Si todo resulta como está planificado, en los próximos días se producirá el regreso de un Ponce Lerou a la presidencia de SQM. Esto, porque la idea es que Eugenio Ponce, quien ayer asumió como director de la minera, sea el sucesor de Juan Antonio Guzmán. Así lo comentan cercanos al grupo controlador de la minera no metálica
El hecho, cargado de simbolismo, es descrito por algunos cercanos a la firma como la presencia del último Ponce previo a que se concrete la venta que, a través de una de las sociedades cascadas, lleva adelante Julio Ponce Lerou para desprenderse de parte de las acciones que le dan el control de SQM.
“Me ha tocado trabajar con Eugenio Ponce. Él como vicepresidente comercial de la compañía durante un año y doy fe de su profesionalismo y de su gran conocimiento de la empresa. Creo que será un gran aporte. Es una persona de un gran prestigio internacional que para la compañía es muy importante”, dijo Guzmán.
Conocedores de la situación explicaron que la salida de Eugenio Ponce de los directorios de las cascadas busca “separar aguas de SQM” dado el proceso de venta. De hecho, el otro nuevo director de la minera, Gonzalo Guerrero, también renunció a una de esas sociedades.
La mesa de SQM quedó compuesta por Ponce, Guerrero, Julio Rebolledo y Dieter Linneberg, estos dos últimos como independientes con votos del controlador. Los canadienses de PotashCorp mantuvieron a Joanne Boyes, Robert Kirkpatrick y Arnfinn Prugger, y los fondos internacionales a Edward Waitzer, también como independiente.
Ayer Eugenio Ponce no asistió a la junta de accionistas. Incluso se comentó que a esa hora declaraba en el marco de la investigación del caso Cascadas que lleva la Fiscalía.
Esta nueva mesa, catalogada de transición, llevará adelante el desarrollo del negocio y tendrá que lidiar con temas pendientes como la resolución del conflicto con Corfo.
Conocedores de las tratativas dicen que hasta ahora hay gran interés por parte de inversionistas, principalmente asiáticos, que ya presentaron ofertas no vinculantes y están en un primer due diligence. De todos modos, dicen que las ofertas vinculantes, que es la recta final de la operación, deberían concretarse hacia fines de junio o principios de julio.
En estos los meses que restan para eso, las señales serán importantes. Primero, porque se cree que los interesados en SQM intentarán despejar dudas respecto de las reales intenciones del gobierno respecto al contrato en el Salar de Atacama, que originó el arbitraje. Del mismo modo, si el árbitro llegara a anunciar que está ad portas de resolver, la venta podría tomar más tiempo.
De todos modos, se espera que llegue más de una oferta vinculante.
En la junta de accionistas de SQM, su ahora ex presidente, Juan Antonio Guzmán, se refirió al año de su gestión. “No ha sido fácil. Asumí como presidente porque creí que era responsable hacerlo. Ésta es una tremenda compañía, con un gran equipo profesional, no haber asumido no habría tenido que ver con mi personalidad”, dijo.
A la vez, elogió el trabajo del gerente general, Patricio De Solminihac. “Ha hecho un trabajo extraordinario. No sólo en mantener el negocio, sino mejorar el deprimido clima interno. No olviden que esta empresa a fines de los 80 era deficitaria, hoy debe ser de las dos o tres empresas internacionales principales que tiene Chile”, sostuvo.
En cuanto al litigio con Corfo, sostuvo que “la prudencia es el factor más importante. Cuando se empieza a litigar por los diarios, es negativo para los intereses de la empresa. Creemos tener la razón en este tema, estamos convencidos. Pero además estamos explorando alternativas de producción de litio, como recientemente ocurrió en Argentina, el cual es muy complementario al Salar de Atacama”.
Desde marzo de 1999 que Eugenio Ponce Lerou ocupaba el cargo de vicepresidente Comercial de la minera no metálica, posición para la cual ahora la empresa está estudiando un par de opciones de reemplazo.
Uno de los hermanos menores del controlador de la compañía es ingeniero mecánico, egresado de la Universidad Católica de Valparaíso, y comenzó su carrera en la minera en 1981, cuando asumió como gerente de ventas.
Luego, en 1988, subió a gerente comercial y de operaciones y, más tarde, también ocupó el cargo de gerente general de SQM Nitratos. Eugenio Ponce ha ocupado varios puestos dentro de la malla de SQM y de sus cascadas. De hecho, el lunes renunció a los cinco directorios de las sociedades que controlan a la minera no metálica, donde ocupaba los roles de presidente y vicepresidente, y ayer a su puesto en la administración de la minera.
Hace un año y tres días Julio Ponce Lerou dejó el directorio de SQM, tras una fuerte crisis de su gobierno corporativo a raíz del descubrimiento de aportes económicos a políticos ejecutados por el ex gerente general de la firma, Patricio Contesse, lo que derivó en el abandono de la mesa de los representantes del accionista individual mayoritario de la minera, PotashCorp. Pero un mes después, el viernes 24 de abril, tras conformarse la primera mesa sin Ponce en 28 años, la tensión bajó fuertemente.
En una reciente entrevista, el hasta ayer presidente de la minera, Juan Antonio Guzmán, dijo que el empresario no había influido en ninguna decisión del directorio.
Estos doce meses han sido agitados y SQM ha tenido que cubrir diversos frentes.
En gobierno corporativo, el foco estuvo en la investigación de Shearman & Sterling, que en enero fue presentada a la SEC de Estados Unidos. En paralelo, la nueva mesa creó comités y aumentó los sistemas de control de gastos, para erradicar los gastos sin respaldo, que en la era de Contesse bordearon los US$ 15 millones, lo que obligó a una serie de rectificaciones ante el Servicio de Impuestos Internos (SII). Además, el actual gerente general, Patricio de Solminihac, tuvo que recomponer confianzas con los trabajadores, a quienes visitó en las faenas, pasando por los gremios y llegando hasta los inversionistas.
La mesa tuvo que lidiar con la sombra del ex máximo ejecutivo, primero en lo relativo a las dudas sobre cómo proceder con su indemnización. Conocedores de esta fase explican que costó llegar a una decisión porque no estaba claro el resultado de la auditoría a las platas políticas y nadie quería tomar la decisión de finiquitarlo.
La segunda etapa vino tras el juicio laboral que abrió el ex gerente, donde SQM se opuso a pagar los casi $ 4.000 millones que éste demandaba. Ahora, en los últimos meses, la mesa decidió negociar un avenimiento con un tope de $ 1.500 millones.
En el plano operativo no hubo cambios: la plana ejecutiva es prácticamente la misma.
En el plano del negocio, la minera no metálica debió enfrentarse a un nuevo y desfavorable escenario de precios que la obligó a cerrar parte de una faena y explorar nuevos proyectos. Esto, con la sombra del juicio arbitral con Corfo, única espina que no han podido sacarse de encima.