EDUARDO CARDENAL
El Banco Central dio el puntapié inicial para que el mercado haga el resto. El martes pasado terminó cortando a una tasa de 36,75% anual para la Lebac de 35 días, bajando 0,75% respecto del 37,5% anterior. Sin embargo, ya el miércoles había muy poca oferta de Lebac en el mercado secundario, y lo operado se hizo en niveles de 36% y 36,30% anual. Las letras de plazos más cortos también tuvieron una caída fuerte al igual que la tasa de caución en bolsa. El mercado espera recortes más fuertes de tasa en las próximas licitaciones y trata de concentrarse en el corto plazo para poder ir a la próxima licitación antes que sigan bajando.
El efecto en el mercado de bonos fue notorio, más que nada para los títulos en pesos. Una vez reducida la tasa de corto, los instrumentos más largos, como los títulos públicos, volvieron a ser atractivos. Los soberanos Badlar ajustaron su rendimiento y ya se ubican en niveles de Badlar la tasa promedio que pagan los bancos privados por depósitos de más de 1 millón de pesos + 3 puntos porcentuales anuales. También los bonos ajustables por CER se mantuvieron firmes, en especial los cortos NF18 y PR13.
A partir de ahora se producirá la batalla entre el dólar y la tasa de interés. Más precisamente, se trata de cuándo comenzará la dolarización de portafolios frente a los distintos niveles de tasa de interés.
Por otra parte, como los vecinos devaluaron más que el país, el tipo de cambio a inicios de año volvió a estar en niveles del 2011 frente al dólar, pero no frente a la moneda de nuestros vecinos. Adicionalmente, la cotización de la divisa cayó en lo que va de 2016 frente a un considerable aumento de los precios locales. Eso le hace concluir al mercado que la divisa necesitará un nuevo empujón durante el año.
Las opciones más atractivas para el inversor minorista con cierto apetito de riesgo siguen siendo los bonos más largos en dólares a la espera de la última compresión de riesgo soberano. Los soberanos bajo legislación extranjera (DICY, PARY) y también los provinciales de misma legislación (BPMD, BPLD) todavía mantienen intereses atractivos para inversores extranjeros que busquen mayor rendimiento, y serían los más demandados una vez que las cuentas públicas terminen de ordenarse.
Si bien la demanda de títulos ya se vio con fuerza, todavía no se vio la última compresión de tasas que ocurriría durante el segundo semestre y a principios del 2017. Los instrumentos con ley de Nueva York son algo más idóneos, ya que por su legislación aplicable tienen más demanda de inversores extranjeros y, en el caso del PARY y del DICY, son una emisión lo suficientemente amplia como para que un inversor grande externo pueda armar una posición relevante.