El ministro de Energía afirmó que para el Gobierno nacional el ahorro y la eficiencia energética son "otra fuente de energía y como tal debe ocupar un lugar en la matriz de largo plazo en el país”.
Aranguren encabezó esta tarde la presentación del Proyecto “Desarrollo Sostenible y Eficiencia Energética en Argentina” financiado por la Unión Europea.
“Debemos tomar conciencia de que la energía es un bien escaso y no pensar que el ahorro y la eficiencia es un problema vinculado a una recomposición o readecuación tarifaria o porque queremos hacer frente a la agenda climática”, dijo Aranguren al referirse al proyecto que permitió desarrollar una serie de recomendaciones para su implementación a corto plazo en el país.
Para el funcionario, la Argentina tiene que “aprender de los que han transitado el camino antes” en referencia al marco regulatorio de la Unión Europea que tiene más de 20 años de experiencia en materia de ahorro y eficiencia energética y que sirvió de referencia para el proyecto presentado hoy por los responsables del mismo, Gerardo Rabinovich y Daniel Schanz, en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA.
“No solamente queremos aprender los cambios de conducta que se gestaron en la sociedad europea sino que también nos ayuden a establecer marcos regulatorios y normativos para transitar un camino futuro con energía abundante variada y accesible para toda la población”, definió Aranguren en la presentación que realizó junto al jefe de la delegación de la UE en Argentina, José Ignacio Salafranca.
El informe del que participó la subsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética, Andrea Heins, tiene la ambición de proponer objetivos a alcanzar en un plazo mucho menor a los 20 años que viene requiriendo en la Unión Europea.
En ese sentido, las recomendaciones del proyecto se presentaron como un paso esencial para la elaboración de un Plan Nacional de Eficiencia Energética, y avanzar en los aspectos vinculados a la formación y educación, las normas y regulaciones necesarias para el sector.
En ese contexto, los expositores coincidieron en destacar del informe que “el desarrollo de las normas, guías y protocolos junto a un nuevo marco tarifario puede hacer de la argentina un mercado viable y atractivo para las empresas de servicios energéticos, solo si la normativa permite realizar contratos de larga duración y que los pagos se realicen con los ahorros obtenidos gracias a las medidas ejecutadas”.
Las recomendaciones principales del trabajo -en lo que respecta al corto plazo- son la creación de una Agencia Nacional de Eficiencia Energética que pueda concentrar la difusión y formación, asesoramiento técnico, desarrollo de programas, desarrollo de tecnologías y de proyectos de innovación tecnológica, y coordinar la cooperación con terceros países y agencias.
También se propone la creación de células de eficiencia energética en todas las áreas de administración pública nacional para facilitar la obtención de información sobre datos de consumo, fomentar el etiquetado, la certificación energética y la verificación de los ahorros.
Además, se plantea la necesidad de nombrar un responsable de enlace de la subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética con la delegación de la Unión Europea en la Argentina y otras organizaciones para detectar fuentes de ayuda, y la creación de mesas sectoriales de trabajo para elaboración de material y recomendaciones y la generación de normas y protocolos de eficiencia energética.
Según el balance energético nacional utilizado para el desarrollo del trabajo, los edificios residenciales consumen el 26 por ciento de la energía total, los comerciales y edificios públicos el 8 por ciento y las locaciones industriales el 25 por ciento.
La referencia del trabajo es la creación de marco regulatorio propicio y obligatorio para el ahorro de energía que lleva 20 años de desarrollo en la Unión Europea, y que en 2007 determinó un conjunto de metas del denominado Paquete Verde 2020.
Esas metas de ahorro energético incluyen emitir un 20 por ciento menos de C02 con respecto de 1990, aumentar la participación de energías renovables en la producción eléctrica hasta un 20 por ciento del total de consumo y ahorrar un 20 por ciento de energía mediante medidas de eficiencia.