Nada fue improvisado. La ensalada caesar con salmón ahumado era un guiño para los empresarios chilenos. El lomo con pudín de queso en salsa de hongos, la marca registrada para los argentinos. Las 13 mesas del Plaza Hotel llevaban el nombre de los distintos pasos fronterizos y los 120 presidentes de empresas de ambos países se distribuían entre las particulares Agua Negra, Jama, Río Futaleufú y la principal, Cristo Redentor.
Luis Pagani, presidente de Arcor, y Horst Paulmann, fundador del grupo Cencosud, estuvieron al frente de la convocatoria del resucitado Consejo empresarial binacional Argentino-Chileno. Para ello llegaron los principales líderes de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), la federación gremial chilena que nuclea a unas 4000 empresas, 38 asociaciones sectoriales y 19 gremios empresariales regionales. En cifras: el 100 por ciento de la actividad industrial de Chile y el 30 por ciento del producto bruto interno de ese país.
"La Argentina ha vuelto al mundo y Chile es muy importante en este regreso", expresó Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina, a modo de bienvenida. Lo seguían con su mirada Luis Etchevehere (Sociedad Rural Argentina), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Claudio Cesario (Asociación de Bancos), Daniel Funes de Rioja (Copal), Juan Chediack (Cámara Argentina de la Construcción), Adrián Kaufmann (Unión Industrial Argentina), Enrique Mantilla (Cámara de Exportadores) y Eduardo Eurnekian, en su carácter de vicepresidente de la Cámara de Comercio.
"Si a la Argentina le va bien a todos los vecinos también. El Gobierno está tomando medidas difíciles pero necesarias", se entusiasmó Hermann Von Mühlenbrock, presidente de Sofofa. Y agregó: "Se inicia un plan de trabajo concreto con objetivos, plazos y responsables".
Las principales metas son desarrollo energético, minero, logística, finanzas, comercio, servicios, conectividad y ciencia. "La desaceleración global nos acompañará un tiempo y hay que diseñar una agenda de trabajo conjunta", agregó el líder de la entidad. En el almuerzo estuvo Francisco Cabrera, ministro de Producción, quien resumió la foto actual. "Verlos a todos juntos acá muestra sus reflejos. Estamos trabajando en la normalización de la economía local tras la unificación cambiaria y el regreso a los mercados internacionales", señaló. Al tiempo que se mostró preocupado por la situación en Brasil, adonde va el 50% de las exportaciones industriales argentinas.
Sin embargo, fue el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien buscó desde su realismo explícito potenciar todas las oportunidades que existen entre ambos países: "Aquí los celulares andan mal, durante los veranos se corta la luz, los ferrocarriles de carga transportan el mínimo en décadas y los caminos están rotos". Para el ministro es justamente en este déficit donde radica la oportunidad. "Hoy en la Argentina estamos peor que hace 16 años, cuando todavía era emprendedor tecnológico y visité Chile. En cambio ustedes avanzaron", agregó.
Luego sorprendió a los empresarios con un dato: el gobierno de Macri lleva un 8,5% de su mandato cumplido. "El tiempo nos corre. Avanzaremos en la licitación de corredores viales nuevos, en la construcción de autopistas y en la mejora de la infraestructura".
Por otra parte, anticipó un plan de inversiones por US$ 200 millones de la firma Exolgan y la mayor apuesta que quiere hacer en el mercado doméstico la línea aérea Sky. "Por cada argentino que vuela, vuelan tres chilenos. Lan fue perseguida en la Argentina. La intentaron sacar del hangar, no tenía mangas y es el segundo empleador del sector aerocomercial. Eso, con nosotros, no pasará", agregó. El regreso del tren entre Salta y Antofagasta a 4000 kilómetros de altura fue otro de los puntos que destacó. "Desarmar el populismo en la Argentina no es fácil. Hubo complicidad del sector empresario en el gran deterioro institucional de la Argentina, y eso no puede repetirse", concluyó, quien mostró a Lázaro Baez como el "antiejemplo" de la obra pública.
“Dándonos cuenta del ‘tamaño’ del problema heredado y de la estrategia para salir adelante”. Así describía el presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile, Juan Pablo Swett, la sensación térmica que dejó la seguidilla de reuniones que concretó entre el lunes y martes en Argentina la misión empresarial organizada por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa).
Si bien el puntapié inicial de los encuentros se dio el lunes, ayer se materializaron las citas clave para calibrar los ánimos que despertó Mauricio Macri en diciembre pasado tras asumir la Presidencia. Unos minutos más tarde de lo previsto, el mandatario se reunió con la delegación empresarial, mostrando admiración por lo realizado en Chile en sus últimos 30 años.
