Si bien los precios internacionales del petróleo arrastran una caída desde mediados de 2014, fue el año pasado cuando los recortes de inversión comenzaron insinuarse en la Cuenca Neuquina. Pese a ese panorama, según los registros del Capítulo IV de la exsecretaría de Energía, se proyectaron 5.217 millones de dólares, de los cuales 4016 millones fueron para los desarrollos no convencionales.
Fueron 11 de las 25 operadoras de la cuenca las que presentaron proyectos de inversión en no convencionales tanto en shale como en tight. Sin embargo la petrolera nacional YPF y el área Loma Campana concentran la mayor parte de la torta.
YPF concentró el 63,5% de los desembolsos con una cifra cercana a los 2.548 millones de dólares. De ese monto 1.780 millones de dólares se destinaron a Loma Campana.
Detrás de la firma nacional se ubican Pan American Energy con 13,4% (539 millones de dólares), Petrobras 7,5% (320 millones), Shell 4,7% (190 millones), Total 4,5% (184 millones) y Wintershall 1,9% (79,5 millones).
El resto de las firmas son Exxon, Americas Petrogas, Apache, Argenta y Tecpetrol, informó Río Negro.
En relación a como se distribuyó la torta destinada a no convencionales, la información oficial consultada señala que el 78,3% de los 4.016 millones se presentó para explotación, mientras que el 19,7% fue para exploración y el 1,9% se anotó como inversión complementaria. El ranking de los inversiones para exploración los encabezó Shell (190 millones de dólares), mientras que Total (184 millones) e YPF (178 millones) completaron el podio.
330 pozos no convencionales se perforaron en todo 2015, según datos de la provincia de Neuquén.
YPF sigue siendo la que más invierte de la mano de Loma Campana.
PAE apuesta fuerte al tight de Lindero Atravesado.
La brasileña, en retirada, puso fichas sobre todo en el tight gas.
Shell construye facilities para sus yacimientos petroleros.
Total avanza lento en Pichana, su yacimiento insignia.
La noticia de la compra de los activos de Petrobras por parte del grupo Pampa Energía puede leerse de dos maneras: como la aventura de la empresa argentina que da el salto en el mercado petrolero o como la tumultuosa salida de una firma brasileña que deja un complejo legado en el país. Esta nota se inclinará por la segunda versión.
De la herencia de Petrobras, que en los próximos dos meses estará bajo control de una especie de comando conjunto, el punto más resonante es una deuda de unos 200 millones de pesos que reclama la provincia de Neuquén, publicó Río Negro.
Se trata de dinero que el Estado demanda en concepto de Ingresos Brutos mal liquidados. Al igual que como hizo en Río Negro, la firma brasileña tributó por la venta de combustibles y no por la venta de petróleo, lo que implica una rebaja de facto de la alícuota en un punto y medio.
“Neuquén ordenó una revisión integral y saltó la diferencia. El tema está en la Justicia pero el derecho nos asiste”, confirmó una alta fuente del gobierno neuquino a este medio.
El tema fue motivo de largas discusiones entre la empresa y el Ejecutivo durante la gestión de Jorge Sapag y se mantiene en la de Omar Gutiérrez, con una nueva variante: Neuquén puso como condición para aprobar una condición no convencional en el bloque estrella de la compañía, Río Neuquén, que ese dinero se pague. También recuerdan que para autorizar la cesión que Pampa Energía piensa hacer a sus socios en ese bloque, YPF y Petrobras (que retendrá el 33%), también requieren autorización del Ejecutivo.
Más allá de la instancia legal, en el sector esperan que el tema se resuelvaantes del cambio de mano, aunque nadie arriesga cuál será la cifra definitiva. Recuerdan que así ocurrió en Río Negro, donde la firma brasileña saldó una deuda de unos 77 millones de pesos para conseguir la extensión de concesión de sus yacimientos.
La misma percepción tienen desde Pampa Energía. Los operadores de Marcelo Mindlin a cargo de la negociación están al tanto de ese eventual pasivo y creen que se resolverá antes de la transferencia definitiva de los activos. Por estas horas siguen con su estrategia para colectar los fondos definitivos.
No sólo el dinero fue un problema con Petrobras. Aunque su salida se aceleró por la megainvestigación del Lava Jato en Brasil y luego, una semana atrás, por la suspensión de Dilma Rousseff en medio de un cuestionado proceso legislativo, el cartel de venta lleva un par de años colgado.
Ese estado permanente de “aviso clasificado”, como lo definió con sorna un empresario petrolero a este medio, generó una virtual parálisis de las inversiones que terminó en una fuerte caída de la producción, señaló Río Negro.
Sólo tomando el último año, los activos en la Cuenca Neuquina sufrieron una baja del 10% en la producción de petróleo. Se destaca la baja en 25 de mayo, su mejor bloque en la producción de crudo.
La del gas subió un 21% gracias al aporte de los pozos de Río Neuquén, yacimiento que Petrobras buscó poner en valor a conciencia de que era la joya oculta de sus activos. El resto de las áreas, especialmente El Mangrullo, se mantuvo estable.
Si se hace la comparación a más largo plazo, los números se distorsionan, porque la firma brasileña se fue deshaciendo de varios de sus activos en el país. Empezó por ceder Puesto Hernández, el principal yacimiento que manejaba en Neuquén. Luego vendió sus activos en las cuencas del sur a la Compañía General de Combustible del empresario Eduardo Eurnekian.
Pampa Energía se quedará con varios activos centrales que hoy maneja Petrobras. Además de las áreas petroleras, manejará la hidroeléctrica de Pichi Picún Leufú, la central térmica Genelba en Marcos Paz.
También es central la refinería de Avellaneda, que produce cerca del 6% de los combustibles del país pero que requiere fuertes inversiones para aumentar su capacidad de procesamiento.
Se suman dos petroquímicas y un complejo de derivados de crudo en Santa Fe, tres terminales de despacho de combustible y 256 estaciones de servicio, de las cuales 24 son propias.
El titular de Pampa Energía, Marcelo Mindlin, consiguió la bendición de l presidente Mauricio Macri para la compra de los activos Petrobras, la operación petrolera más importante del año.
Pero no sólo tuvo la venia política. Fiel a su fama de hombre rápido para las finanzas, se llevó dinero. Consiguió un préstamo de YPF por 140 millones de dólares, que luego saldará con participación en dos áreas petroleras.
A ese dinero se le suman 72 millones de dólares por la venta a Petrobras de un tercio del área Río Neuquén, que quedará en manos de Petrobras Brasil.
Rápidamente, con la billetera engordada, Mindlin pagó el 20% del valor de la operación de compra de Petrobras y todavía le queda dinero para afrontar la eventual captura de acciones que flotan en bolsa.
En el sector petrolero, muchos repararon sobre la maniobra y sobre otro hecho que llama la atención. El mejor activo petrolero que compró Pampa es Río Neuquén, un bloque de tight gas muy promisorio. Sin embargo, el empresario controlará sólo un tercio del mismo, y la operación quedará para YPF.
Algunos, incluso, vaticinan que Mindlin podría seguir desprendiéndose de bloques en los próximos meses.