Minera estatal podría eliminar uno de los cuatro niveles de la iniciativa para bajar costos. Dentro del panorama de ajustes que enfrenta Codelco, el Desafío es no mermar la producción frente a un panorama de reducción, según confirmó el portal La Tercera.
Una nueva mirada a los proyectos estructurales, centrada en la reducción de costos, es el desafío que planteó el presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, a sus ejecutivos, durante la entrega de los resultados del primer trimestre.
La caída del precio del cobre, cuyo valor durante lo que va del año ha promediado US$ 2,138 la libra (20,8% menos que igual período del año anterior), ha golpeado los proyectos de las mineras, y Codelco no es la excepción. La estatal informó hace algunos días que tuvo pérdidas por US$ 151 millones en el primer trimestre de este año, sumando de esta forma dos trimestres de mermas.
Durante la entrega de resultados, Pizarro, dijo que la Corporación no podrá mantener los proyectos estructurales de la forma en que fueron concebidos, y que tendrán que “ralentizar algunos, repensar otros, y empujar aquellos que están más allá del punto que corresponde”.
La mina Chuquicamata Subterránea, proyecto estructural que busca extender la operación de la división por debajo del actual rajo, es uno de los candidatos a sufrir modificaciones. El diseño original del proyecto contempla una inversión cercana a los US$ 4.200 millones, monto que podría sufrir algún recorte.
De acuerdo a fuentes conocedoras del tema, la estatal ya está evaluando cambios al proyecto. Uno de ellos sería eliminar uno de los cuatro niveles que se pensaba construir bajo el rajo de Chuquicamata para, de esta forma, ahorrar costos. Además, se baraja el aumento del tamaño de los túneles restantes, para mantener la producción del yacimiento.
“Eliminar un nivel de explotación es una alternativa atractiva en el largo plazo, pues permite extraer el mismo mineral con un menor costo de operación y menores inversiones”, sostuvo Francisco Carrasco, gerente de planificación estratégica del proyecto Chuquicamata Subterráneo.
Carrasco agregó que este posible cambio se está estudiando a nivel de perfil, que es una etapa preliminar, “para ver en qué momento y bajo qué condiciones” esta posible modificación puede ser un buen negocio para Codelco.
De todas formas, el ejecutivo aseveró que estas definiciones no alterarán el desarrollo de la parte del proyecto que está actualmente en construcción, y que iniciará su producción en 2019, por lo que este ajuste podría materializarse en 2021.
“Podría generar un ahorro no despreciable, ya que involucraría no construir todo un nivel de explotación, por lo que dejaría de invertir en equipos, infraestructura y construcción de área productiva”, afirmó el ejecutivo.
Un tema que preocupa principalmente a las organizaciones sindicales es la cantidad de trabajadores que requerirá el nuevo proyecto (ver recuadro), frente la actual dotación que explota el rajo de Chuquicamata.
Para Sergio Parada, gerente general de la división, hay que diferenciar entre el proyecto y el actual proceso de construcción de la mina. “Mientras dure la construcción de Chuquicamata Subterránea tenemos considerado, en su momento más intensivo, que trabajen más de 8 mil personas en las obras el año 2017, esta cifra irá decayendo año tras año hasta el 2020 con su entrada en operación”, señaló.
Respecto de la operación y la necesidad de trabajadores asociada, Parada dijo que los equipos de la Corporación se encuentran trabajando para determinar las dotaciones futuras. Además, valoró el Pacto Estratégico firmado por los trabajadores y la cuprera estatal, que, a su juicio, permitirán cumplir “las promesas de productividad que requiere la división”.
No sólo ha reducido plantilla y bonos. La minera proyecta más de US$ 200 millones en ahorros. La meta del presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, es concreta: “cortar costos hasta el hueso, hasta que la cuchilla no pueda cortar más”, como ha dicho varias veces.
A pesar de haber reportado pérdidas por US$ 151 millones en el primer trimestre, Nelson Pizarro se comprometió a tener excedentes por US$ 300 millones a fin de año. ¿La fórmula? No es otra que ahorros y recortes de presupuesto. Es más, de la meta total autoimpuesta por Codelco, el experimentado minero espera que más del 60% provenga del ajuste de cinturón.
“El plan de reducción de costos para este 2016 considera en el ítem de gestión sobre los US$ 200 millones, plan que estamos ejecutando y que probablemente va a representar buena parte de los US$ 300 millones de excedentes que tenemos comprometidos”, comenta el vicepresidente de productividad y costos de Codelco, José Robles.
Según la información de la cuprera, el recorte no sólo se enfoca en la plantilla de personal, ni en eliminar los bonos millonarios. Codelco ha logrado ajustar en ítems tan variados como optimización de contratos, disminución de consumo de neumáticos y conseguido ahorros hasta en los explosivos usados en las tronaduras. En este último ítem, a abril de este año, la división Radomiro Tomic ha generado ahorros por US$ 793 mil. En la misma unidad, por optimización en contratos de equipos en la mina, la cifra ahorrada es de US$ 5,8 millones.
En Chuquicamata también se han movido las piezas para sacarle máximo provecho a la zona de explosión en la faena, optimizando las cargas y aumentando el material extraído. El ahorro por este concepto al cuarto mes del año es de US$ 1,1 millones, pero también los ajustes de contratos en los diferentes procesos de esta división han significado US$ 1,5 millones más en el bolsillo de Codelco.
En su división más nueva, Ministro Hales, se ahorraron en la primera parte del año US$ 1,6 millones. ¿Cómo? Se redujo el uso de cal en “base a mejoras y control operacional”, comentan en la minera.
Salvador, la división menos rentable de Codelco, aumentó la disponibilidad de equipos y creó un “sistema de alertas para evitar fallas catastróficas en equipos críticos”. Así, se ahorraron US$ 206 mil.
En el caso de Andina, la división cordillerana afinó sus sinergias con las otras divisiones —por ejemplo, en el uso de combustible— y puso término por anticipado a contratos prescindibles reportando ahorros por US$ 1,1 millones en ambos ítems.
En el caso de El Teniente, Codelco decidió reducir su flota, disminuyó su gasto en gestión de mantenimiento y compra de repuestos, lo que generó US$ 6,6 millones para la caja de la cuprera. En la misma línea, la refinería Ventanas fue la que menos aportó. Sólo ahorró US$ 77 mil al reducir su consumo de gas natural, optimizando la potencia de su quemador.