El acero, uno de los insumos clave en la manufactura de toda suerte de productos, tiene sus precios de capa caída.
Ello puede representar un alivio para nuestras billeteras a la hora de comprar algunos de los bienes que requieren de acero para su fabricación.
Este metal es un ingrediente vital de nuestra vida cotidiana: está presente en la construcción y en los automóviles, pero también en productos comunes como juguetes y en envases de alimentos y bebidas como mermeladas y refrescos, por citar algunos ejemplos.
De modo que un menor precio del acero puede significar que paguemos un menor precio por distintos bienes.
Por ejemplo, a comienzos de mes, el gerente del Banco Central de Costa Rica, Eduardo Prado, aseguraba que los valores de la construcción de vivienda en su país mostraban una rápida desaceleración en el último año.
La razón, según dijo en declaraciones a la prensa de su país, es la reducción en los precios internacionales del hierro y el acero.
A su vez, en diciembre del año pasado, la publicación económica argentina DiarioBae aseguraba que tres grandes productores de acero de ese país -Techint, Acindar Grupo Arcelor Mittal y Sipar Gerdau- habían bajado tambien los precios de sus productos en cerca de 20%.
Una historia que se repite en otros países de América Latina y que apunta a un fenómeno global: la sobreproducción de acero proveniente de China que ha inundado los mercados internacionales, deprimiendo en muchos casos el precio del producto.
Y entonces: ¿recibiremos los consumidores un dividendo importante por la caída en el precio de un material crucial para tantas manufacturas, desde la vivienda hasta los autos?
Nadie duda que la tendencia del precio del acero va a la baja.
En los últimos 25 años, la producción china se ha multiplicado por 12 mientras que la de la Unión Europea cayó en 12%, advierte Andreas Illmer, reportero de la BBC.
+822 millones de toneladas Oferta de acero producido en China en 2014
+672 millones de toneladas Demanda proyectada en China para 2016
La desaceleración de la economía china, sin embargo ha dejado a la potencia asiática con más acero del que necesita. Produjo más de 822 millones de toneladas en 2014 y probablemente aumentará esa cifra en 2016.
Pero la demanda proyectada para este año apenas llega a 672 millones de toneladas, asegura Illmer.
"Por eso el acero chino está siendo vendido en el mercado internacional a precios extremadamente bajos", agrega nuestro corresponsal, quien señala que "los críticos dicen que se vende a pérdida".
Sin embargo, la tendencia a la baja de los precios internacionales del acero no es una garantía de que lo que ha observado en Costa Rica o en Argentina se extienda indefinidamente por toda la región en beneficio de los consumidores de artículos que usan esa materia prima.
Por un lado, el precio del acero es apenas uno de los componentes que determinan el precio de esos productos.
Y además, muchos países han adoptado barreras formales o informales para proteger su producción local e impedir esa avalancha de acero importado que ha dado lugar a los precios bajos.
Una de las más fuertes de esas barreras es la devaluación en la que por diversas razones han incurrido muchas monedas latinoamericanas frente al dólar.
En países como Colombia o México, el valor de la moneda nacional ha caído sustancialmente frente a la divisa estadounidense.
Ello hace que, si bien el precio del acero en dólares puede haberse reducido, el monto en moneda nacional puede estar igual o incluso más alto.
Analistas internacionales esperan además que la demanda por los bienes de consumo que usan el acero en su fabricación en América Latina se mantenga alta, impidiendo una caída fuerte de los precios a los que compran los consumidores.
"La caída en los precios internacionales del acero no tendrá efectos adversos sobre el sector de consumo duradero y de vivienda en América Latina, fuertemente respaldados por crecimiento sostenible en países como México, Chile y Perú", aseguró a BBC Mundo Santhosh Rao, experto en el sector de metales y minerales de la consultora internacional Frost & Sullivan.
"Este crecimiento sostenible se ve complementado con tendencias demográficas favorables como un aumento en los ingresos de clase media y políticas económicas, fiscales y monetarias adecuadas", agrega.
Por otra parte, la sobreproducción mundial de acero es preocupante para la industria local del acero, que genera importantes cantidades de empleo y de actividad económica en muchos países de la región.
De modo que los problemas de la industria china del acero han otorgado beneficios para algunos, pero no a todos los consumidores de la región.
Y en la medida en que refleja los problemas del gigante asiático, una de las grandes locomotoras de la economía mundial, es motivo de preocupación para muchas personas en ambos lados de la Cuenca del Pacífico.