Las expectativas que se ciernen sobre la próxima reunión en Doha, en la que Venezuela, Rusia, Arabia Saudita y Qatar, propondrán a países productores Opep y No Opep un congelamiento del bombeo de crudo a los niveles de enero de este año, mantienen en constante vaivén el valor del petróleo, que inició una carrera descendente desde julio 2014 y que tocó un mínimo a mediados de enero pasado.
En esta semana, la decisiva, se terminarán de mover las piezas del tablero. Se espera que se sumen o resten países a la medida que podría, eventualmente, estabilizar los precios y elevarlos en 50%, según estimaciones formuladas por el Ministro de Petróleo y Minería de Venezuela, Eulogio Del Pino.
De acuerdo con esta proyección del incremento en las cotizaciones, los crudos quedarían de la siguiente forma: la cesta venezolana de precios crecería desde 27,9 dólares por barril a 41,8 dólares; el crudo estadounidense (WTI) escalaría de 39,7 dólares a 58 dólares; el Brent del Mar del Norte pasaría desde 41,9 dólares a 62,8 dólares; mientras que petróleo de la Opep (que promedia el valor del crudo de sus miembros 13 miembros) se elevaría desde 38,7 dólares a 58 dólares.
Apuestas de observadores del mercado petrolero sugieren que la decisión de paralizar la producción de crudo surtirá efecto. Consideran que, si bien no se está retirando petróleo del mercado, al menos el exceso de suministro dejará de crecer, y dará un equilibrio a la cotización. Entonces el crudo debería subir.
Otras apuestas prevén que la medida no hará mella. La lógica que impera en esta opción es que mientras no se retiren los 2,5 millones de barriles diarios de sobre oferta del mercado, sencillamente no se logrará un aumento del precio. Luego su valor, se mantendrá bajo o tenderá a retroceder más aún.
La acumulación de reservas en físico a escala mundial es otro de los factores que atenta en contra de que el congelamiento del bombeo surta efecto. Las estimaciones apuntan a que existen cerca de 5.000 millones de barriles de reservas, sin incluir en ellos los que celosamente guarda China, en tierra y mar.
Los resultados de esta trivia se espera sean despejados el próximo 17 de abril en Qatar, para cuando está previsto que se reúnan entre 15 y 18 naciones Opep y no miembros de la Opep, para evaluar y tomar o no la tan anunciada decisión de congelar.
Mientras tanto Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia y México, generaron propuestas en un encuentro preparatorio realizado al final de la semana pasada, donde instan a tomar las acciones necesarias para estabilizar el mercado mundial de petróleo, para mejorar los precios en beneficio de países productores y consumidores.
El escenario que se instalará en Doha, no luce muy prometedor. Variables geopolíticas, cronogramas e intereses individuales de cada nación podrían dar al traste con la propuesta enarbolada y defendida con fuerza por Venezuela.
Sin embargo, contra viento y marea el país ha insistido en sus múltiples giras que la caída de las cotizaciones es un problema colectivo, que requiere del concurso de todos los países productores, no solo del bloque de la Opep, sino que además de quienes no lo son.
Eulogio Del Pino ha reiterado que el desplome ha dado al traste con unos 318.000 millones de dólares en inversiones petroleras a escala mundial, lo que pone en riesgo las ofertas futuras, al igual que las economías de los países productores.
Verbigracia, La propia Arabia Saudita, incluida en el cuadro de honor de los tres primeros productores de petróleo del mundo, y cuyo control sobre la Opep es incuestionable, ha anunciado que emulará a las economías de mercado para independizarse del petróleo.
La lógica saudí no solo trocó por el estrepitoso derrumbe del valor del petróleo, que en su caso ha retrocedido desde unos 120 dólares por barril a cerca de 38 dólares, sino que además por la clara reestructuración que ha sufrido el mercado petrolero y energético en términos generales.
Los entretelones que se suceden mientras se acerca la fecha de reunión en Doha, evidencian un cúmulo de discursos plagados de buenas intenciones, pero el accionar se muestra radicalmente opuesto, dice el analista y docente del área petrolera, Rafael Quiroz Serrano.
Mientras los iraníes están dispuestos a participar en la reunión, aseguran que ello no implica que se sumen a la medida de congelar su decaído bombeo.
Irán está ciegamente decidido a recuperar el porcentaje del mercado que perdió por las sanciones a las que fue sometida a raíz de sus programas nucleares. De hecho, incluso ha desatado una guerra de precios en contra de los saudíes, para ganarle mercados.
Quiroz incluso argumenta que los iraníes están “pedaleando”, pues se les está complicando cumplir con sus metas volumétricas, según las cuales estarían colocando unos 500.000 barriles en el segundo trimestre del año.
