Arraigo y firma mensual contra Pablo Longueira solicitará el fiscal Pablo Gómez este miércoles, tras su formalización ante el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago por delitos tributarios y recepción de coimas, en el marco del caso SQM.
Según el medio Biobío, fuentes explicaron que por las eventuales bajas penas que podría recibir el ex senador por estos ilícitos, se descartaría una cautelar más gravosa.
Esto se dará luego de la declaración que realizó el pasado 6 de abril el también ex ministro de Economía, ante el equipo del Caso SQM, donde en 50 oportunidades se acogió a su derecho de guardar silencio.
Ante la eventual baja intensidad de la cautelar para Longueira, uno de los abogados querellantes en la causa, Matías Ramírez, anunció que solicitará por lo menos arresto domiciliario nocturno.
Asimismo, en la audiencia además se formalizará a la ex diputada Marte Isasi por delitos tributarios y haber recibido coimas desde Corpesca.
La fiscalía investiga desde el año pasado los cerca de $730 millones pagados por la empresa minera Soquimich a través de terceros y mediante las fundaciones Chile Justo y Fundación Web.
Además en febrero de este año, se abrió una arista por cohecho contra el ex líder de la UDI al conocer el contenido de los correos con el entonces gerente general de SQM, Patricio Contesse, justo cuando se definía el proyecto de royalty minero en el 2010.
Contesse, que era el ex hombre de confianza de Julio Ponce Lerou redactó un artículo sobre el impuesto a la minería que luego se incluyó textualmente en la ley.
El cuartel general de SQM tiene dos direcciones. A un mismo edificio en Las Condes se entra por las calles El Trovador y Los Militares. La minera no metálica posee ahí varios pisos. En el sexto está la cúpula. En un ala de esa planta tiene sus oficinas Patricio de Solminihac, el gerente general que reemplazó a Patricio Contesse el 16 de marzo de 2015. Su oficina está entre otras dos.
A su derecha se ubica la que usó Julio Ponce Lerou hasta abril de 2015, cuando dejó el directorio de la firma tras el escándalo por pagos irregulares por más de US$ 15 millones, entre ellos muchos a políticos de todos los sectores. Ahora, el vecino de De Solminihac será Eugenio Ponce, el nuevo presidente de SQM, vicepresidente comercial desde 1981. Un histórico. Al otro costado del despacho del gerente general está la oficina que utilizó Patricio Contesse, el máximo ejecutivo de SQM durante 25 años. Contesse es el principal imputado y estuvo un año con arresto domiciliario. Al final del pasillo hay una pequeña sala de reuniones. Ahí declaró la ex secretaria de esa ala, de ese piso, Katherine Bischof.
Ahí también Contesse se reunió en ocasiones con Pablo Longueira, Marco Enríquez-Ominami, Carlos Ominami, Marcelo Rozas, Pablo Zalaquett y Jovino Novoa. De Solminihac declaró judicialmente que vio a algunos políticos en el piso 6. Pero que nunca supo de los pagos de Contesse. De Solminihac es otro histórico en SQM. Tiene 60 años. Llegó en 1988 como gerente de desarrollo, fue gerente general en 1989, director en la década siguiente -mientras emprendía negocios personales- y volvió como subgerente general en 2000. Fue el segundo en la línea de mando por 15 años.
Concede su primera entrevista en años para hablar de los negocios y los planes de SQM, pero acepta que está obligado a hablar de lo otro, de todo aquello que dañó la reputación de una compañía que, en 18 meses, no ha tenido respiro.
-¿Por qué cree usted que pasó lo que pasó en SQM?
No sé las razones. Nosotros identificamos gastos que, si bien para el tamaño de nuestra compañía, para los presupuestos que se manejaban, no eran significativos, eran gastos que no tenían respaldos que se justificaran para generar la renta. ¿Por qué se hizo? Yo no lo sé. Lamentablemente, el ex gerente general no colaboró en la investigación y no ha dado sus razones. No puedo especular.
-Pero usted tendrá alguna hipótesis sobre lo que ocurrió. ¿Cómo explica aportes a todos los sectores políticos, a todos los partidos, a todas las candidaturas presidenciales?
Yo no lo sé. Lamentablemente, creo que es un tema que era bastante más común de lo que la gente piensa. Ex post todos tenemos una posición muy crítica. Pero si uno mira lo que se ha reportado a Impuestos Internos, ¿cuántas empresas hicieron rectificaciones? Estamos hablando de 300 o 350, no lo sé, un número muy grande. Es mucho. Lamentablemente, creo que era una mala práctica. Creo que había un trabajo que quería posicionar a la empresa, hacerla más conocida, poder participar activamente en más cosas, no lo sé... Uno lo mira en el contexto de hoy día y es difícil explicárselo.
