El desarrollo de la energía eólica como fuente renovable provocó un fenómeno de rechazo de ciertos sectores sociales en algunos países a los nuevos parques por su supuesto impacto en el paisaje. Esto, unido a que en el medio marítimo el viento es más constante y otorga mayores capacidades productivas y de aprovechamiento del recurso, causó la aparición de la eólica marina.
Desde los primitivos aerogeneradores terrestres adaptados para su instalación en el océano hasta las nuevos modelos específicos, la industria se ha tenido que desarrollar a marchas forzadas para paliar su principal desventaja, la de los costes. La instalación de un megavatio (MW) de eólica marina cuesta hoy alrededor de 4 millones de euros, mientras la terrestre ronda los 1,5. Este es uno de los factores que explica que en las subastas energéticas de Reino Unido el MMh se sitúe en unas 120 libras, mientras su hermana no llega a las 80.
Pasado y presente se han abordado en el congreso «Galician Offshore International HUB 2016» celebrado en Ferrol. En él se trataron el futuro y las expectativas de crecimiento de una energía que se revela no solo con amplios márgenes de mejora, sino como una de las menos agresivas en materia ambiental de las que se encuentran en el escenario económico actual, gracias a los exhaustivos controles a los que se ve sometida.
El emplazamiento de la ciudad gallega no es casual, puesto que la eólica «offshore» ha supuesto una oportunidad de reconversión para algunos astilleros en tiempo de vacas flacas en cuanto a nuevos pedidos. Este nuevo impulso en los diques también ha tenido su repercusión en la industria auxiliar, aunque en las conferencias recordaron que para introducirse en el sector tuvieron que «vencer muchos miedos» y adaptarse a una normativa internacional exigente. En un contexto de recuperación de carga de trabajo, esta industria se revela como un complemento a la construcción y reparación de buques, ya que ambas actividades, según los expertos, son compatibles. Pese a que España se posiciona como una potencia en la fabricación de estas estructuras, su instalación no se contempla como viable en el corto plazo, ya que las características de nuestras costas no permite proyectos rentables, como sí sucede en otros países europeos.
El sector mira ya a 2020 como fecha en la que poder competir y convertir esta industria en rentable por sí misma.
La Asociación Americana de la Energía Eólica (American Wind Energy Association, AWEA) difundió ayer un comunicado en el que da la bienvenida al acuerdo que han suscrito varias agencias estadounidenses con sus homólogas escandinavas relativo al desarrollo de la eólica marina en los Estados Unidos. El objetivo de ese convenio es aprovechar la experiencia escandinava en eólica marina para impulsar esta tecnología en las aguas estadounidenses.
"Hoy -explica AWEA en su comunicado- los líderes de los Estados Unidos, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia han hecho público compromiso conjunto de lucha contra el cambio climático que incluye la cooperación para la financiación y desarrollo de las energías limpias. Así mismo -continúa AWEA-, han publicado un Memorándum de Entendimiento entre la oficina estadounidense de energía marina (US Bureau of Ocean Energy Management, BOEM) y el Gobierno de Dinamarca para trabajar conjuntamente en el desarrollo de más potencia eólica marina" (to work together to develop more offshore wind power).
Dinamarca
Según la representante del programa de eólica marina de AWEA, Nancy Sopko, América ha acertado al buscar en Escandinavia "las mejores prácticas en materia de financiación, determinación de ubicaciones y operación de parques eólicos marinos". Sopko ha recordado en ese sentido que, en el caso de Dinamarca, concretamente, el viento genera ya el 40% de toda la electricidad que demanda el país. Más aún: "alrededor de una cuarta parte de esa cuota procede de aerogeneradores marinos. Hay mucho pues que aprender de las varias décadas de experiencia que acumula Dinamarca, por lo que estamos muy satisfechos -ha concluido- respecto de las perspectivas de este acuerdo".
Wind Vision
Según la patronal eólica estadounidense, los vientos marinos desempeñan un papel muy relevante en la recientemente publicada Wind Vision del Departamento de Energía de los Estados Unidos (Department of Energy, DoE), documento según el cual la energía eólica puede llegar a cuadruplicar en los próximos quince años su actual cuota en el mix eléctrico del país, hasta alcanzar el 20% de la electricidad en 2030. Ahora mismo, las cinco primeras turbinas eólicas marinas estadounidenses están siendo instaladas frente a las costas de Rhode Island por la compañía Deepwater Wind y está previsto comiencen a verter electricidad a la red el próximo otoño. Más aún: la oficina estadounidense para la gestión de los asuntos energéticos marinos, BOEM, ya ha arrendado once localizaciones para el desarrollo de instalaciones eólicas marinas a lo largo de la costa atlántica, que, "cuando estén plenamente desarrolladas -apuntan desde AWEA- podrían generar electricidad suficiente como para satisfacer las necesidades de más de cuatro millones de hogares".
Empleo y trade show
Según los datos de AWEA, la eólica terrestre produce ahora mismo en suelo estadounidense electricidad suficiente como para abastecer las necesidades de veinte millones de hogares y emplea a 88.000 personas. El Departamento de Energía de los Estados Unidos (DoE) estima por su parte que, en el año 2030, el sector eólico nacional podría emplear a aproximadamente 380.000 personas. AWEA ha aprovechado este comunicado para recordar la inminenteWindPower Conference & Exhibition de Nueva Orleans. El evento -que la asociación presenta como el más importante en su género del hemisferio occidental (the largest wind power trade show in the Western Hemisphere)- se desarrollará a lo largo de cuatro jornadas, desde el 23 y hasta el 26 de mayo.