lA central térmica Río Turbio, aquella construida a pocos metros de la mina de carbón, sigue paralizada señaló el diario La Nación. Con una turbina terminada y la otra a poco de concluirse, la obra que demandó al menos 800 millones de dólares de inversión, espera definiciones varias.
Todo empezó pocos meses, antes del cambio de gestión. El anterior gobierno dejó impagas algunas facturas antes de irse; nada distinto a lo que pasó en gran parte de la obra pública. Con deuda acumulada, llegó la gestión actual.
Según la publicación, tanto la central como todo lo que tiene que ver con el yacimiento de carbón fue alcanzado por la sombra que proyectan los grandes esquemas de obra pública en Santa Cruz. Se iniciaron auditorías en ambos lugares. Para entonces, una de las dos turbinas estaba terminada y hasta estuvo encendida algunos días para que la ex presidenta Cristina Kirchner la inaugurara en plena campaña. Luego la llama se apagó. La otra, según a quién se consulte, está a un 80% o 90% de su finalización.
Empezaron entonces las negociaciones. La empresa contratista del proyecto termoeléctrico, Isolux, la Unión Obreros de la Construcción (Uocra) y la nueva conducción que depende del Ministerio de Energía iniciaron una serie de reuniones. Se decidió que los contratistas de la usina se marcharan y sólo quedara un staffreducido. Hubo acuerdo entre todos. El Gobierno, mediante el pago de algunos certificados, se haría cargo de las indemnizaciones de alrededor de 900 personas. Se firmó un acta y llegó la primera parte del dinero.
Sin embargo, aún restan girar alrededor de 75 millones de pesos para pagar a los empleados de los contratistas y eso tiene en alerta a la Uocra. Isuolux hace cuentas y mantiene obrador y comedor para los empleados que conservan sus puestos de trabajo. Por ahora no hay trabajos en la usina. Dicen que lo que más preocupa es la rotación de mantenimiento de las turbinas en movimiento, que, según los entendidos, es necesario para la conservación del generador, el corazón de la obra. De generar para el sistema interconectado nacional aún no se habla.
A pocos metros de ahí, la mina de carbón transita por otro camino. Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) es la base de la vida de la ciudad de Río Turbio. Por primera vez, la intervención es ejercida por habitante del lugar. Se trata de Omar Zeidán, un ex candidato a intendente muy cercano al radical Eduardo Costa explica La Nación.
Mientras revisan números, compras y contrataciones de la anterior intervención, ya hubo algunos movimientos que predicen la apuesta por retirar más carbón de los túneles de la mina. Estos días se cursó un pedido a la central. Se trata de cuatro megas de potencia como para poder poner en funcionamiento un sistema de oxigenación de los corredores de la mina. Se trata de una de las obras más sensibles de la explotación subterránea que había quedado relegado por la compra de bienes de dudosa utilidad.
Además, volvió algo de extracción. Por estos días fueron dos embarques de carbón a algunas ciudades de Santa Cruz destinado a calefaccionar hogares de bajos recursos. Hacía no menos de dos años que ni un gramo de carbón salía de Río Turbio.
Como siempre sucedió, de la vida de la mina depende la vida del pueblo. Por ahora todos, respiran. Lento, pero respiran.
En el día de ayer, desde Unión para Vivir Mejor revelaron que en el marco de la auditoría que se lleva adelante en la empresa YCRT se encontró un expediente de aprobación de la adjudicación al grupo de Isolux Corsan para “el estudio de conversión a sistema dual de los quemadores principales y sistema de reinyección de cenizas volantes de las dos calderas Foster Wheeler de la Central Termoeléctrica Río Turbio”, por un total de 5,5 millones de pesos publicó La Opinión Austral.
El expediente S01 - 0298250/2014 (que al día de la fecha cuenta con dos cuerpos y numerosos folios) se habría iniciado en marzo del 2014 de manera interna por parte de Miguel Larregina, planteando se estudie la reconversión del 100% de la megausina del carbón al gas.
Para ello la empresa Isolux Corsán realiza las consultas respectivas con los fabricantes de las calderas de la termousina y la firma cotiza un estudio en 650 mil dólares, que pasado, luego a pesos, da los 5,5 millones por lo que fue contratado.
Dicho expediente de contratación directa fue aprobado finalmente en el mes de enero de 2015 por el entonces interventor Atanacio Pérez Osuna, señalando que “resulta conveniente y viable la adaptación de los quemadores”.
Cabe señalar que el atraso de casi un año en realizar la adjudicación se debió a que el informe de los fabricantes de las calderas fue remitido en inglés y luego de varias notas giradas a Isolux, éste finalmente hizo llegar la traducción respectiva, la que señalaba que con la obra en marcha, la reconversión sólo se podría dar en un 80% a gas y un 20% de manera permanente a carbón.
Esto también habría traído aparejada la demora en la finalización de la obra final que hoy se encuentra en un 80%.