-Usted trabajó más de 20 años con Contesse. ¿No le preguntó por qué hizo esto?
Yo no he hablado con él desde que se fue. No he tenido la oportunidad.
-¿Y antes del 16 de marzo de 2015?
Le preguntamos y él nos contestó las primeras veces que eran servicios que había contratado y que había obtenido.
-¿Cómo se llevaba usted con Contesse?
Bien. Creo que él tuvo una labor muy importante en el desarrollo de esta compañía, y es también responsable del éxito de sus negocios. Es una persona extremadamente culta, muy orientada a la estrategia y que le gusta tomar decisiones.
-Contesse demandó a SQM por $ 4.000 millones. ¿Es posible llegar a un acuerdo?
No hay avances en ese sentido en este momento. Ese es un tema que está manejando el directorio, por razones obvias. Yo, claramente, no participo en esa decisión.
-Contesse ganaba $ 42 millones líquidos al mes. ¿Era una renta de mercado?
Yo no sabía cuál era la renta de Patricio Contesse. El directorio tiene que haber tenido sus razones y comparaciones para haber definido la renta que tenía.
-¿No hay un ánimo de la actual administración de distanciarse del anterior gerente?
Nosotros tenemos un desafío de negocios tremendamente importante; no hay un problema de distanciarse o no distanciarse. Yo tengo un estilo propio, quiero imprimir mi sello y eso es independiente de lo que pasó antes. Otros deberán juzgar si es mejor o no.
-¿Qué cambia con usted como gerente?
Todas las personas somos distintas. Yo soy mucho más de operaciones, me gusta mucho más participar en los detalles, me gustan los procesos, los desarrollos de proyectos y estar en terreno.
-El grupo de ejecutivos que lidera la compañía lleva más de 20 años: usted, Matías Astaburuaga, Ricardo Ramos, Eugenio Ponce. ¿No es inverosímil que no supieran lo que ocurría en la compañía?
Hay que ponerlo en contexto. Efectivamente, había servicios que contrataba Patricio Contesse, nosotros sabíamos que contrataba servicios, y él se preocupaba de eso, era su presupuesto, era un presupuesto que estaba acorde al tamaño de la compañía. Nosotros no éramos quiénes para empezar a auditar al jefe, al gerente, no nos correspondía.
-Él tenía un presupuesto discrecional de US$ 6 millones al año. ¿Cuál es el suyo?
Debe ser menor a US$ 800 mil para algunas cosas, pero he definido que todos los servicios se manejen a través de las unidades.
-¿La gran cantidad de servicios que contrataba Contesse eran útiles para SQM?
No encontramos los respaldos suficientes para que fueran necesarios para generar la renta. Ahora, como Patricio Contesse no colaboró, no sabemos.
¿Cuántas asesorías cortó?
Todas.
-No eran necesarias para la compañía, entonces.
Contraté otras menores, pero en este momento no eran necesarias.
-¿Este caso ha afectado la moral de los trabajadores?
No es agradable, pero lo han sabido superar. El orgullo de todo lo que se ha hecho se mantiene. Lo que sucedió era una cosa bastante localizada, no era una cosa masiva, no había un descontrol total en la compañía. Era una cosa bastante puntual, y en ese sentido, hay un entendimiento claro por parte de la organización. Y no hemos tenido rotación. Muy poca rotación.
-Usted dice que esto fue localizado, pero el daño reputacional fue gigantesco. ¿Cómo SQM puede recuperar su imagen?
Como compañía hemos tomado medidas realmente ejemplificadoras. Se cambió la administración, al gerente general -que no quiso colaborar con la investigación-, se ha hecho una colaboración completa y total con el Ministerio Público e Impuestos Internos. Hicimos las rectificaciones. Incluso, se nos pasó la mano, rectificamos cosas que después quedó demostrado que no debíamos rectificar. Segundo, hicimos una investigación con el comité ad hoc y un estudio de abogados independiente, Shearman & Sterling, de acuerdo a los estándares americanos, por nueve meses, que revisó completamente todo. La compañía ha actuado de una manera proactiva, muy inmediata en tratar de resolver sus problemas. Ahora, efectivamente, el tema de la reputación es un tema que tenemos que seguir trabajando y nos va a costar, pero lo estamos haciendo.
-Contesse llevaba la relación con autoridades, sindicatos y gremios. ¿Lo hace usted?
Mi primera prioridad fue retomar y subir el ánimo para que la organización se concentrara en su trabajo. He estado muy focalizado internamente. Sí he asistido a los gremios a explicarles lo que ha pasado.
-¿Usted ha tenido contacto en el último año con políticos?
