La República Argentina es un país con un marcado desequilibrio regional.
Nuestro origen migratorio determinó que en el 18% de la superficie territorial, en la pampa húmeda; se asiente la mayor densidad poblacional (65%) y el mayor desarrollo económico y de infraestructura (70%).
Esta región ha sido cuna del asentamiento agrícola – ganadero y de nuestras principales industrias. Como resultado, la realidad productiva y de desarrollo en el resto de nuestro territorio, el 82%, evidencia un manifiesto desequilibro que necesitamos resolver.
Nuestro NW, Nuevo Cuyo y Patagonia, tienen como salida productiva sus recursos naturales, especialmente la minería y el petróleo.
Es por ello, que es básico y necesario, para todos los argentinos, la aplicación de una política de profunda orientación Federal que garantice un crecimiento económico y de infraestructura equilibrada en todo el territorio nacional.
La Minería, como ha expresado Sarmiento, es una de las actividades productivas que permitirán potenciar y fortalecer el crecimiento y desarrollo regional de nuestro oeste territorial. Así lo manifestó el gran sanjuanino en carta al presidente Mitre: “las minas son una realidad, como en California. Ayúdenme con las minas y enriqueceré la República”.
Sin embargo, los principales actores económicos de la época, se concentraron sólo en la pampa húmeda, y llevaron sus negocios e inversiones a la exportación de carnes y cereales sin integrar económicamente toda la potencialidad de nuestro país.
El haber quitado las retenciones a la Minería representó una mirada distinta, fue empezar a tener en cuenta a toda la argentina. 134 empresas fueron beneficiadas, con la medida del presidente. 120 fueron Pymes argentinas que gracias a ello pudieron mantener a su destacada plantilla de personal, ya que insistir con un impuesto que no tiene ningún otro país minero del mundo, ante la baja generalizada de precios, hubiese significado menos exportaciones, menos trabajos, menos producción. Y frente a los que estaban preocupados porque dejábamos de percibir 128 millones de dólares anuales; podemos contarles ahora que la prolongación de la vida útil de 5 minas metalíferas, representará para la argentina unos 1.350 millones de dólares de ingresos por mineral que no se hubiera procesado, 12.600 puestos de trabajos que se mantendrán y 2.350 proveedores que seguirán con sus tareas.
La sostenibilidad de la política minera federal, deberá tener como bases sólidas de apoyo, la articulación de los actores primarios: Estado, Empresarios y Gremios, todos trabajando por el Bien Común de la ciudadanía.
Solo el cumplimiento de esta ecuación garantizará una política de estado que nos incluya a todos, bajo el paraguas de una actividad sustentable.
El estado deber ser custodio eficiente de la gestión pública, aplicando en forma transparente la política minera, auditando la misma y dando respuestas, a través de la información, abierta a toda la comunidad.
El COFEMIN y el COFEMA, deberán fijar políticas conjuntas que favorezcan el desarrollo económico, el progreso social y el cuidado ambiental, en un marco sustentable.
El diálogo y las políticas preventivas son pasos que el Estado hará propio, como base para el relacionamiento.
Las empresas, deberán federalizarse institucionalmente para consolidar los verdaderos intereses en todo el territorio y para interrelacionarse con el Estado.
Es función del sector empresario, cumplir con la ley y generar actividad productiva a través de sus inversiones. Al mismo tiempo será necesario que estos cumplan con los principios de la Responsabilidad Social Empresaria.
Los trabajadores son destinatarios principales en la distribución de la riqueza minera. El sector gremial que los representa, es un factor fundamental en lograr el equilibrio necesario para que un proyecto se desarrolle, entre la Inversión que necesitamos y la Justicia Social por la que trabajamos.
La comunidad es el actor principal de este triángulo ya que deberá ser quien reciba los beneficios del desarrollo de esta actividad y quien facilite el permiso social productivo.
Ahora bien, claramente estas definiciones requerirán dialogo:
+Entre la Nación y las Provincias
+Entre las Autoridades y las Comunidades
+Entre los Empresarios y los Trabajadores siempre en un ámbito federal.
No debemos pretender refundar la minería con el cambio de cada gobierno. Mantener las políticas a aplicar, generará claramente confianza ante los que invierten y previsibilidad en la comunidad.
La última vez que me toco visitar como Autoridad Minera la provincia de San Juan fue el 27/04/1999, momento en que con el COFEMIN y los Gobernadores del país, firmamos la “Declaración Federal para una Argentina con Minería”, documento que fue complementado con el Acta Minera de 1994, firmada en Buenos Aires el 13/10/99.
Estos documentos firmados en ese tiempo, tienen tanta vigencia que es posible volver a acordarlos hoy.
