Si bien la mayoría de los usuarios de luz y gas ya comenzaron a pagar las tarifas con los nuevos costos, que suponen aumentos de hasta el 400%, las empresas distribuidoras mantienen el mismo escenario de crisis que las persiguió durante la década kirchnerista. Así surge de los balances del primer trimestre presentados a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires por Edesur, Edenor y Metrogas. En conjunto, las tres acumulan un rojo de $ 1342 millones entre enero y marzo pasados.
En el caso de las energéticas, en el mismo período del año pasado habían ganado $ 535 millones entre ambas, mientras que la controlada de YPF había sufrido pérdidas aunque de $ 119 millones. De este modo, en los primeros tres meses de gestión de Mauricio Macri y a pesar del fuerte incremento que sufrieron los consumidores en sus facturas, ninguna logró iniciar el camino de recomposición.
Esto se debe a que el impacto de los aumentos recién comenzó a ser visible en marzo, con lo cual no tuvo repercusión en los balances de este primer trimestre. Por caso, Edesur es la que mayores pérdidas acumula, con $ 631 millones, contra una ganancia de $ 66 millones del mismo lapso de 2015.
Sin embargo, sus ingresos pasaron de $ 992 millones a $ 2582 millones. Y se vio afectada por las actualizaciones de multas aplicadas por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) por efecto del incremento del llamado Valor Agregado de Distribución o VAD. Multas que se tornan inconsistentes si se tiene en cuenta que al asumir el mininstro de Energía, Juan José Aranguren, decretó la emergencia energética por un año y señaló que el sistema estaba a punto de colapsar. De todos modos, en su balance la compañía también reflejó inversiones por $ 532 millones en el mismo lapso.
En el caso de Edenor, su rojo llegó a $ 125 millones mientras que el año pasado había ganado $ 469 millones. También está afectada por la adecuación de las multas y la devaluación.
En tanto Metrogas perdió $ 586 millones contra $ 119 millones de 2015. Es más, al 31 de marzo registraba pérdidas acumuladas por $ 1930 millones y mantenía un capital de trabajo consolidado negativo de $ 612 millones. En su balance, explica que el impacto real en sus niveles de ingresos y costos "dependerá de una variable ajena a su control, que es la reducción de consumo que puedan tener sus usuarios, el que además no dependerá de las acciones que cada uno pueda realizar sino también de los efectos por cambios en las variables climáticas entre ambos periodos de comparación".
Fuentes del sector agregan que todavía "queda un largo camino que recorrer" para que surja una nueva realidad financiera. Aseguran que se debe avanzar en las negociaciones por una revisión integral de las tarifas. Y advierten que el costo de generación de energía sigue subsidiado. Al respecto, Mauricio Bezzecheri, presidente de Edesur, dijo que el incremento tarifario "ha representado el inicio del proceso de adecuación del marco regulatorio del sector para mejorar la calidad del servicio, garantizando la cobertura de los costos de operación y una adecuada planificación de las inversiones".
También considera que es el primer paso, y espera que el Gobierno avance en la revisión integral de la tarifa para recuperar el equilibrio económico financiero de las empresas. "Es una condición básica para seguir avanzando", agregó.