Según el director de la Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera (APIE), Vicente Mira, el llamado de los chilenos fue a darle prioridad al tratado de doble tributación, logrando su apoyo para que se envíe a la brevedad posible al Congreso argentino. “Se hizo patente la urgencia, la relevancia de que ojalá sea este año y en ese sentido el presidente Macri se comprometió a darle prioridad al proceso”, apunta Mira.
En la cita, los privados acordaron conformar 10 mesas de trabajo en sectores estratégicos para ambos países, las que se pondrían en marcha durante este año. Entre las áreas destacan institucionalidad, logística, integración energética, tecnología, financiera, entre otras.
En las reuniones previas sostenidas por la delegación chilena, el discurso trasandino se orientó a construir “una nueva Argentina” mediante un “proceso de normalización de la economía” de ese país donde Chile jugaría como actor primordial.
En los encuentros los privados evaluaron la certeza jurídica para volver a invertir, principalmente, en minería, energía, infraestructura y servicios. Por las múltiples preguntas del empresariado chileno, la lectura de los asistentes es que quedó de manifiesto el interés de ambos países por invertir. El mensaje fue reafirmado por Macri en la Casa Rosada al invitar a invertir bajo las nuevas condiciones económicas de Argentina.
La agenda comenzó a las 10 horas con el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren. Tras la cita, su par chileno, Máximo Pacheco, señaló que “la integración con Argentina debe terminar con las declaraciones y pasar a la acción”. Aranguren destacó que su país “quiere recuperar la normalidad” y atraer inversiones.
Más tarde, se reactivó formalmente el Consejo Empresarial Chile-Argentina donde el controlador de Cencosud, Horst Paulmann, quien lidera el capítulo chileno de la instancia, destacó que “Argentina está iniciando una nuevo camino y tiene una oportunidad única de volver hacia una economía abierta (…) pero no es tarea sólo del Presidente Macri, todos debemos ayudar para que este sueño se haga realidad”
El anuncio fue encabezado por el vicecanciller argentino, Carlos Foradori, quien realizó el intercambio formal de carpetas con el ministro de Obras Públicas de Chile, Alberto Undurraga Vicuña en la sede de la Cancillería acompañado por el Embajador chileno José Viera Gallo, y su par argentino en Chile, José Octavio Bordón, entre otros funcionarios.
Undurraga Vicuña precisó que el túnel de baja altura se elevará a 2.000 metros y se proyecta una extensión de 11,5 kilómetros para conectar San Rafael (Mendoza) con O'Higgins en Chile.
"Mejorar la conexión física entre ambos países constutuye un elemento promordial de una política de Estado que establece el carácter estratégico de la relación bilateral", consideró Foradori.
El número dos de la Cancillería consideró que "sólo hay algo más sólido y estable que una política de Estado: una constante y permanente política de dos Estados", plasmado en el Tratado de Paz y Amistad de 1984, marco "referencial" de la relación bilateral, junto al Tratado de Maipú de 2009.
"En ese momento se acordó mejorar y ampliar la conexión física entre ambos países mediante la realización conjunta y coordinada en materia de energía, transporte y comunicaciones", reseñó el funcionario argentino, tras explicar que aquello motivó el mandato para encauzar el proyecto a cargo de "Ebileñas" y alcanzar la mejor "alternativa técnica y económica" para su realización.
Foradori señaló que la concreción es un "viejo sueño" de Mendoza y O'Higgins y la ponderó como la "mejor alternativa de conectividad permanente" los 365 días del año, que posibilitará "profundizar la integración de ambas regiones".
La edificación del túnel es un "triunfo de la determinación por sobre la desconfianza" y permitirá utilizar la conectividad del eje Atlántico-Pacífico, que se convirtió no sólo en una cuestión "central" de la agenda bilateral sino una "prioridad regional" que proyecta una relación "más compleja y más productiva", estimó el diplomático.
Por su parte, Undurraga Vicuña destacó la "larga historia conjunta entre los países" y, respecto de la obra, precisó que el túnel será "uno de los pasos más bajos que tendremos en esa latitud: a 2.000 metros de altura".
"La geografía del lugar permite perfectamente tener un paso con facilidades, que demandará una inversión aproximada de 1.000 millones de dólares", añadió el funcionario chileno, quien concluyó que la obra "construirá un mejor futuro" para ambos países.
Asistieron también al anuncio el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, y su par de la provincia chilena de Cardenal Caro, Teresa Núñez, entre otros funcionarios de Argentina y Chile.