A inicios de semana, el presidente Ollanta Humala señaló en una entrevista televisiva que ha cumplido la mayor parte de su plan de gobierno, salvo la masificación del gas a S/ 12.
Si bien se reconoce los avances de su gestión, menciona el Semanario ComexPerú —como el educativo, por ejemplo, con la reforma de la carrera pública magisterial o la implementación parcial de la jornada escolar completa—, quedan aún muchos temas por mejorar. Algunos de estos que, durante este Gobierno, han sido enfrentados pasivamente son la recuperación del sector minero, la lucha contra la minería informal e ilegal, así como la anemia.
La recaudación tributaria proveniente de la minería cayó un 41.5% entre 2014 y 2015, según la Sunat. Si bien esto se debió en parte a que los precios de los minerales tendieron a la baja, es cierto que el Gobierno actual no tuvo una adecuada política de manejo de conflictos sociales. Así, la minería pasó de contribuir con un 9.2% (S/ 7,430 millones) a un 5.6% (S/ 4,350 millones) de los tributos internos entre 2014 y 2015, es decir, un monto similar al sector transportes (S/ 4,706 millones) o alimentos, bebidas y tabaco (S/ 5,682 millones). Probablemente, el resultado sería mejor que el alcanzado si el Gobierno hubiera invertido en una adecuada provisión de servicios públicos en aquellos lugares donde se producen estos conflictos para mejorar la calidad de vida, de tal modo que se generara confianza en los pobladores.
Asimismo, nos encontramos muy retrasados en la lucha contra la minería informal e ilegal iniciada en 2012. Por ejemplo, la primera minera en formalizarse en Piura lo hizo al finalizar marzo de 2016, es decir, ¡4 años después de iniciado el proceso de formalización! Además, existen grandes problemas derivados de las negociaciones con los mineros informales en Puno, por mencionar otro caso, quienes plantean cambiar las reglas de juego cuando el plazo de formalización vence este 19 de abril; de lo contrario, amenazan con marchar a nivel nacional en mayo.
“Sin duda, este es uno de los grandes retos del próximo Gobierno. La minería ilegal e informal es precisamente la que genera contaminación ambiental, afecta la agricultura, la ganadería y la industria, así como impacta en la salud de miles de personas, dado que sus procesos de producción generan residuos tóxicos, como cianuro y mercurio, y existe un manejo inadecuado de los relaves, de acuerdo con el Ministerio del Ambiente (Minam) y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM)”, señala el Semanario.
Por ejemplo, en Madre de Dios se detectaron aproximadamente 50,000 hectáreas de bosques destruidos en la zona de amortiguamiento de la Reserva de Tambopata en 2011, según el Minam.
Además, a la par de esta actividad, surgen problemas como trata de personas, prostitución infantil, explotación laboral de menores, narcotráfico, entre otros. Este es el tipo de minería que debe combatirse, porque claramente ralentiza nuestro bienestar y desarrollo. Al respecto, ya se han establecido marcos legales, pero es necesario que el próximo Gobierno enfrente este problema con mayor firmeza en cuanto a plazos y reparaciones al medio ambiente.
Si bien es cierto que la desnutrición crónica infantil (DCI) ha disminuido 5.1 puntos porcentuales en los últimos cinco años, la anemia en niños entre 6 y 36 meses se ha incrementado en 1.9 puntos porcentuales en el mismo periodo, según datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2015. Según se desprende de esta encuesta, mientras que la prevalencia de DCI se da en Huánuco, Ucayali y Huancavelica, la anemia se concentra en Madre de Dios, Apurímac y Puno, con una incidencia en este último departamento del 76% en niños menores de tres años. A nivel nacional se observa que el 46.8% de niños padecían anemia, de acuerdo con cifras de 2014.
Cuando en 2011 se creó el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) se desactivó el Programa de Nutrición Infantil (PIN), subprograma del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa), destinado al combate de la anemia en niños de 0 a 3 años. Adicionalmente, el Pronaa repartía multimicronutrientes que el Ministerio de Salud (Minsa) adquiría. Así, con la desactivación del PIN, se adoptó una política que establecía que el Minsa era el encargado de comprar y distribuir dichos micronutrientes. Entonces, ¿qué sucedió? Hubo problemas de desabastecimiento por dificultades con el proveedor, según manifiesta Aníbal Velásquez, actual ministro de Salud, y este problema recién se solucionó en 2014.
Tal como señala el Gobierno, la cobertura de niños que reciben suplementos de hierro pasó del 17% al 30.3% entre 2014 y 2015, pero se requieren mayores esfuerzos y rapidez para lograr una disminución sostenida de la anemia. ¿Por qué urge reducirla? Pues porque afecta el desarrollo cerebral, el crecimiento y las defensas contra las infecciones. Es por ello que un niño que la padece sufre una disminución en cuanto al desarrollo de sus habilidades y una menor calidad de vida cuando ya crece.
Así, si bien los daños en el caso de la anemia y el ambiente son irreparables, es imprescindible que el próximo Gobierno implemente una política de entrega rápida de los multimicronutrientes, así como que luche contra la minería ilegal e informal que tanto daño le hace a nuestro medio ambiente y brinde la confianza necesaria para la ejecución de los proyectos mineros.
EL PERUANO
El Gobierno actual avanzó en la tarea de combatir la minería ilegal y proteger el ambiente, señaló ayer el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, quien afirmó que sería irresponsable dar marcha atrás en ese proceso.
