El petróleo y el gas forman parte de una de las industrias más prósperas del mundo. Aun en épocas de precios bajos, mueven billones de dólares por año en todo el mundo. Parte de ese dinero circula por canales informales, sobre todo aquel que alimenta la corrupción o que busca circular por afuera del la voracidad recaudadora de los estados.
Parte de esto quedó demostrado con la masiva filtración de documentos de cuentas radicadas en paraísos fiscales que estalló bajo el nombre de Panamá Papers. Aunque aún quedan sorpresas, hay muchos líderes mundiales, sobre todo africanos, con sociedades offshore vinculadas al mundo del petróleo.
Los nombres más cercanos a la región que trascendieron hasta ahora son los del expresidente de Pemex, Emilio Lozoya, que se contactó con el estudio Mossack Fonseca –de donde provienen los 11,5 millones de documentos– para crear una firma en Dubai.
También figura el venezolano Jesús Villanueva, que pasó por varios cargos en Venezuela.
El rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz, figura con cuentas en Islas Vírgenes, vinculadas a transacciones inmobiliarias.
El Ministro de Petróleo de Angola (alguna vez titular de la OPEP), José María Botelho también tuvo una empresa offshore en los paraísos fiscales de Niue and Samoa.
El ya condenado exgobernador del estado petrolero de Delta en Nigeria, James Ibori, fugó 75 millones de dólares a través de empresas radicadas afuera de su país. Algunos creen que el monto total pudo ascender a 250 millones de dólares.
Todavía no se conoce la información completa sobre las cuentas alcanzadas por la investigación. Algunos creen que podrían descubrirse más sociedades offshore vinculadas a empresas petroleras o a sus dueños.
Los paraísos fiscales son destinos financieros donde existen laxos o directamente nulos controles sobre las cuentas bancarias y las empresas. Se suelen utilizar para lavar dinero o para evadir impuestos en países de origen.
El ente estatal brasileño Petrobras pagó cuantiosas comisiones a Oil & Gas Venture Capital Corp., una empresa de consultoría con domicilio ficticio y que pertenece a una fundación registrada en Suiza, dueña de más de 100 empresas asentadas en paraísos fiscales.
La información fue divulgada hoy por medios brasileños que recibieron los archivos de la empresa panameña Mossack Fonseca, filtrados en el marco del escándalo denominado Panama Papers.
Oil & Gas no posee ninguna web en Internet y quienes aparecen como sus directores son funcionarios de Mossack Fonseca, la cual ofrece entre sus servicios el de proporcionar nombres para figurar como directivos o dueños de terceras empresas, para garantizar el anonimato de los verdaderos dueños.
Según lo divulgado por el portal "UOL" y el diario "O Estado de Sao Paulo", Oil & Gas intermedió al menos tres negocios de venta de petróleo de Petrobras con empresas extranjeras, y recibió cerca de 260,000 dólares en comisiones.
Esas comisiones correspondían a un porcentaje del valor total del negocio, denominado "tasa de éxito". El dinero era depositado directamente en cuentas que la empresa posee en dos bancos suizos, UBS y Landolt & Cie.
Como único dueño de Oil & Gas entre 2004 y 2009, indican los documentos, aparece el brasileño Frederico José Otaviano Robalinho de Barros, quien en 2009 vendió la empresa a SCH Foundation.
La trayectoria de Robalinho está estrechamente vinculada al sector energético y a la política brasileños. Fue secretario de Comercio Exterior durante el Gobierno de Itamar Franco (1992-1995), cargo al que accedió a propuesta del entonces ministro de Industria, el banquero José Eduardo de Andrade Vieira.
En 1999 asumió como asesor parlamentario del ex senador José Jorge, del extinto partido derechista PFL. Jorge fue presidente del Consejo de Administración de Petrobras durante el mandato del ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y fue juez del Tribunal de Cuentas (TCU).
En la época, Robalino participó además en un consorcio contratado por el entonces gobernador de Pernambuco y actual diputado federal Jarbas Vasconcelos, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del actual vicepresidente de la República, Michel Temer.
El consorcio fue contratado para realizar los primeros estudios de viabilidad técnica de la Refinería de Abreu e Lima, uno de los negocios más polémicos de Petrobras, que a instancias del escándalo de corrupción que sacude a la petrolera sufrió una pérdida de valor de unos 9.100 millones de reales (unos 2.500 millones de dólares) en 2015.
Consultado por "UOL", Robalino negó que alguna vez haya tenido algún tipo de negocio vinculado a Petrobras.
La empresa estatal informó a su vez que no utiliza intermediarios en la venta de petróleo porque "accede directamente a sus clientes a través de una estructura comercial propia, instalada en los principales mercados en los que esta 'commodity' es negociada".