Han pasado 15 años y lamentablemente las premisas acordadas institucionalmente están lejos de cumplirse. Llego la hora de retomar la iniciativa y volver a la producción activa, como la mejor forma de luchar contra la pobreza y beneficiar a la comunidad.
Días pasados festejamos el Día de la Industria Minería lanzando el DESAFIO CAEM 20/21. Parecía una utopía que, sorprendió a más de uno. Pero aquí eN la provincia de San Juan venimos a dar cuenta que las etapas que prometimos empiezan a desarrollarse. Hoy, y es sólo un eslabón más en la cadena de eventos previstos, escuchamos el anuncio de la primera explotación metalífera en Salta.
La empresa canadiense Fortuna adquirió la minera Goldrock para poner su proyecto aurífero Lindero en producción en 2018. Esto implica de arranque una inversión de 200 millones de dólares para su construcción.
Hablamos entonces, y lo reiteramos, de inversión, trabajo, exportaciones, aportes fiscales pero también de la cara humana de este desafío, que implica la sustentabilidad ambiental y comunitaria, sumando a todo ello la transparencia.
San Juan, en este día, nos da la bienvenida en un evento singular del más alto nivel profesional, con seminarios y exposiciones que denotan la competencia así como la arrolladora vocación de crecimiento de sus participantes.
Esté encuentro coincide con los objetivos que nos planteamos para construir una Argentina productiva y federal. El sector minero cuenta con un gran potencial y llegó el momento en que nuestra actividad recupere su lugar entre los motores productivos del país. A partir de los cambios en los esquemas impositivos se abrió un periodo de posibilidades.
Nuestro anhelo es potenciar un camino hacia la unidad a través del diálogo constructivo y productivo en nuestra industria. De esta forma, generar un terreno fértil para que la actividad pueda alcanzar la plenitud en todo el país. La inversión en minería es sinónimo de desarrollo regional, y significa nuevos puestos de trabajo en zonas donde existen pocas alternativas laborales y un impulso al sector pyme, causando un efecto multiplicador.
Pero este desarrollo no puede dejar de lado a las comunidades. Debemos construir esta relación. Estamos a disposición de crear un espacio de interacción donde poder discutir sus necesidades, sosteniendo que es el único camino viable para construir una posición sólida y participativa que incluya una diversidad de actores que enriquezcan nuestra industria. Por eso es importante que desde el inicio de cada proyecto se contemple un plan estratégico junto a entidades estatales, privadas y la sociedad cercana al proyecto con el fin de coordinar la continuación de las economías comunales más allá de la vida útil de cada uno de ellos.
Entendemos que las expectativas no solo son económicas, si no que la sociedad espera una minería moderna, eficiente y sustentable; qué piense en el presente y, principalmente en el futuro. Desde CAEM, instamos a garantizar que nuestro país cumpla con los más altos estándares de calidad, que cumpla con las leyes y normas ambientales y de seguridad que rigen la actividad en nuestro país y en las regiones más desarrolladas del mundo.
Deseamos además respaldar una política de apertura de puertas de las minas, para crear confianza, sumado a un CÓDIGO DE ÉTICA, emulando a países desarrollados, que asegure reglas claras y logre vencer los prejuicios. Nuestra misión es educar a todo nivel sobre cómo funciona la minería sustentable y amigable con el medio ambiente.
Por esto, el núcleo vital del DESAFIO CAEM 20/21 es la constitución de un organismo privado y multidisciplinario de contralor minero, que articulará con el sector público, orientado a los tres principios que venimos anunciando: DESARROLLO REGIONAL Y DE LAS COMUNIDADES, MEDIO AMBIENTE y TRANSPARENCIA. Este organismo permitirá combinar todos estos propósitos desde la transparencia y el contralor técnico de los aspectos relacionados a la actividad minera y su vinculación con el medio ambiente.
Siendo reiterativos con lo que ya hemos expresado, queremos que se comprenda el lugar fundamental de nuestra industria para el país.
La industria minera es FEDERALISMO.
La industria minería es DESARROLLO REGIONAL.
La industria minera es TRABAJO.
La industria minera es CRECIMIENTO PYME.
La industria minera es SUSTENTABILIDAD.
La industria minera es INCLUSIÓN.
La industria minera es FUTURO. ES FUTURO SOBRE TODO, PARA
MILES DE FAMILIAS DE LAS ZONAS MÁS OLVIDADAS DEL PAÍS.
Y muchos de los que hacemos esta industria estamos hoy acá, la Secretaría de Minería de la Nación del Ministerio de Energía y Minería; el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación; el COFEMIN, AOMA y frente a todos ellos,CAEM, a quien represento, reitera la vocación del DESAFIO 20/21 siguiendo los estrictos lineamientos que acá enunciamos para continuar trabajando para el reencuentro de la minería con la sociedad, en un vínculo responsable y maduro.
Muchas gracias. Que Dios los bendiga.