Es hoy el chileno con el cargo más alto en la compañía minera más grande del mundo, BHP Billiton. Daniel Malchuk preside las operaciones de minerales (es decir, se excluyen las petroleras) de este gigante en las Américas, que solo en Chile ha invertido más de US$ 20 mil millones en casi 30 años, la mitad de ellos en la última década.
Este ingeniero civil industrial de la U. de Chile y con un MBA en la UCLA es responsable en el país de Cerro Colorado, Spence y la mayor faena cuprífera en Chile, Escondida. "Es un orgullo haber llegado a esta posición. Es un reconocimiento a mi carrera, he estado ligado a BHP por mucho tiempo, en distintas áreas, en cuatro países distintos (Chile, Estados Unidos, Australia y Singapur), en un sinnúmero de funciones", dice sobre su posición en la que asumió en marzo del 2015.
En esta entrevista, el ejecutivo desglosa la estrategia de la compañía para sobrevivir con éxito el ciclo de bajos precios; anticipa las millonarias inversiones que vienen y delinea los desafíos que tiene el país, en particular en productividad, "donde debemos dar un salto cuántico". Lo dice desde la mirada de una empresa que "confió en Chile en un momento en que había bastante incertidumbre... imagínese, era 1987".
-El año 2015 fue de ajuste en la minería y en BHP Billiton. ¿Seguirá en 2016?
"BHP Billiton partió sus ajustes un poco antes que la industria. Hemos estado enfocados en la productividad desde hace cuatro o cinco años ya. El deterioro de las condiciones de mercado aceleró algunas decisiones, pero sentimos que estamos bien preparados para navegar en un período de condiciones difíciles. La decisión más dura fue, sin duda, el plan de retiro de Escondida, que involucró a unas mil personas".
-¿Vienen más ajustes?
"Siempre nos estamos ajustando, buscando cómo hacer las cosas con más eficiencia".
-El CEO de BHP Billiton, Andrew Mackenzie, habló de la búsqueda de mayor productividad. ¿Qué tan mal estamos respecto del resto del mundo?
"La productividad de nuestras operaciones en Chile es sustancialmente menor a la de Estados Unidos y Canadá, y bastante menor a Australia también. En los últimos años ha habido un aumento desproporcionado de costos (sueldos) que no se ha traducido en mayor productividad. Las cifras hablan de que la productividad en este país ha bajado 20% en los últimos años y la minería es desproporcionadamente peor que en el resto de los sectores. No han sido buenos años, quizás esas ansias por responder rápido al mercado nos jugaron una mala pasada y perdimos el foco".
-¿Puede la reforma laboral acentuar la pérdida de competitividad?
"Estamos preocupados por lo que no está en la reforma. Hubo una oportunidad para haber introducido más flexibilidad para, por ejemplo, permitir que haya más mujeres trabajando en las faenas, un tema que nos preocupa en Chile porque aquí tenemos porcentaje de diversidad de género bajísimo comparado con otras jurisdicciones mineras. O que quienes hagan mantención en la mina lo hagan en toda la faena".
"Y el otro tema es el hot sitting de Estados Unidos, llamado aquí en Chile "manilla a manilla" (cambio de turnos que garanticen continuidad operacional), que la legislación no facilita. Hemos buscado maneras de facilitarlo, mediante tecnología, pero es difícil. Ahí había un espacio para ocupar la legislación para que beneficie a todos y no solo a la compañía. La reforma laboral fue una oportunidad perdida; hoy se habla mucho de productividad y la productividad está en eso, en poder establecer esa flexibilidad que nos permita dar un salto cuántico, y necesitamos ese salto cuántico. ¡Si estamos muy abajo!".
-El Gobierno dijo que la reforma laboral facilitaría esos temas...
"La discusión de la reforma laboral fue bien específica y lo que no se habló allí, no se habló nomás. Hemos logrado bastantes avances con nuestra gente, que sí quieren avanzar, pero la legislación no entrega ninguna herramienta".
-La reforma laboral se centró en la sindicalización y el reemplazo en huelga. ¿Son temas relevantes para ustedes?
"Nuestro nivel de sindicalización es muy alto, casi 80% y en general no ocupamos el reemplazo en huelga, son condiciones muy específicas. El reemplazo en huelga, más que en nuestras actividades propias, nos preocupa en los contratistas, porque si no se llega a un acuerdo, no podemos operar".
-El Gobierno ha anunciado un set de medidas para aumentar la productividad. ¿Este tema no se ha plasmado allí?
"Participamos activamente en esa iniciativa, nos parecen medidas apropiadas, pero hay que dar más énfasis y aprovechar otras oportunidades que había, por ejemplo la reforma laboral".