Los rusos, pese a que suscribieron el acuerdo de congelamiento, escalaron su producción a 10,9 millones de barriles por día el mes pasado, un máximo de 30 años, que ha hecho preguntarse a analistas si estará Rusia dispuesta ahora a retroceder su bombeo a niveles de enero.
El analista Rafael Quiroz, destaca además, que los rusos han condicionado su participación a la incorporación de Irán a la jugada.
Los saudíes, también firmantes del eventual congelamiento, llegaron a un acuerdo con Kuwait el último martes de marzo, para reanudar la producción en el yacimiento común offshore de Jafyi, que había dado lugar a un diferendo entre ambos países.
Esta luna de miel entre ambos miembros de la Opep, supone el lanzamiento de unos 300.000 barriles por día, con ambiciones de alcanzar los 500.000 barriles a mediados de años, precisó el analista.
México mira los toros desde la barrera. Su pérdida de producción de casi un millón de barriles, y sus nuevos compromisos con empresas internacionales, no lo tienen muy ganado a hacerse parte de la medida, sin embargo, en la pasado reunión de productores regionales empeñó su palabra de acudir a Qatar.
El panorama hacia Doha es complejo, la suma de voluntades podría estar en entredicho, sin embargo, para Rafael Quiroz, Venezuela se hizo de un gran triunfo, solo con la concreción del encuentro. “Venezuela está bien direccionada y acertada en la estratégica, solo que no veo mayores posibilidades de éxito”.
El plan, que comprende a la mayor parte de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y a algunos que no integran el grupo, como Rusia, no acelerará la reducción del excedente en los mercados globales de crudo, dijo el banco en un informe. Si los países no logran llegar a un acuerdo al reunirse el 17 de abril, podría generarse un “agente catalizador bajista” para los precios, dijo.
“No estimamos que la reunión dé una sorpresa alcista”, dijeron en el informe los analistas Damien Courva y Jeff Currie en Nueva York. “Un congelamiento de la producción a los niveles recientes no aceleraría el reequilibrio del mercado petrolero” y los recortes tienen poco sentido porque beneficiarían a productores rivales, agregaron.
Los futuros de crudo Brent cerraron la semana pasada al nivel más alto en cuatro meses, por encima de los US$40 por barril, luego de caer en enero al nivel más bajo en 12 años ante la especulación de que el acuerdo que encabezaron Arabia Saudita y Rusia podría reducir el exceso global de oferta. Si bien 16 países que concentran más de la mitad de la producción global de crudo asistirán a la reunión de Doha, algunos productores, entre ellos Irán y Brasil, han dicho que no limitarán la producción.
En realidad, la producción de la OPEP podría aumentar en lugar de mantenerse estable o declinar, si algunos países pueden restablecer su producción, según Goldman Sachs. El grupo podría recuperar una oferta interrumpida de alrededor de 500.000 barriles por día si se reanuda la producción en Irán, Libia y la Zona Neutral que comparten Arabia Saudita y Kuwait, estima el banco.
Los precios del petróleo ampliaron ganancias por segunda jornada consecutiva este martes, impulsados por la esperanza de que se llegue a un acuerdo entre los principales productores de petróleo para discutir la congelación de los niveles de producción en un intento de reducir la superabundancia global de reservas.
El petróleo del New York Mercantile Exchange para entrega en mayo se negoció a 40,76 USD por barril, avanzando un 1,02% o 42 centavos a las 10:05, hora de Londres (las 11:05 en España).
El petróleo Brent de referencia mundial, subió 57 centavos hasta situarse en 43,37 USD, nuevos máximos de 2016.
Los precios del petróleo se habían disparado la semana pasada más de un 14%, incluyendo la subida del 6% del viernes, tras conocerse que las reservas de petróleo de EE.UU. y el recuento de yacimientos petrolíferos de Estados Unidos han descendido.
Los precios siguen respaldados ante las esperanzas de que la reunión de los principales productores de petróleo que se celebrará el domingo en Doha resulte en un acuerdo de congelación de los niveles de producción para frenar la acuciante superabundancia.
La reunión incluirá tanto a miembros como a no miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
El ministro de energía de Rusia, Alexander Novak, afirmó que cree que el petróleo alcanzará los 40 o 45 USD durante la segunda mitad de este año, y puede que hasta los 50 USD hacia finales de 2016.
Sin embargo, los analistas han advertido de que los resultados de la reunión podrían tener un efecto limitado en cuanto a frenar la sobreproducción.
Barclays (LON:BARC) afirmó que los resultados de la reunión tendrán un impacto relativo en las reservas, pues los productores que podrían aumentar su producción (Irán, Iraq) no participan de los planes de congelación de los niveles.
Además, Goldman Sachs (NYSE:GS) ha apuntado que una congelación de la producción en niveles registrados recientemente no acelerará el reequilibrio del mercado del petróleo.