Aún no había una sola firma en el histórico acuerdo climático de Paris, y ya varios líderes habían reconocido que era insuficiente, que no existían garantías sobre su cumplimiento, y que sería necesario orquestar un esfuerzo mucho mayor para salvar al planeta de una catástrofe.
La rúbrica de la mayor alianza que el mundo pudo construir para enfrentar la mayor amenaza común que enfrenta la humanidad quedó, así, unida a un dramático llamado para "intensificar los esfuerzos para descarbonizar las economías", en las palabras del secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, señaló La Nación.
Al menos 175 países firmaron el acuerdo de París. Nunca antes en la historia de la ONU tantos países se reunieron en un sólo día para firmar un acuerdo global. Ese fuerte mensaje político, sin embargo, quedó opacado por la cruda realidad ambiental.
"Afuera también hay récords. Hay temperaturas globales récord. Hay una pérdida de hielo récord. Hay niveles de carbono récord en la atmósfera. Estamos en una carrera contra el tiempo", dijo Ban, al abrir la histórica ceremonia de firma en la sala principal de la asamblea general de Naciones Unidas.
Luego, uno a uno, líderes del mundo sumaron sus voces a la urgencia. El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue uno de los primeros en decir que el acuerdo "no es suficiente para salvar nuestra Madre Tierra". El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que el esfuerzo de Canadá "no cesará", y dejó una promesa concreta: casi 2600 millones de dólares para financiar programas a favor del medio ambiente en los países en desarrollo durante los próximos cinco años.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, recordó que el acuerdo de París era el "más fuerte, más ambicioso pacto climático jamás negociado". Pero, en la frase siguiente de su discurso, reconoció una de sus principales debilidades: es sólo un primer paso, una señal política hacia los mercados, una "oportunidad" sobre el cual habrá que construir el futuro.
"El poder de este acuerdo no es que en en sí mismo garantice que vamos a mantener el aumento de la temperatura dentro de la meta de 1,5 grados, 2 grados. De hecho, no lo hace, y lo sabemos. Lo reconocemos. El poder de este acuerdo es la oportunidad que se crea, el poder es el mensaje que envía al mercado", resumió Kerry.
La firma del acuerdo no fue la única noticia que brindó Naciones Unidas. Visiblemente cansada, Dilma Rousseff, apareció en Nueva York con el doble objetivo de firmar el acuerdo por Brasil y recabar apoyo internacional en contra del impeachment que aprobó la Cámara de Diputados. Dilma también dijo que la firma era sólo "un primer paso", y agradeció la solidaridad de los líderes hacia ella, citó La Nación.
Lejos de las restricciones que impone la política, una de las voces más contundentes fue la del actor y activista Leonardo DiCaprio, quien habló luego de Kerry.
DiCaprio le dijo a los líderes reunidos en el imponente salón que podían congratularse por haber logrado un acuerdo, "un milagro", según la calificación que eligió el día anterior la canciller argentina, Susana Malcorra, durante un encuentro con la prensa argentina. Un reconocimieto a una realidad: todo el proceso estuvo a punto de fracasar, más de una vez. Pero DiCaprio dijo que el logro no será nada si el mundo no se mueve "más allá de las promesas del acuerdo".
"Sí, hemos logrado el acuerdo de Paris. Pero desafortunadamente la evidencia nos muestra que no será suficiente", dijo DiCaprio. Luego, se hizo eco de uno de los principales reclamos de la comunidad científica y la sociedad civil que lucha a favor del medio ambiente: "Nuestro planeta no puede ser salvado a menos que dejemos los combustibles fósiles en el suelo, donde pertenecen".
