El Teniente, calificado como la “joya de la corona” por Codelco, está desarrollando tres proyectos para mantener su producción en torno a las 450 mil toneladas de cobre, los que en total requieren de una inversión cercana a los US$ 1.000 millones y la administración está estudiando nuevas iniciativas para contrarrestar el efecto que tendrá el retraso del Nuevo Nivel Mina (NNM), el proyecto que dará 60 años de vida útil adicional a la centenaria operación.
La mega iniciativa -que requiere de una inversión de US$ 5.100 millones- retrasó su puesta en marcha a 2022 para encontrar una solución segura para los trabajadores debido a los problemas geomecánicos de la roca. El proyecto tiene un avance del 36,3%, según Diario Financiero
“Ya en alguna parte tenemos internalizado (el desfase de NNM) y otra la iremos desarrollando. Esto último tiene que ver con cómo reconfiguramos el plan minero para poder mitigar esos atrasos, y se combina con la prolongación de sectores que están en producción actualmente y algunos proyectos considerados en la cartera”, comenta el gerente general de El Teniente, Mauricio Larraín.
Entre los desarrollos a firme de El Teniente, el más avanzado es la mina Dacita, que en diciembre pasado fue inaugurada, y que requirió una inversión de US$ 244 millones y cuenta con reservas de 39 millones de toneladas.
El segundo es Pacífico Superior, con US$ 223 millones, se espera que inicie la operación a fines de este año. El último es Recursos Norte con una inversión de US$ 485 millones y que se espera el inicio para 2020.
“Estos proyectos son relevantes, porque son los sectores nuevos que hacen el enlace entre las minas antiguas y el proyecto”, sostiene Larraín.
De todas formas, el ejecutivo comenta que la administración de la división se encuentra en una etapa de reestudio del plan minero de la faena y que de acá a fin de año podrían presentar proyectos adicionales a los tres en desarrollo, de similares características, a la administración de la firma.
“Estamos trabajando. Hacia el último trimestre del año deberíamos estar en condiciones de presentar algunas alternativas, estamos en plena fase de desarrollo de ellas y evaluándolas”, agregó.
De proponerse a la alta dirección de Codelco nuevas zonas de explotación, estás serían de similares características a las que están en desarrollo, es decir, de tamaño medio de entre 50 mil a 80 mil toneladas de cobre al año. “Si hay algunas cosas más, debemos llevarla al estándar que Codelco exige para que, al igual que los otros tres proyectos, se puedas desarrollar de buena forma, es decir, que los costos y plazos sean certeros”, dice.
La faena ubicada en la Sexta Región es, por lejos, la de mejor desempeño de toda Codelco. En 2015 reportó excedentes de US$ 820 millones y con un cash cost de US$ 1,01 fue, también, la mejor posicionada en la estatal.
Larraín comentó que el año pasado tenían presupuestado ahorros por US$ 43 millones, pero alcanzaron US$ 87 millones. Para este año, sostuvo, ya internalizados en los costos las mejoras alcanzadas, la meta es de US$ 62 millones adicionales.
Pese a estos esfuerzos, dado lo deprimido del precio del cobre, pero también del molibdeno, se proyecta una disminución de los excedentes que aporta la división.
“Por muy bajos que sean nuestros costos, no es posible compensar el efecto de la baja de los precios internacionales. No sólo el cobre ha disminuido de manera importante sino también nuestros subproductos como el molibdeno y ácido sulfúrico que han caído aún más que el cobre”, dice.
En cuanto a los costos de operación, la meta de El Teniente es llegar a un cash cost de US$ 0,99 por libra, con lo que, dice Larraín, “estemos en el grupo de productores más competitivos del país y la industria. Nuestro objetivo es, a pesar del deterioro de las variables mineras, especialmente de nuestras leyes, cumplir con el compromiso con la corporación y a eso debemos agregar la contingencia climática que nos golpeó con mucha fuerza y que nos genera un impacto en producción y costos”.