No, no he tenido contactos con políticos.
-¿Le parecen una mala práctica los viajes de SQM con políticos al norte del país?
Yo creo que es importante que lo conozcan a uno y que hay que mirarlo desde el punto de vista del vaso medio lleno y no medio vacío. Una manera de entender bien a una compañía como esta es conocerla, visitarla. Inversionistas nos visitan; clientes nos visitan y logran entender el trabajo que hacemos y su potencial. Esa es la parte de mirar el vaso medio lleno. Yo voy con inversionistas y con clientes, nunca fui con políticos.
-En Estados Unidos tienen una demanda judicial de inversionistas.
Son procesos que tienen que seguir su curso. Estamos siguiéndolo y nos vamos a defender. No lo veo como un tema tan relevante en este momento.
¿La SEC les ha hecho consultas?
Nos ha hecho consultas en relación al informe de Shearman, pero no más que eso.
-Les podría abrir una investigación por el Foreing Corrupt Practices Act. ¿No hay ahí una contingencia legal?
El informe de Shearman es bastante explícito en ese sentido. Después del trabajo que se hizo, si bien es cierto identifica algunas fallas de control, que fueron corregidas ya, no identifica que hubiese ilícitos en cuanto a la Foreing Corrupt Practices Act.
-¿SQM pagó sobornos?
Definitivamente, nosotros no fuimos favorecidos en nada, y eso lo puedo decir con propiedad. Nunca vi, ni he percibido ni encontrado algún beneficio específico para la empresa en ninguna cosa. Esta compañía ha sido siempre tremendamente auditada.
-¿No hay un riesgo para SQM por la responsabilidad penal de las personas jurídicas?
Hemos analizado todas las posiciones legales que tenemos y ese es uno, sin lugar a dudas, pero nosotros nos sentimos tranquilos en el sentido de que la compañía no ha cometido ningún ilícito. Segundo, hemos implementado desde el momento en que salió la ley, en 2010, el modelo de prevención del delito, que es un requerimiento importante, con el encargado de prevención del delito, con las capacitaciones a la compañía que correspondían y eso es también un elemento relevante. Fuimos una de las primeras compañías en certificarlo.
-La fiscalía está imputando el delito de cohecho al ex senador Pablo Longueira. La contracara de eso es SQM.
Hay que esperar que las instituciones funcionen, como se dice. Nosotros creemos que no hay ningún beneficio que hayamos recibido y estamos muy tranquilos.
-¿Y el artículo del royalty?
Al contrario, nosotros terminamos pagando más impuestos que nadie.
-Pero a cambio de la invariabilidad tributaria.
Pero si la invariabilidad no la teníamos. En los primeros tres años pagamos US$ 78 millones, contra US$ 28 millones de los años anteriores. Tuvimos que pagar muchísimo más. La ley de 2005 hablaba de un royalty de entre 0 y 5% y una invariabilidad a la que uno podía optar del 4%. Nosotros en ese momento, en 2005, no éramos muy grandes, el royalty estaba orientado para la industria del cobre y caíamos en el 1,5%-2%%. Pero en 2010 se hace algo distinto, se cambia a entre 5% y 14%, fue bastante más sofisticado. Y lo único que nosotros hicimos ver como compañía, yo no participé directamente, fue decir que si se ofrecía la invariabilidad tenía que ser también para los chilenos y no sólo para los extranjeros.
Y eso fue todo. Ahora, la forma es otro problema y yo no voy a entrar en eso. Terminamos pagando mucho más, no hay un beneficio ahí. Y, por otro lado, fue una ley que fue ampliamente discutida. Aquí no hay un señor que haya hecho la ley a la medida. Esta cuestión pasó por el Ministerio de Hacienda, de Economía, pasó finalmente por el Congreso, se analizó en las comisiones y al final todos estuvieron de acuerdo.
-¿Y por qué si era algo que no los beneficiaba, ustedes lo promovían?
Porque era de justicia, tal como fue el 2005. Si haces un cambio y das una posibilidad, tienes que dársela a todos, ¿por qué se la vas a dar solamente a los extranjeros? Después me dicen: ustedes fueron los únicos que firmaron. Si somos los únicos más grandes no metálicos. Si no hay otros.
-Pero es como un seguro. Están dispuestos a pagar algo a cambio de algo: una certeza jurídica, una invariabilidad tributaria.
Está bien, pero era a cambio de aumentar los pagos. Viene un inversionista extranjero y le dicen: “Te doy una mala noticia, te voy a subir los impuestos fuertemente. La buena noticia es que tendrás una invariabilidad por cierto tiempo”. Y eso fue lo que ocurrió el año 2005. Nosotros no la tomamos porque éramos chicos, como todas las otras compañías chilenas. En el año 2010 se hace lo mismo y se ofrece lo mismo, pero no a los chilenos. Hubo un error. Y nosotros lo que dijimos fue: señores, aquí hay un error, tienen que hacerlo como se hizo el 2005.
