dicen que al menos unas mil personas serían desvinculadas este año. Además del personal de la refinería, habría otros 150 o 250 trabajadores que serían despedidos por la detención de un convertidor de la fundición y otros 300 que hoy tienen contratos a plazo fijo que no serían renovados. El resto saldría por planes de egreso, comentaron cercanos. Agregaron que, según las estimaciones, por cada 30 operadores de mina que salen de la empresa, un supervisor se ve afectado.
Dirigentes sindicales aseguran que no permitirán desvinculaciones más allá del Plan de Egreso. Finiquitos podrían llegar incluso a mil trabajadores.
El mal momento que atraviesa la industria cuprífera llevaría a Codelco a considerar una serie de desvinculaciones en Chuquicamata que podrían llegar a las mil personas, posibilidad que dirigentes sindicales de la división calificaron como “preocupante”. Al mismo tiempo que coincidieron en que la salida de trabajadores se permitirá solo en el marco del Plan de Egreso Especial y Voluntario vigente.
Periodo de ajustes que, incluso, podría atrasar el proyecto Mina Chuquicamata Subterránea (PMCHS), que hoy presenta cerca de 30% de avance en su construcción. Aunque recientemente el propio presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, dijo que se construiría “sí o sí”. Lo que no ha impedido que evalúen ciertas modificaciones, como la eliminación de uno de los cuatro niveles de la subterránea.
No lo permitiremos
El presidente del sindicato de trabajadores N°3, Hernán Guerrero, expresó que si bien entiende la situación crítica por la que está pasando la industria minera, Codelco y Chuquicamata, y están plenamente dispuestos a dialogar con la administración para trabajar en conjunto y hacer los rediseños que se requieran; la dirigencia sindical está convencida que “nada de lo que hagamos tiene que afectar las remuneraciones y los beneficios de los trabajadores y cualquier cosa distinta al Plan de Egreso no la permitiremos”, advirtió.
Guerrero, sobre el posible cierre de una línea de la fundición de concentrado, dijo que hay un plan para desvincular trabajadores, pero este lo proyecta para diciembre de 2018. “Esa es la información que nosotros tenemos y no tenemos otra y para eso hemos tratado de establecer una forma de trabajar, tenemos alternativas, propuestas concretas que nos permitirían desarrollar la Fundición y la Refinería, de tal manera que se transforme en un área distrital en la que se puedan procesar todos los concentrados de cobre que genera el distrito”, explicó.
“Es un tema preocupante, que afecta e incomoda. Sin lugar a dudas los trabajadores y dirigentes estamos molestos por la forma en que la administración está actuando, porque han eludido responsabilidades, pero al mismo tiempo estamos disponibles, porque sabemos que los únicos que podemos sacar a la empresa adelante somos los trabajadores”, agregó.
No lo avalaremos
Por su parte, la presidenta del sindicato N°2, Liliana Ugarte, dijo que “al bajar una línea de fusión serán 250 trabajadores menos en la Fundición, pero eso está previsto para diciembre de 2018 con la implementación de la nueva normativa ambiental”, y agregó que “no hemos conversado nada sobre desvinculaciones y lo hemos dicho en todas las reuniones: no vamos a avalar ningún tipo de desvinculación”, aseguró.
Ugarte, sobre el posible aplazamiento de la mina subterránea, dijo que “hoy se habla de peligro en todas las inversiones, se habla que los proyectos estructurales están en riesgo, hay algunos que los han ido bajando y otros los han ido modulando para hacerlos en más tiempo y por menos plata”.
Sobre este último punto, la dirigente explicó que “RT y Teniente los modularon, no sé qué tienen pensado para la mina subterránea, pero ese proyecto tiene un año de atraso, porque se había proyectado para el 2018 y la administración ya reconoce un atraso para el 2019 y si están pensando en aplazarla aún más, necesitan un plan para la continuidad de las operaciones del rajo”.
Sergio Parada destacó que pese a que marcaron la mejor producción del trimestre con la menor ley de la historia de Codelco, siguen perdiendo dinero.
“No se vienen días nublados, se aproximan tiempos de tormenta”. Esa fue una de las reflexiones que marcó el encuentro entre la administración de Chuquicamata, supervisores y el sindicato de profesionales de la estatal, al momento de conocer la actual situación que vive la industria minera en general y Codelco en particular.
El encuentro, liderado por el gerente general, Sergio Parada, comenzó destacando los números azules de la producción de la cuprífera, que marcaron la mejor producción del trimestre con la menor ley de la historia de Codelco, con un aumento de un 11% de cobre propio, en relación a igual periodo de 2015 y un 6% sobre lo comprometido.
Sin embargo, “seguimos perdiendo plata”, lamentó Parada, al referirse a las cifras positivas que son inmediatamente derivadas a los pagos de deudas, inversiones y obligaciones financieras que tiene la estatal, transformándose inmediatamente en cifras negativas que afectan tanto a la economía del país y al presente y futuro de Chuquicamata. De hecho, los excedentes de Codelco en el primer trimestre de 2016 registran cifras negativas -sobre los US$150 millones- debido a la crisis del bajo precio del cobre y la inestabilidad del dólar.
Salir adelante
“Debemos tener un despliegue distinto, con creatividad, eficiencia y liderazgo. Nosotros tenemos la obligación de sacar adelante a Chuquicamata, porque de lo contrario y considerando el actual momento y las proyecciones que se hacen respecto de la crisis minera, ni siquiera tendremos flujo de caja para pensar en los proyectos. Chuquicamata y nuestra Corporación requieren de un esfuerzo mayor, dijo el ejecutivo.
En este contexto, explicaron en el encuentro, es claro que las adversas condiciones del mercado impactan el desarrollo del plan de inversiones necesarias para el futuro de la Corporación. Y al mismo tiempo, que el flujo de caja ha disminuido considerablemente, justo en momentos en que el endeudamiento aumentó.
Las declaraciones de Sergio Parada, están en sintonía con lo expresado durante la entrega de resultados del primer trimestre, por el presidente ejecutivo de la cuprera, Nelson Pizarro, quien prevé un 2017 aún más complejo y desafiante, pues recién en 2018 se estima que la industria del cobre podría tener márgenes más amplios para un negocio que atraviesa complejos ajustes.