La petrolera Pacific Exploration and Production, a quien en una cuestionada licitación se le concedió la operación del Lote 192, el más grande del Perú, se encuentra al borde de la quiebra.
La petrolera privada más grande de América Latina dijo que se acogerá a la protección judicial por bancarrota luego de llegar a un acuerdo de reestructuración tentativo que deja a los accionistas con centavos sobre cada dólar que poseían.
El pacto podría coronar un giro aleccionador de eventos para Pacific Exploration & Production Corp. (anteriormente Pacific Rubiales), que hasta hace poco estaba ubicada a la vanguardia del auge petrolero de Sudamérica. Durante su cénit, a comienzos de la década, su capitalización de mercado ascendía a US$8.000 millones, empleaba a 30.000 personas y tenía tanto efectivo que llevó al cantante Marc Anthony a una fiesta corporativa.
Pacific se ha convertido en una gran descalabro en medio de la depresión global de las materias primas, algo que miembros antiguos y actuales de la junta directiva, así como empleados, dicen fue exacerbado por una mala gestión, un gasto descontrolado y malas decisiones de inversión.
“Pacific fue una historia de éxito pero no tomó las decisiones correctas”, dijo Nathan Piper, analista de RBC Capital Markets. “No tendría que estar en la situación en la que se encuentra hoy”.
El vocero de la empresa colombo canadiense, Tom Becker, dijo que el equipo de gestión tomó decisiones con base en la mejor información disponible en el momento.
La reestructuración pactada el lunes con el fondo de cobertura canadiense The Catalyst Capital Group Inc. inyectaría US$500 millones y recortaría US$5.000 millones de la deuda de la empresa, a costa de prácticamente dejar sin nada a los accionistas. El acuerdo necesita ser aprobado por dos tercios de los acreedores.
Fundada por ejecutivos del sector petrolero y minero de Venezuela que habían huido del gobierno socialista de Hugo Chávez, la pequeña firma creció hasta llegar a ser la segunda mayor empresa de Colombia, después de la petrolera de control estatal Ecopetrol SA. También ayudó a convertir al país en el tercer productor de crudo del continente.
En 2012, la revista colombiana Dinero puso al equipo gerencial en la portada con el titular “La magia de Pacific”.
Los ejecutivos de la petrolera, Serafino Iacono y Ronald Pantin, llevaban una vida muy visible. Volaban en jets privados y construyeron casas de campo de lujo. Pacific patrocinó la selección nacional de fútbol y un campeonato de golf PGA anual. En 2013, el Congreso colombiano le otorgó a Iacono la prestigiosa “Orden de la democracia en el grado de Gran Caballero” por sus actividades empresariales.
El dinero entraba y salía. La empresa realizó casi una decena de adquisiciones, diversificándose en gas natural e infraestructura, entre ellas una participación de 35% en el Oleoducto de los Llanos Orientales y una de 41,6% en el nuevo puerto de la ciudad de Cartagena de US$600 millones, que la compañía dijo la ayudaría a crecer y reducir costos de operaciones.
Pero analistas y empleados dicen que la racha de compras de la empresa, especialmente la adquisición en 2014 en efectivo de la exploradora de crudo Petrominerales Ltd. por US$909 millones, acumuló una deuda insostenible de US$5.000 millones.
“Teníamos un excedente gigantesco justo cuando las cosas se pusieron mal”, dijo un ex ejecutivo, quien agregó que los miembros de la junta obtuvieron más préstamos para pagar por Petrominerales en lugar de pagar de forma más prudente con acciones.
Aun así, los inversionistas estaban dispuestos a apostar por la empresa. El conglomerado mexicano Grupo Industrial Alfa SAB elevó en 2014 una pequeña participación a 19% por US$1.000 millones.
Lote 192, Perú
Analistas también dicen que Pacific sobreestimó las reservas, inflando la demanda por su deuda y acciones mucho después de que el precio del crudo había caído y la producción se había vuelto menos rentable.
Becker, el vocero de Pacific, dijo que la empresa contrató analistas de reservas independientes ajustándose a las leyes de valores.
La compañía con la tarea de calcular las reservas de Pacific, la canadiense Petrotech Engineering Ltd., dijo en 2013 que Pacific tenía más de 30 millones de barriles de reservas comprobadas en su bloque CPE-6, en los Llanos Orientales de Colombia, incluso mientras el dueño de la otra mitad del bloque, Talisman Energy Inc., de Canadá, dijo que sus propios cálculos de reservas para CPE-6 daban cero.
En una entrevista, el fundador de Petrotech, John Yu, dijo que basó sus cálculos en varios factores permitidos bajo las leyes canadienses, incluyendo un estimado del precio futuro del petróleo que era más alto que lo que resultó en realidad.
Personas dentro y fuera de la empresa dicen que los miembros de la junta de Pacific basaron su presupuesto de 2015 en un barril de petróleo a US$80 cuando el mercado de futuros ya estaba poniendo en la senda de descensos adicionales. Becker asegura que a fines de 2014, la gerencia empezó a reducir inmediatamente costos y presupuestos para reflejar la nueva realidad del precio del crudo.
A medida que los problemas de Pacific se acumulaban a comienzos de 2015, un grupo de inversionistas venezolanos jóvenes vio una oportunidad para quedarse con la empresa a un precio barato y conseguir así un vehículo para expandirse en el masivo sector de hidrocarburos de su país.
El grupo acumuló una participación de 20% en la empresa por US$290 millones. Esos inversionistas, representados en la firma O’Hara Administration Co., son liderados por el contratista del sector eléctrico Alejandro Betancourt, cuya empresa, Derwick Associates, ha sido investigada por las autoridades estadounidenses por soborno.
Un portavoz de Derwick indicó que la investigación fue suspendida después de que el Departamento de Justicia de EE.UU. revisó sus cuentas bancarias. El Departamento de Justicia declinó comentar sobre el estatus de la investigación.
Apenas días después de que O’Hara elevara su participación, la mexicana Alfa junto con su socio estadounidense Harbour Energy Ltd. ofrecieron comprar Pacific por 6,50 dólares canadienses (US$5,1) por acción con la idea de usar la empresa en las nuevas licitaciones petroleras de México. Pacific también cotiza en Toronto. Pero los nuevos accionistas venezolanos bloquearon la oferta, con la esperanza de quedarse ellos con el control de la petrolera.
La oferta de Alfa por Pacífico era “un milagro” en medio de los bajos precios mundiales del petróleo, dijo Ian MacQueen, analista de Paradigm Capital. “También fue [increíble] que la oferta fuera rechazada”.
Cuando el acuerdo fracasó, las acciones de Pacific se desplomaron 45% más, a 2,85 dólares canadienses en la bolsa de valores de Toronto. A medida que los precios del crudo siguieron hundiéndose, también lo hizo el de sus acciones y el grupo O’Hara perdió 70% de su inversión inicial.
Ahora, O’Hara y el resto de los accionistas de Pacific podrían enfrentar una pérdida total si el acuerdo de reestructuración es aprobado. La alta gerencia, sin embargo, podrá mantener hasta 10% de las acciones de la empresa reestructurada bajo el plan de incentivo ofrecido por Catalyst.