El ministro de Energía, Juan José Aranguren, rechazó las versiones sobre un presunto estancamiento en la explotación del yacimiento neuquino de Vaca Muerta y aseguró que no sólo YPF está en condiciones de ampliar las asociaciones que tiene actualmente con otras petroleras en esa área, sino que existe interés por parte de inversores de la región y el resto del mundo por aportar capitales al desarrollo del mayor reservorio argentino de petróleo y gas no convencionales, de acuerdo a lo publicado en el portal Diariamente Nequén.
“Vaca Muerta va a seguir siendo para YPF y para el país una muy buena opción para recuperar la seguridad energética”, explicó Aranguren a la agencia oficial Télam, al tiempo que indicó que “siempre está la posibilidad de asociaciones nuevas en función del interés” de la petrolera nacional y de los potenciales inversores.
“YPF tiene activos interesantes y está en condiciones de asociarse con otras compañías, con el objetivo de recuperar la producción para asegurar la energía para el país”, subrayó.
En la actualidad YPF trabaja en varias áreas de Vaca Muerta, en asociación con la estadounidense Chevron; con la malaya Petronas; y con al argentina Pan American Energy (PAE); además de haber firmado acuerdos recientes con las norteamericanas Dow y American Energy Partners.
El interés de inversores externos por el país “es una clara demostración del nuevo tiempo en la Argentina de apertura al mundo y a la región”, enfatizó el ministro.
“Para integrarnos energéticamente a la región necesitamos inversiones en la Argentina, sobre todo para recuperar el atraso en materia energética, tanto en hidrocarburos como en energías renovables”, puntualizó el ministro, quien aseguró que “hay mucho donde invertir en la Argentina, porque hay recursos renovables y no renovables de muy buena calidad”, y añadió que “los interesados son muchos”.
El ministro remarcó que, si bien el precio internacional del petróleo está, actualmente cercano a los US$ 50 por barril, “es algo que no podemos controlar” desde Argentina, destacó que “en estos días se está recuperando y va a seguir subiendo (ese valor), aunque más lentamente de lo que se esperaba”.
“Eso va a atraer más inversiones hacia la Argentina”, dijo Aranguren y puso de relieve que otro atractivo para la producción interna es “el acuerdo a nivel industrial para mantener el barril de petróleo crudo en un promedio -entre liviano y pesado- de u$s 70 a nivel interno”.
En ese sentido aseguró que “son precios sostenibles en el año”, y explicó que la diferencia de u$s 20 del valor interno con el internacional “es para poder mantener la actividad en la industria petrolera, especialmente en aquellas provincias dedicadas al petróleo y al gas”.
Además destacó que “la industria actúa como una muy buena fuente de recaudación para la Nación y las provincias a partir de las regalías petroleras” que deben pagar por la explotación del recurso natural.
De todos modos reiteró que no se esperan más aumentos en los precios de los combustibles, porque consideró que “con los valores que hoy tenemos hay un equilibrio razonable y se va a mantener”.
Entre diciembre y mayo, el valor de las naftas y el gasoil aumentó en forma acumulada un 31%, con subas de 6% en el último mes de 2015, en febrero y en marzo de este año, y de 10% este mes.
Aranguren estimó que tampoco van a variar las tarifas de los servicios públicos, como la electricidad, el gas y el agua, tras los ajustes del primer trimestre, al señalar.
“No vemos ningún tipo de cambio en lo que resta del año”, reafirmó y explicó que “se va a seguir con el proceso de revisión tarifaria integral” de los servicios, y “en función del (resultado) mismo se verá qué decisiones se tomarán el año que viene”.
“El fracking está prohibido en Francia, pero la francesa Total fractura en Argentina, incluso en zonas declaradas reserva natural. Los dobles estándares y la injerencia son una realidad que vivimos ya con derrames, incendios, derrames, incendios, pérdidas de pastillas radioactivas, desplazamiento de actividades productivas”, dijo a DW Felipe Gutiérrez, del Observatorio Petrolero Sur durante la asamblea Eurolat, en Lisboa.
