En pleno proceso de “afinamiento” de los proyectos eléctricos con que se presentarán a la licitación eléctrica de julio próximo se encuentran la estatal ENAP y su socio, la japonesa Mitsui.
Marcelo Tokman, gerente general de la petrolera estatal, dice que las firmas se encuentran trabajando para mejorar los proyectos termoeléctricos a gas Luz Minera y Nueva ERA para participar de la subasta, los que en conjunto suman una capacidad instalada de unos 1.300 MW.
En el caso de Luz Minera, efectivamente hay optimizaciones que se van a introducir, una de ellas tiene que ver con el punto de conexión al sistema, y también estamos terminando de definir cuál es tamaño más eficiente para las centrales, y apenas tengamos esa definición, haremos todas las adecuaciones a los permisos”, dijo Tokman.
El ejecutivo indica que la idea es acortar la extensión de la línea de transmisión para el proyecto, que hoy tiene 153 kilómetros. Esto permitiría disminuir la inversión asociada a la central de 760 MW, y cambiar la “configuración” de la misma.
“La idea no es aumentar la capacidad total del proyecto, sino que ver distintas configuraciones. Lo puedes hacer con varias unidades más pequeñas para la misma capacidad, o una gran unidad, o situaciones intermedias. Eso es algo donde la experiencia y el conocimiento tecnológico que tiene Mitsui es muy relevante para poder hacer la definición de la solución más eficiente”, dijo el ejecutivo.
Una mejor configuración permitiría obtener mayor rendimiento del combustible, en este caso gas natural, lo que ayudaría a las firmas a llegar con precios más competitivos a la licitación de julio.
“Estamos avanzando en los acuerdos más en detalle de los proyectos con Mitsui y todo apunta -esa es nuestra meta-, a poder presentar una oferta más competitiva en las próximas licitaciones”, dijo.
Según está estipulado en los acuerdos entre ENAP y Mitsui, el gas natural para las futuras centrales será abastecido por la japonesa.
La semana pasada, ENAP, Endesa y Metrogas firmaron un acuerdo para enviar hasta 4 millones de metros cúbicos diarios de GNL a Argentina entre junio y agosto de este año por el gasoducto GasAndes, pero Tokman no descarta que, dadas las necesidades del país vecino, el acuerdo se puede extender en el tiempo.
“Lo que estamos haciendo en este caso es el intercambio en una dirección, pero creo que tiene que darse una relación de más largo plazo. En Argentina se produce un crecimiento muy fuerte de la demandas de gas en el invierno y eso se va a seguir dando, y ahí siempre vamos a tener una oportunidad”, señaló.
Tokman descarta que la discusión sobre los precios a los que se pagó el gas a las empresas chilenas, que son más altos que los que en el mercado trasandino se compra gas a otros proveedores, como Bolivia, tenga algún efecto negativo en las exportaciones. Según informó en la prensa argentina, el volumen de negocios asociados a los envíos -sumando los que se realizarán por el gasoducto Norandino- estaría cerca de US$ 100 millones.
“La comparación inicial que se estaba haciendo era poco atingente, una cosa es gas vía gasoducto que se ha mantenido igual todo el tiempo, y lo que nosotros estamos vendiendo es gas que tuvo que pasar por una planta de licuefacción, transportarse vía barco, regasificarse, y ahí recién inyectarse a los gasoductos. La alternativa que les ofrecimos es mucho más conveniente que comprar diésel”, señaló.
Tokman señaló que los envíos permitirán aprovechar infraestructura que estaba ociosa y dar un uso más eficiente a los terminales de Quintero y Mejillones.
“Esto ayuda a amortizar esta inversión que ya se hizo, y obviamente para las empresas que estamos participando es un buen negocio, y la razón de fondo es que nos permite aumentar las tasas de ocupación de esa infraestructura”, dijo.