Tras 18 meses desde su arribo al país, con la toma de control de la Compañía General de Electricidad (CGE), en una operación valorada en unos US$ 3.300 millones, Gas Natural Fenosa (GNF) se apresta para escalar en el negocio eléctrico, con su primer proyecto de generación en el país.
La catalana está preparando el camino para una central de ciclo combinado en base a gas natural con una capacidad instalada de 600 MW.
A fines del año pasado la española trabaja en el desarrollo de este proyecto que denominaron Tierra Noble y cuya capacidad contratarían con clientes regulados a partir de las futuras licitaciones de suministro.
La intención de GNF es instalar la unidad en la Región del Biobío y según comentan conocedores de los planes de la europea, la inversión considerada rondaría los US$ 600 millones.
Las fuentes sostienen que el desarrollo de este complejo, que sería el primero de una cartera que también contempla el desarrollo de centrales en base a Energía Renovable No Convencional (ERNC), está en una fase avanzada.
Lo anterior porque ya habrían completado los estudios de ingeniería y está en ejecución el relacionamiento temprano con las comunidades aledañas, lo que ha implicado encuentros con autoridades comunales y regionales, así como con representantes de las organizaciones sociales.
La empresa ya estaría en poder de una primera valoración social de la iniciativa, pero la intención de GNF es afinar ese trabajo previo al ingreso del proyecto al proceso de evaluación ambiental. La empresa ha preferido llevar el tema con cautela, a fin de evitar posibles “ruidos” en la comunidad que pudieran complicar el desarrollo de la iniciativa.
Consultados en GNF dijeron en primer término que aún no tienen un proyecto “a firme” y agregaron que sus planes en Chile son de largo plazo y en ese sentido trabajan en varias líneas estratégicas.
“Hemos y estamos estudiando distintas alternativas, proyectos y tecnologías, entre éstas térmicas, hidráulicas, y renovables, para materializar este ingreso. Tierra Noble es una de éstas y en caso de avanzar esperamos volcar en este proyecto nuestra experiencia en ciclos combinados”, declararon.
La ubicación que Gas Natural Fenosa explora para su proyecto le permitiría obtener gas natural previamente procesado en el terminal de regasificación de gas natural licuado (GNL) Penco-Lirquén, que está asociado a la central El Campesino, proyecto que es impulsado por inversionistas locales y cuenta con el apoyo de las extranjeras Cheniere y EDF.
La española podría desviar algunos de los buques de GNL que hoy llegan a Quintero para abastecer el contrato de Metrogas o agregar nuevos, dependiendo de las necesidades.
Aún no está definido si GNF se presentará con este proyecto a la licitación de suministro de julio próximo, pero la firma puede también participar de otros dos procesos que el gobierno lanzará en 2017 y 2018, y que podrían calzar de manera más holgada con los tiempos de desarrollo del proyecto.
Global Power Generation (GPG), que tiene 7.000 MW instalados y es el brazo de generación eléctrica de GNF, donde el fondo Kuwait Investment Authority tiene el 25% de la propiedad, está impulsando este proyecto, el cual es monitoreado directamente desde la matriz.
Al menos cinco nuevas centrales de ciclo combinado, que usarán gas natural como combustible principal, están desarrollando las principales eléctricas que operan en el país, todas las cuales apuestan a lograr contratos de suministro eléctrico en las próximas licitaciones.
La capacidad instalada en centrales de ciclo combinado en los principales sistemas eléctricos, el SIC y SING, alcanza hoy a 4.130 MW, Según datos de la Asociación de Generadoras y sin considerar proyectos en ejecución como Kelar, de BHP.
Si se concretan los proyectos en estudio anunciados por diversas generadoras, el parque se podría casi duplicar. La estatal ENAP, en conjunto con la japonesa Mitsui, están desarrollando las centrales Nueva ERA y Luz Minera, que suman 1.250 MW de capacidad. La primera está en trámite ambiental y la segunda concluyó ese proceso y cuenta con permisos.
Ahora, el foco está en la Región del Biobío, al proyecto del terminal de regasificación Penco-Lirquén, donde participan la estadounidense Cheniere, la francesa EDF y un grupo de inversionistas locales, que abastecerá al complejo El Campesino cuya primera unidad tendrá 640 MW.
A fines de febrero, la iniciativa en evaluación ambiental recibió un tercer set de preguntas por parte de la autoridad.
Asimismo, E-CL, el brazo de generación de Engie, tendría en sus planes un ciclo combinado (480 MW) en Pemuco. En este grupo entraría Tierra Noble de GNF.
En paralelo, Endesa trabaja también en dos proyectos que le permitirán aumentar su capacidad de generación en base a gas, aunque de forma marginal. El primero lo viene refirmando hace años y se trata del cierre del ciclo en las centrales Taltal y Quintero, para aprovechar mejor el gas que se quema en ambas instalaciones.
Contrasta con estas intenciones la señal de desarrollo que entrega la autoridad, ya que en el estudio preliminar de precio de nudo de abril, el plan de obras no considera unidades que operen en base a gas natural, mientras que en base a carbón se proponen cuatro centrales por un total de 1.400 MW de capacidad.