“Quedan retos centrales para el futuro y sería muy irresponsable que alguien pretendiera dar marcha atrás en este proceso; se puede requerir de mejoras, pero no retroceder [...]”, indicó.
La actual gestión, dijo, ejecutó una serie de normas para combatir a la minería ilegal, como limitar el uso de dragas, entre otras restricciones.
Comentó que hay algunos candidatos que ofrecen formalizar a todos los mineros ilegales, propuesta poco factible de lograr porque algunos no desean una minería responsable.
Transferencia
El ministerio tiene preparada una estrategia de transferencia de la gestión al otro gobierno, con una serie de líneas de trabajo por continuar.
La primera parte del actual proceso electoral deja al menos dos importantes lecciones: la necesidad de emprender reformas estructurales y de una verdadera reforma electoral.
La primera etapa de las elecciones generales, que culmina hoy 10 de abril, deja al menos dos lecciones importantes.
La primera es que si bien no existe una mayoría de peruanos con una ideología marcadamente antisistema —un estudio del Jurado Nacional de Elecciones del 2010 revela que el votante promedio se considera de centro, con una ligera inclinación a la derecha—, sí existe un amplio descontento con el statu quo. Suficiente para que candidatos como Verónika Mendoza este año u Ollanta Humala en el 2006 y el 2011 logren un buen desempeño electoral.
Ese descontento no necesariamente se traduce en un apoyo al candidato que promete un cambio en el modelo económico (SE 1513, SE Destaca), pero sí a uno considerado como fuera del statu quo. En febrero el 90% de quienes apoyaban a Julio Guzmán eran electores que buscaban a “alguien nuevo”, según GfK. Cuando se quedaron sin candidato, muchos de ellos migraron primero hacia Alfredo Barnechea y luego hacia Mendoza. Ni Guzmán ni Barnechea prometían, como sí Mendoza, cambios importantes al modelo económico. Pero los tres eran vistos como opciones “nuevas”, según la misma encuestadora.
En el futuro sería un error pensar que porque los principales candidatos hasta diciembre o enero no prometen grandes cambios, estaremos igualmente libres del riesgo de una segunda vuelta altamente polarizada. Es necesario impulsar reformas estructurales que mejoren el sistema. De otro modo, la misma historia se podrá seguir repitiendo.
La segunda lección es que se ha hecho más evidente que nunca queuna de las principales reformas a impulsar debe ser una electoral. Esto incluye, como mínimo, extender el calendario electoral para que las campañas comiencen con candidatos ya inscritos, que la ONPE organice las elecciones internas de los partidos y aprobar un código electoral que agrupe toda la maraña de normas electorales que hoy están desperdigadas en más de treinta leyes y reglamentos.La exclusión de candidatos, por su parte, debería ser una sanción excepcional y bien regulada. Seguir la propuesta de la Asociación Civil Transparencia, presentada en la última CADE, es una buena alternativa para alcanzar una reforma electoral integral. (JA)
El próximo gobierno recibe un país todavía en crecimiento, pero con necesidad de ajustes claves para evitar un frenazo que pueda anunciar tiempos aciagos; esto a la luz de estadísticas oficiales y expertos consultados por este diario.
Luego de 10 años de crecimiento a 6.1% en promedio, con picos de 9.1%, apenas llegamos al 3.26% en el 2015 y se espera llegar al 4% este año, según la última proyección del Banco Central de Reserva (BCR), que considera el efecto de las actuales elecciones, además del Fenómeno El Niño.
El año pasado, el mayor impulso vino de los sectores primarios (6,6%), en especial la minería y, menos, de procesadores de recursos primarios y pesca. El aumento de la producción minera (15,5%) se debió a la expansión de mineral de cobre en los yacimientos de Antamina, Toromocho, Antapaccay y Cerro Verde. Contribuyó también la entrada en operaciones de Las Bambas.
Sin embargo, la caída del precio de los metales y la crisis internacional exigen que se busquen nuevos motores del crecimiento, antes de que sea demasiado tarde para el país.
"Hay que buscar aumentar la demanda interna, sobre todo mediante inversión pública para tener crecimiento potencial de 4.5, y luego subir ese crecimiento potencial a 6.5. Eso implica políticas de diversificación productiva, inversión en infraestructura, que la oferta de la competitividad y la productividad de las empresas aumenten", dice Javier Portocarrero, director del CIES (Centro de Investigación Económica y Social).
Para José Távara, profesor de Economía de la Universidad Católica, el nuevo gobierno recibirá la economía en una coyuntura internacional totalmente distinta a la de hace cinco años. "Con los precios de los metales en el piso, nos hemos comido millones dólares en reservas para que el dólar no se dispare. Deberíamos estar con dólar más alto, pero con reservas también más altas", dice. Sin embargo, consideró que las cuentas fiscales están bien y que la economía peruana aún es fuerte en relación con otras de la región.
"En general, es bastante estable. Los problemas son estructurales, que no hemos resuelto: informalidad, reforma tributaria que amplíe la base, sistema universitario en crisis... La crisis del modelo primario exportador pone en primer punto la diversificación productiva", dice Távara.
"Se ha apagado el motor del crecimiento de la minería y ahora hay que encender nuevos motores para que los jóvenes encuentren nuevas oportunidades", agregó.
Expertos coinciden en que el nuevo gobierno debe seguir estimulando minería responsable, pero no postergar la diversificación productiva.