Los futuros de vencimiento más cercano para el West Texas Intermediate, el referente estadounidense, subieron 21 por ciento este año, pero la recuperación se ve de manera muy diferente si nos concentramos en el más largo plazo. El contrato del WTI a cinco años cayó 2,6 por ciento durante ese mismo lapso, lo cual refleja la visión de que la producción de petróleo shale podría repuntar con la recuperación de los precios, limitando cualquier racha alcista.
“Es posible que los mercados se estén adelantando a sí mismos”, dijo en una nota a los clientes Michael Wittner, analista petrolero en Société Générale SA en Nueva York. “Todavía creemos que un WTI con vencimiento cercano sostenido en US$45 a US$50 será auto-limitante, dado que el gasto y la perforación de los productores estadounidenses de shale se estabilizarían y quizá se recuperarían”.
Los contratos a plazo ofrecen pistas –aunque no pronósticos- en cuanto hacia dónde creen que se encaminan los precios quienes compran y venden petróleo. Si bien los inversores generalmente comercializan contratos a corto plazo, los futuros a largo plazo también son importantes porque permiten a los productores –sobre todo a las empresas estadounidenses de shale- y a los consumidores bloquear los precios y manejar su riesgo.
Advertencias sobre la producción
La visión del precio “más bajo durante más tiempo” todavía tiene algunos detractores notables.
Algunos de los más altos ejecutivos en la industria como Patrick Pouyanne, máximo responsabledel gigante francés Total SA, y Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, han advertido en reiteradas oportunidades que los recortes en las inversiones provocados por la actual caída podrían traer aparejado un déficit de producción en el futuro. Wood Mackenzie Ltd., firma consultora del sector, estimó en febrero que los exploradores cancelaron o postergaron inversiones por valor de casi US$400.000 millones desde que los precios iniciaron su caída a fines de 2014.
Los movimientos en los precios no indican que los inversores estén prestando atención a estos anuncios. Los precios del WTI a corto plazo subieron unos US$7,31 el barril este año en tanto los inversores apuestan a que la oferta y la demanda comenzarían a equilibrarse, poniendo fin eventualmente a la saturación. Durante ese mismo período, el contrato WTI a más largo plazo, para entrega a fines de 2024, cayó casi 70 centavos.
Si bien los precios del petróleo a futuro no son un indicador, generalmente señalan un ancla para el largo plazo.
El WTI a corto plazo está actualmente más o menos al mismo nivel que hace seis meses –US$45 el barril- pero el precio para los contratos de vencimiento más prolongado cayó unos US$6 durante ese período. Una de las razones es que el crecimiento más bajo en los mercados emergentes y los menores costos de producción “ejercerán una presión a la baja sobre los precios a largo plazo”, dijo Jeffrey Currie, responsable de investigación en materias primas en Goldman Sachs Group Inc. de Nueva York.
Si los precios llegaran a estabilizarse en torno de US$55 a largo plazo, el ciclo actual del mercado petrolero sería muy diferente de los anteriores –donde cada contracción plantaba las semillas de la siguiente expansión. Por ejemplo, el período 1998 a 2008, cuando el crudo Brent, el referente mundial, subió desde menos de US$10 hasta casi US$150 gracias a que un sector que acababa de rebajar drásticamente los costos se esforzó por responder al rápido crecimiento de la demanda en China.
Una diferencia esta vez la da el papel que desempeñan actualmente los productores de petróleo shale. Desde Dakota del Norte hasta Texas, docenas de empresas estadounidenses de shale tienen capacidad para reanudar el gasto, volver a perforar y generar producción nueva a medida que suben los precios, aumentando la producción más rápido que en ciclos anteriores dominados por las grandes empresas y los proyectos gigantescos.