-Porque ya eran más grandes y ustedes se querían acoger a esto...
Obvio, como otra gente que se acogió y otra gente que se mantuvo en el 4% y no quiso cambiar. Fuimos porcentualmente los que más pagamos, incluso más que las empresas de cobre, en términos porcentuales.
-Da la sensación de que el juicio de las autoridades sobre SQM no cambiará si no hay un cambio de accionistas…
No lo sé, no puedo opinar sobre cambios de accionistas. Esta es una compañía que va bastante más allá de un accionista. El 60% de nuestros accionistas es extranjero. La mayoría de los tenedores de bonos son extranjeros. Han creído en este proyecto, han mantenido sus inversiones en esto y no podemos, al final, juzgar a la compañía por un accionista en particular.
-¿Usted cree que le haría bien a SQM que Julio Ponce venda su participación?
Esas son decisiones de él. Yo soy gerente general, respondo al directorio y los accionistas son libremente los que adquieren las acciones.
-¿Cómo afecta la estabilidad de SQM el que esté en venta un porcentaje controlador?
No es un tema que a nosotros nos preocupe. Como administración estamos trabajando todos los días, y muy fuerte, para todos los accionistas, cualesquiera estos sean. No tenemos ninguna injerencia y nuestro foco hoy es nuestro negocio. Tengo demasiada pega para preocuparme, además, de eso.
-Pero es una incertidumbre sobre una empresa que tiene el cartel de venta.
Lo que yo entiendo es que se está vendiendo cerca del 23-24%, tampoco es que se esté vendiendo la compañía. Tenemos un 70% de otros accionistas. Van a seguir y están acá. No he escuchado que estén en venta.
-Si cambia el control de SQM, puede cambiar también el gerente general…
El gerente general en todo momento tiene su cargo a disposición del directorio. Yo he trabajado nombrado por un directorio; ahora tenemos un directorio con miembros nuevos y mi función es en todo momento tener mi cargo a disposición. No existe aquí alguien que esté apernado.
-¿Qué opinión tiene usted de Julio Ponce?
Julio Ponce es una persona muy inteligente que le puso mucha fuerza y fue también muy responsable del desarrollo de SQM en su tiempo, en el liderazgo que tuvo en el directorio. Parte del éxito que tuvo SQM en su desarrollo se debe también a su visión.
-¿Le cree cuando él dice que no sabía nada de los pagos que hacía Patricio Contesse?
A ver, no sé, y no conozco los detalles. Obviamente, tuve participación en reuniones en las que participaban Julio Ponce y Patricio Contesse, pero eran reuniones que tenían que ver directamente con el negocio y con reportes que yo hacía. No sé cuál es la relación que ellos puedan tener.
-¿No es extraño que usted desconozca esa relación llevando tantos años aquí?
Conozco la relación que tenían, era de mucha confianza entre ellos, sin lugar a dudas. Yo reportaba permanentemente a Patricio Contesse el trabajo que realizaba, me tocaba viajar mucho y, por supuesto, compartía o le pedía su definición en algunas decisiones importantes.
-¿Usted no era un ejecutivo de confianza de Julio Ponce?
Él era el presidente; yo era el subgerente general. Me imagino que él debe haber estado de acuerdo con que ocupara ese puesto.
-¿Lo volvió a ver después de que dejó la presidencia de SQM, en abril de 2015?
Él tuvo un tiempo -después de dejar la presidencia- oficina en este edificio y me lo debo haber topado una o dos veces. No lo he visto nunca más. Él dejó este edificio hace algún buen tiempo, así que no lo he visto.
El nuevo presidente, Eugenio Ponce, era su subordinado. ¿No es un problema?
No, al contrario, lo conozco mucho. Es una persona extremadamente capacitada, conoce tremendamente bien el negocio, ha estado más de 35 años. No sólo ha sido muy importante en la internacionalización de la compañía, también en su momento estuvo a cargo de operaciones en María Elena, es muy querido dentro de la organización y es una persona de gran capacidad de trabajo. Tengo una estupenda relación con él. Independiente de que su hermano era el presidente del directorio, fue muy leal conmigo todas las veces que fui su superior.
-¿No es un problema pasar de tener directores profesionales sin vínculo con la propiedad a que el nuevo presidente sea hermano del controlador?
Yo no soy quién para opinar de mi jefe. Yo respondo al directorio. El directorio fue elegido en la junta de accionistas, como legalmente tiene que ser, y me toca trabajar con ellos.