La inversión más atractiva en los mercados globales es un bono que ofrece un país con 30% de inflación (cifra estimada, porque sus estadísticas no son creíbles). Donde se espera una recesión para el año próximo. Sus principales exportaciones son las materias primas agrícolas, y la soja, cuyos precios cayeron 30% desde mediados de 2014.
Pero esto es Argentina, y los inversores tienen decididamente una visión de futuro y el presidente Mauricio Macri es un verdadero capitalista que cree que hay que pagar a los acreedores. En sus primeras semanas arregló los reclamos que sus predecesores habían negado durante años. De repente, quedaron en el olvido años de agresión peronista.
Pero no se los perdonó. Las notas a diez años rendirán cerca de 7,5%, comparado con el 4% que paga Colombia, país de tamaño similar. Los bonos se emitirán en dólares y no en su depreciada moneda, el peso, y u$s 10.000 millones de los u$s 16.500 millones recaudados se utilizarán para extinguir esas deudas que hace tiempo están en disputa.
Una encuesta informal de Financial Times señala que 17 de 20 inversores pensaban comprar bonos argentinos. Esta demanda contenida era de esperar. Una razón es el momento elegido para hacer la emisión.La política monetaria estadounidense más blanda generó una búsqueda de rendimiento entre los inversores del mercado emergente y "frontera" (los anteriores contratiempos de Buenos Aires habían relegado al país a ésta última categoría).
La falta de algo similar, si bien enoja a los analistas, es un plus para los inversores que no quieren activos que tengan demasiada correlación. Olvidemos a Chile: el vecino de Argentina prácticamente tiene el grado de investment grade, después de muchos años de portarse bien. Colombia depende del petróleo y no de las exportaciones agrícolas. La agitación política y fiscal de Brasil pone al país en riesgo de intercambiar lugares con Argentina. Otras economías frontera como Bangladesh o Zambia están mucho menos desarrolladas.
Dados los buenos vientos, Argentina finalmente disfrutará de su triunfante regreso a la categoría de mercado emergente. Hasta ahora, su población aguanta estoicamente las medidas impuestas por Macri. Pero la emisión de deuda en otra moneda no le deja lugar donde esconderse, digamos, de un ajuste en el ciclo monetario norteamericano. S&P no ve que el PBI en dólares de Argentina recupere el nivel de 2015 hasta 2019.
Mantenerse en un sendero virtuoso no es fácil. La historia de Argentina es una lección de eso.