Mientras las operadoras ajustan personal con cuentagotas e YPF prepara un ajuste de unos 2.000 empleados en todo el país, las 40 grandes empresas de servicios volvieron a solicitar al Ministerio de Trabajo que active por segunda vez el procedimiento preventivo de crisis para Neuquén y que extienda esa medida a otras provincias que no lo aceptaron, señaló Río Negro.
La medida, que aún no fue definida, implica la suspensión de unos 7.000 trabajadores por turno de rotación, que cobrará hasta un 40% de sus sueldos regulares.
Pese a que las empresas hicieron el pedido con carácter de urgente ante la caída de la actividad, los gremios resisten volver a un esquema de tipo. En Chubut y Santa Cruz directamente nunca se llegó a aplicar y en Neuquén y Río Negro, el titular del sindicato de petroleros, Guillermo Pereyra, ya adelantó que no quiere una segunda vuelta.
Los trabajadores piden un cambio en la cantidad de horas de la jornada de trabajo a partir de un nuevo esquema de turnos. En otras palabras, implicaría un recorte generalizado en los salarios que no afectaría las operaciones en el sector. Pero esto también está bajo análisis.
En el caso neuquino los trabajadores afectados de forma simultánea fueron unos 2.000. Pero por las rotaciones casi todos los empleados se vieron afectados.
En Chubut, sin embargo, la medida se resistió con fuerza. El principal abanderado fue el propio gobernador, Mario Das Neves, que inclusive acusó a Neuquén de "entregar" a sus trabajadores al aceptar este tipo de soluciones de coyuntura.
En el Golfo San Jorge se ensayó una salida más heterodoxa. Para evitar un derrumbe, se decidió subsidiar con 10 dólares el barril de exportación de petróleo Escalante. De ese dinero, 7,5 dólares los pone la Nación y los restante 2,5 los aporta la provincia de Chubut a través de un descuento en las regalías, publicó Río Negro.
Esta última medida es la que Neuquén, cuyas cuentas siguen ajustadas, quiere evitar a toda costa.