Ésta es una de las 200 organizaciones de la sociedad civil que manifestaron su alarma en la Asamblea Euro-Latinoamericana (Eurolat) ya hace dos años, cuando el informe que se iba a aprobar parecía dictado por las empresas extractivas.
Por el contrario, el informe que aprobaron el miércoles (18.5.2016) los diputados del Parlamento Europeo -y de varios parlamentos latinoamericanos- reunidos en Lisboa descarta la idea del fracking como combustible puente hacia la transición energética.
Y aunque no habla de la moratoria que pedían los medioambientalistas, sí resalta el principio de la precaución. “Es un informe contradictorio, pero será una herramienta geopolítica útil”, afirma Gutiérrez.
Las posibilidades de una extracción respetuosa del medio ambiente se subrayaba en aquel primer informe de 2014, que pedía trabajar por un marco regulatorio previo a la utilización amplia de este tipo de extracción, que fue popularizada primero por Estados Unidos y China, seguidos más tarde por Canadá y Argentina.
Pero el probado deterioro medioambiental que causa, la cantidad de agua que se requiere para este procedimiento de explotación en zonas donde este recurso escasea, la polución de las aguas profundas y la poca certeza de las reservas reales movieron a países como Bulgaria, Alemania, España, Francia, Reino Unido y República Checa a prohibirlo; por lo menos por el momento.
Sin embargo, las reservas que se detectan en México, Colombia, Ecuador yBolivia despiertan la codicia. Y los cantos de sirena de las empresas extractivas son muy sugestivos.
“Los pueblos tienen derecho a elegir su propio desarrollo” y “Europa no puede imponer sus prohibiciones a otros países” son los argumentos que se esgrimen más comúnmente. Ese criterio proviene de quienes no jerarquizan el impacto socioambiental como el principal problema y ponen la mira en las inversiones para el desarrollo tecnológico, que, se supone, convertirá a ese método de extracción en algo limpio y seguro.
Pero esto, según activistas como Gutiérrez, es un mito. “La universidad de Columbia demuestra en un informe que tanto el gas de esquisto como el petróleo de esquisto son, a largo plazo, más contaminantes que el gas y el petróleo convencional en términos de emisión de gases de efecto invernadero. Los países que optan por el fracking están perpetuando una matiz energética contaminante”, insiste Gutiérrez.
“Hemos podido consagrar y reforzar el principio preventivo y precautorio. Aunque no se ha podido introducir la recomendación de la moratoria, insistimos en que sí hay que conocer los efectos en materia de contaminación de agua y de impacto en las comunidades antes de optar por esto y enfrentarnos luego a desastres”, dice a DW Alfonso de Urresti Longton, diputado chileno presente en la Eurolat.
“Para el componente latinoamericano en esta asamblea es importante también que hayamos podido incluir el punto del respeto irrestricto a los pueblos originarios y la consulta previa, libre e informada en cumplimiento de la resolución 169 de la OIT”, recalca de Urresti.
“Para nosotros, el principal criterio es el conservar la salud pública. Bolivia se abstiene de cualquier opinión hasta que no se haga un trabajo científico profundo sobre sus efectos”, explica a DW, por su parte, Edgar Mejía Aguilar, diputado boliviano. Además, recuerda, “que otros países produzcan gas y petróleo de esquisto ha impactado a nuestro país con la baja de los precios del petróleo”.
Así las cosas, aunque las resoluciones de Eurolat no son vinculantes -y ésta tendrá que pasar aún por la siguiente sesión plenaria de septiembre en Montevideo- “son una herramienta geopolítica que abre o cierra ciertas puertas. Aunque la sensación que tenemos es agridulce, nos servirá para dar la batalla a nivel regional, porque lo que estamos buscando es su prohibición”, concluye Gutiérrez.