-¿Les afecta la reforma tributaria?
"No realmente. Pagamos impuestos acá en Chile y también afuera por nuestros dividendos. Las tasas con las que pagamos impuestos por nuestros dividendos son más altas y por eso los cambios específicos a la legislación chilena no tuvieron un mayor impacto".
-¿No les afectó la derogación de las leyes de inversión extranjera?
"Estábamos sujetos al DL 600 desde hace muchos años. En general, nos sentimos satisfechos y creemos que existen las condiciones para seguir invirtiendo acá, y de hecho, la mejor demostración es que acabamos de inaugurar una planta de US$ 4.200 millones en Escondida, estamos estudiando seriamente la construcción de una planta concentradora en Spence y terminando una segunda desaladora de US$ 3.430 millones en Puerto Coloso".
"Los países tienen derecho a decidir sobre sus condiciones tributarias y cuáles son sus leyes. Lo que sí es importante es que necesitamos transiciones, los cambios bruscos no son buenos. Hay decisiones que se han tomado y hay que respetarlas. En la medida que cualquier cambio que sea necesario se haga y se piense en forma tranquila, mesurada, con un período de transición, nosotros estamos disponibles para trabajar".
-Empezó el proceso de reforma constitucional. ¿Tienen alguna inquietud como inversionista extranjero ?
"No tengo comentarios. Está tan en pañales aún".
-¿Les preocupa que se afecte el derecho de propiedad?
"Por supuesto, es un tema importante, pero no hay ninguna claridad de cómo eso se va a dar".
"Seguimos con atención el cambio en las condiciones"
-Hoy el país enfrenta falta de inversión. ¿Se debe las reformas?
"Nosotros seguimos invirtiendo. Pero seguimos con atención el cambio en las condiciones. Esperamos que, cuando se hagan cambios, estos apunten a mejoras en la productividad, que es lo que necesita el país".
-Si nos comparamos con otros productores, ¿cómo está Chile?
"En el ranking del Fraser Institute vamos cayendo. Tenemos ciertas condiciones, como los costos de energía, que son más altos que en otros países, sin ir más lejos Perú, que tiene costos de energía que son la mitad de los nuestros. Sé que el ministro de Energía ha hecho un esfuerzo importante por tratar de revertir esa situación, pero aún la baja para las compañías mineras no es tan significativa que nos permita ser competitivos en temas energéticos respecto de Perú, Canadá, Estados Unidos o Australia. El otro tema es el agua, que es delicado. Nosotros estamos haciendo la desaladora, pero requiere una tremenda inyección de capital".
-¿Chile se ha puesto más riesgoso?
"El mundo está más complejo y Chile no es una excepción a ello. Pero la minería nunca ha sido fácil; pareció fácil los últimos diez años, pero no lo es, requiere de mucha planificación, de integrar muchas cosas, de estabilidad de largo plazo porque las inversiones son cuantiosas, se recuperan en muchos años y las operaciones se desarrollan en varias décadas. Por ejemplo, estamos analizando hacer esta concentradora en Spence con la cual extenderemos la vida útil de la mina en más de 50 años".
-Hace poco un grupo de periodistas subió a Escondida, pero tres manifestantes impidieron el acceso a la mina. ¿No debieron ser más enérgicos
Prefiero recordar a los más de 200 trabajadores que llevan 25 años con nosotros, que estaban felices, orgullosos. Que haya tres personas que hayan provocado esa situación, bastante desagradable por cierto, no empaña en nada nuestra celebración. Hay que ser cuidadosos: tener una actitud violenta como respuesta a una actitud violenta no es una buena alternativa".
-¿Cuándo subirá el precio del cobre?
"La industria del cobre tiene condiciones por las que, tarde o temprano, los precios tienen que volver a otros niveles. Los depósitos de calidad se deterioran día a día y por eso, en algún momento, se va a tener que reemplazar la oferta con nuevo cobre a precios más altos de los que tenemos hoy".
-¿Cuándo ocurrirá esto?
"Se habla que tardará de tres a cuatro años, pero si la demanda crece más lento, quizás se demore de cuatro a seis años. Creemos que al final de esta década o al inicio de la próxima debieran darse esas condiciones de balance (equilibrio) por el lado de la oferta, y necesitas desarrollar nuevas minas, y eso se traduce en (mayor) precio".
"Otro factor que nos tiene optimistas es que el cobre, a diferencia de otros commodities, no solo participa en el desarrollo de infraestructura, sino que participa mucho en la economía de consumo: la gente quiere tener refrigeradores, microondas, que es la transición en la que está hoy la economía china".