MARCELO BONELLI
Julio de Vido será citado por la Justicia en la investigación de la ruta (autopista) del dinero K: fue el principal responsable de la obra pública que habilitó la corrupción de Lázaro Báez.
El fiscal Guillermo Marijuán va a propiciar su indagatoria porque determinó que Báez blanqueó cifras millonarias a partir de los sobreprecios de las obras que le asignó Julio de Vido cumpliendo directivas de Néstor y Cristina Kirchner. Después de los allanamientos, Marijuán pediría que declare como máximo responsable del giro de esos fondos a Austral Construcciones.
La convocatoria romperá la “protección” judicial que el ex ministro de Planificación tuvo hasta ahora. De Vido construyó esa costosa red protectora desde diciembre del 2011. Comenzó a hacerlo después de querer irse del gobierno y renunciar al gabinete de Cristina. Ocurrió durante una tenso encuentro –con diálogos mafiosos– en la Quinta de Olivos. En noviembre del 2011, después de la reelección de Cristina, le comunicó a la ex presidenta que renunciaba y no iba a integrar el nuevo gabinete. Cristina, furiosa, le respondió: “Vos solo te vas de acá con las esposas puestas o con los pies para adelante.” De Vido no se fue pero se dedicó con exclusividad a construir un cordón de protección judicial para atajar las denuncias de corrupción.
Ahora el ex ministro también tendrá que enfrentar otra causa que se acelera: la compra de 510 barcos de gas en el exterior, por la friolera de unos 15.000 millones de dólares. Se presume que hubo sobornos. Claudio Bonadio tiene decidido avanzar con la investigación de todo el proceso que se instrumentó a partir del 2008.
El fiscal Carlos Stornelli ya hizo allanamientos y la sospecha de corrupción involucra al máximo responsable de la estrategia energética en los últimos años: Axel Kicillof, que tenía un poder delegado de la propia Cristina y que avaló un sistema de compras poco transparente.
Hoy comienza una nueva etapa en YPF. Aún no está claro quién ocupará la Jefatura Ejecutiva de la petrolera y la nueva conformación generó fuertes cortocircuitos con los expertos energéticos del radicalismo. La tardanza refleja problemas políticos que enfrenta la Casa Rosada para avanzar en cuestiones consideradas clave.
Por eso, Mauricio Macri resolvió reactivar los adormecidos encuentros de su mesa política íntima, que había espaciado desde el triunfo electoral. Ahora las reuniones serán más seguidas y de ellas participan solo cinco personas: Macri, Nicolás Caputo, Emilio Monzó, Marcos Peña y el ex intendente destituido Carlos Grosso. La intención sería sacarle “más músculo” político a la Casa Rosada, que hasta ahora llevó adelante una pobre estrategia. La primera señal de esos movimientos fue una fuerte “sugerencia explícita” del Presidente hacia el Banco Central.
Aunque se preservan las formas, Macri solicitó que el BCRA acelere la baja de la tasa de interés, cuyo valor espanta cualquier tipo de inversión productiva.
Alfonso Prat-Gay insiste con el tema y se lo planteó al Presidente. Su visión sobre el manejo monetario de Federico Sturzenegger es crítica. La interna entre ambos es heavy y solo se mitiga por una cuestión: la relación personal es amable.
Pero los encuentros de coordinación diarios de la Casa Rosada, Prat-Gay los utilizó para contradecir severamente a Sturzenegger: “El problema ahora no es la inflación, como dice el Central, sino el nivel de actividad.” Prat-Gay le prometió a Macri una inflación cercana al 1% en junio, pero señaló que la recesión puede continuar con el alto costo del dinero.
Sturzenegger respondió la ofensiva. Primero no aflojó ante las presiones y ratificó el altísimo costo del dinero hasta que “estemos seguros que baje la inflación.” Luego se reunió con economistas y les comunicó que su estrategia monetaria tiene todo el aval de Macri. “Está todo –dijo– coordinado con Mauricio.” Ayer –también– dio a conocer el plan monetario y tiró un misil: puso en duda cumplir la meta de inflación del 25% que pregona el ministro de Finanzas.
La pelea le preocupa a Macri. El Presidente avala los gestos de independencia de Sturzenegger, pero está ansioso por frenar la caída que acusa la actividad.
Ayer se insistía en que habría una instrucción política para que el próximo martes haya una baja en la tasa de interés. Así se lo prometieron a Prat-Gay. En el BCRA no hubo comentarios y desconocen esos compromisos.
La falta de coordinación económica preocupa a los hombres de negocios. También, la pobre forma de comunicación de las novedades.
Dicen en la UIA y AEA que la ausencia –por ejemplo– de una mínima estrategia política en la Casa Rosada llevó a cometer errores en el manejo del proyecto de ley antidespidos. Esos manejos pueden hacerle pagar un alto costo político a Macri. Ya sufrió un traspié en el Senado que reavivó los “fantasmas” de la gobernabilidad y alentó la marcha sindical de hoy. José Ignacio de Mendiguren, desde la Comisión de Industria, movilizó a las Pymes y abrió una vía de salida: que un importante grupo de entidades patronales cuestione el proyecto en público. Pero ya todo esta embarrado.
También es muy crítica la opinión del Gobierno frente a la actitud que consideran “prescindente “ de las grandes corporaciones.
Hubo encuentros de Prat-Gay, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana con los principales “ceo” de la Argentina.
Los funcionarios descargaron reproches por la falta de entusiasmo y de apoyo a la gestión presidencial.
Los hombres de negocios, lacónicos, insisten: no habrá algarabía económica mientras no se combata la inflación ni se reactive la actividad productiva.