El juez de Minas de la provincia, Guillermo Cerda, confirmó que en los últimos meses se ha incrementado el interés de empresarios de distintos países, en especial China, Canadá y Australia, con el fin de invertir en Catamarca, según confirmó El Esquiu.
El litio es el mineral más solicitado, seguido por el oro, a partir del incremento del valor a nivel mundial.
"Estamos viendo que se están empezando a incrementar las preguntas y comienzan acercarse las empresas mineras. Creo que el cambio político y económico que se ha producido a nivel país ha provocado una mejora en las condiciones y lo estamos viendo en el juzgado”, señaló el magistrado.
Indicó que durante estos meses han recibido numerosas consultas de profesionales de países que tienen historia minera como Australia y Canadá. "Es decir se comienzan a interesar nuevamente, después de una meseta de tres años durante los cuales la actividad estuvo paralizada, bastante quieta por distintos motivos, y ahora vemos un entusiasmo e interés en volver a invertir en Catamarca”, dijo.
Para Cerda, este interés y los cambios producidos a favor de la actividad permitirán que Catamarca vuelva a tomar el protagonismo que tuvo en algún momento y que en los últimos años estuvo quieto.
En cuanto los minerales que despiertan mayor interés el letrado mencionó al litio, y se suma el oro, a partir de que su precio comienza a subir a nivel mundial.
"Fundamentalmente en el juzgado vemos el interés por el litio, por eso pienso que si nuestras autoridades administrativas y políticas trabajan con la inteligencia y con la capacidad, vamos a tener un despegue importante en materia económica, un progreso para la provincia en lo que se refiere al litio, que es un mineral muy solicitado a nivel mundial, y nosotros creemos que Catamarca puede ser parte y protagonista en este desarrollo”, afirmó Cerda.
Precisamente destacó que el oeste y la puna son los más observados, fundamentalmente los salares. "En pocos años, vamos a ver a Antofagasta convertida en un importante polo de desarrollo”, detalló.
El juez Guillermo Cerda, que participó de la exposición sobre el cierre de Minera Alumbrera, calificó a este emprendimiento como el "ícono” de la actividad minera.
"Yo tengo la felicidad y el gusto de haberlo visto crecer allá, por el año 94, porque yo ya estaba como juez de Minas. Entonces me siento parte, siento que aporté un granito, con errores obviamente, pero también con muchos aciertos, y ahora estoy acompañando este proceso de cierre”, finalizó.
El jueves último, la Secretaría de Minería de la Provincia presentó formalmente el plan de cierre de Bajo La Alumbrera, el más emblemático yacimiento de oro y cobre del país y el primero que hará punta en un proceso de cierre que todos aspiran sea ordenado y ejemplar; de hecho, de cómo concluya la última etapa dependerá en gran medida el futuro de la minería en Catamarca y en Argentina en general.
En otros términos, al Gobierno provincial, como autoridad de aplicación, le espera un arduo trabajo en materia técnica y política, porque además de dirigir y controlar el plan de cierre debe dar muestras de solvencia e idoneidad y ser confiable ante la comunidad. No es poco, por cierto. Según explicaron desde esa Secretaría, el plan de cierre de Alumbrera, como el de cualquier otra mina a cielo abierto, debe concluir con un escenario geográfico y medioambiental lo más parecido que se pueda a lo que era originalmente.
Es decir, que se transforme en un lugar habitable. Por eso se planea rellenar el enorme socavón donde hoy circulan los camiones y distribuir sobre la superficie un denominado "sólido benigno”, sobre el cual sea posible forestar, pese a que se trata de un lugar sumamente inhóspito y con un clima impiadoso. La tarea del Gobierno local será iniciar el cierre de la mina, porque se trata de un proceso que puede llevar una década, con lo cual excede largamente al mandato de la actual gestión. La clave es el comienzo.
Paralelamente, el juez de Minas de Catamarca, Raúl Guillermo Cerda, se mostró optimista con las posibilidades de nuevas inversiones en la provincia a partir de las nuevas reglas de juego políticas y económicas en el orden nacional.
"Estamos viendo que se está comenzando a incrementar el interés, hay preguntas por parte de las empresas mineras; creo que el cambio político económico que se produjo a nivel país logró introducir una mejora en las condiciones y lo estamos viendo en el Juzgado de Minas", expresó en alusión a la eliminación de las retenciones a la minería y de las restricciones para girar dividendos al exterior, además del alza del dólar a partir de la devaluación. Que a Catamarca efectivamente lleguen nuevas inversiones en este sector dependerá también de la seriedad de las autoridades mineras y de un cambio en el paradigma político actual.
Porque, además de las mejores condiciones macroeconómicas nacionales e internacionales, las empresas tienen muy en cuenta cómo se manejan sus interlocutores en los Estados dueños de los yacimientos mineros. En este sentido, la Provincia deja mucho que desear aún en lo que respecta al caso de la empresa estatal CAMYEN, hoy en el centro de la polémica por los contratos muy poco claros que suscribió con la empresa Yamana Gold por el área Agua Rica y por la promoción reciente en la feria internacional de Toronto, Canadá.
Y más allá de la Secretaría de Minería y su menudo trabajo con el plan de cierre de Alumbrera y de los desaciertos de CAMYEN, que aún debe dar explicaciones en la Cámara de Diputados, a la provincia se le plantea un desafío mayor respecto al futuro de la minería y de su economía en términos generales. Se trata de cómo generar nuevas actividades productivas, o de reimpulsar las que hoy agonizan, en los departamentos donde la minería ha dejado de ser la principal fuente de ingresos.
En rigor, el Gobierno actual debe encarar lo que las gestiones anteriores –que dilapidaron la renta minera en forma escandalosa- nunca asumieron como deber propio: diseñar y poner en marcha un modelo productivo independiente de la minería. En otras palabras, reconvertir la economía provincial. Por ahora, la situación es desalentadora. Los pequeños y medianos productores del interior atraviesan una crisis sin precedentes. Por caso, en Tinogasta la actividad vitivinícola sigue decreciendo, cada vez hay menos viñedos y menos cosecheros también.
La olivicultura en Pomán y en el Valle central va camino a desaparecer. La ganadería en el Este está paralizada. Y la crisis industrial es noticia todos los días, aunque por razones que tienen que ver con el tarifazo de los servicios y la caída del consumo en el país. Frente a eso, no alcanza ya con echar las culpas al modelo anterior o al actual, algo es posible hacer en el orden provincial. Los desafíos están planteados. Falta encararlos