"Como ustedes saben, estamos iniciando una nueva etapa. Tanto nosotros, CAEM, como nuestro sector y el país. Y como en todo inicio, se abren múltiples posibilidades y desafíos. Creo que hay un término que describe acertadamente esta nueva etapa: MADUREZ. Todas las experiencias previas nos conducen a este presente, propicio para la consolidación de la industria, pero que a su vez, impone actuar a la altura de las circunstancias.

Madurez para leer los cambios en el entorno político y reconocer su importancia. Porque ahora nuestra industria no solo cuenta con un tipo de cambio realista, sino que además se ve liberada de la injusta imposición del impuesto a la exportación, carga que no existe en otros países del mundo y que nosotros veníamos sufriendo. Con esto se ha subsanado una situación de injusticia. Ahora volvemos a estar en pie de igualdad con otras industrias, lo que nos permitirá reflotar proyectos que serán generadores de trabajo y progreso para la Argentina. De esta forma, retornamos a un escenario que nos coloca en mejores condiciones de competitividad.

Y este no es un hecho menor. Recordemos que la minería es una de las mayores industrias aportantes de divisas al país. Por ejemplo, en 2014 generó un aporte neto a la economía nacional de más de 3.000 millones de dólares, cifra que se habría mantenido relativamente estable durante 2015. Y en los últimos cinco años, el aporte neto de divisas del sector fue equivalente al 45% del superávit comercial argentino en dicho período.

La reciente eliminación de las retenciones a la exportación significa una clara señal del gobierno nacional a la minería pero sobre todo de respeto por el Estado de Derecho, lo que genera un marco de confianza para la planificación a largo plazo que requiere nuestra actividad. Pero para que esa confianza se dé, también hay que resolver algunas contradicciones internas. Tenemos las condiciones y las señales del gobierno nacional han sido claras. Pero la realidad es quea minería metalífera hoy no puede desarrollarse en siete provincias. Esta es una cuestión que desde el Estado y la política tiene que abordarse rápidamente para garantizar esa confianza necesaria para la planificación y la inversión de largo plazo.

Tener esta posibilidad de volver al crecimiento en todo el territorio nacional es una forma de afianzar una industria que siempre supo ser pilar en el progreso de las economías regionales, progreso que claramente es una de las principales metas del actual gobierno nacional.

Por eso, deseamos destacar especialmente el trabajo realizado desde la actual Secretaría de Minería, encabezada por el Licenciado Daniel Meilán y un excelente equipo profesional, quienes tomaron el desafío de impulsar el crecimiento de nuestra industria. Desde CAEM hemos encontrado en esta nueva conducción interlocutores de calidad para plantear las inquietudes del sector y para discutir las necesidades a subsanar, a fin de llevar a buen puerto los proyectos que el país requiere para un manejo serio y responsable de sus riquezas.

Confiamos en que esta sólida relación de respeto y colaboración entre CAEM y la Secretaría, así como los gobiernos provinciales a lo largo del país nos permita consolidar una minería nacional de alto rendimiento y calidad, tal como los argentinos nos merecemos.

Cuando hablamos de la minería que los argentinos nos merecemos, debemos volver al tema de la madurez de nuestro sector. Debemos tener la madurez para aceptar los errores y saber que aún hay mucho por mejorar. En este sentido, es difícil no mencionar el incidente de Veladero, que ha sido tan comentado en los últimos meses.

Desde CAEM hemos sido extremadamente prudentes sobre el tema, porque entendemos la necesidad de separar las acciones y decisiones de la empresa y de la Justicia, de las cuestiones en las cuales debemos opinar como representantes de todo un sector. Sin embargo, vemos que ha llegado un punto en el cual el incidente es utilizado políticamente para atacar en forma infundada a toda la industria, que trabaja a diario esforzándose por cumplir con los más altos estándares de calidad y seguridad disponibles a nivel mundial.

No podemos minimizar el suceso, ni esconderlo debajo de la alfombra. La posición es clara: Los temas de la empresa, los maneja la empresa. Pero cuando surgen cuestionamientos falsos y mal intencionados que afectan a la actividad del sector, la Cámara debe intervenir. Y lo haremos exigiendo ante las autoridades pertinentes que las reglas sean claras no solo en relación a nuestras obligaciones, sino también para nuestros derechos.

Cuando se opina de la minería con ligereza, con desconocimiento y prejuicios no se daña a empresas privadas: se daña la producción nacional; se cercenan los recursos públicos y lleva a la zozobra a miles y miles de familias que en forma directa o indirecta dependen de la producción minera.

La política oficial del actual Gobierno es la revitalización de las economías regionales y pocas actividades dinamizan tanto la actividad económica en un área tan diversa y heterogénea, de norte a sur de nuestro país, justamente donde suelen ser escasas otras actividades alternativas.

Que quede bien en claro: Nosotros defendemos la minería que se realiza cumpliendo con las buenas prácticas, con responsabilidad y transparencia. Y esta se realiza en conjunto, las empresas, el Estado y la comunidad, a través del diálogo y la búsqueda permanente de consensos. Es es la única minería que existe en el país y en el mundo.

Veníamos hablando de madurez, también a la hora de desarrollar las relaciones de la industria minera con la comunidad. No nos equivoquemos:construir una relación es muy distinto a construir una imagen. Es un trabajo más arduo, con discusiones y sinsabores. Pero es el único que genera una posición sólida, no una cáscara endeble que se desploma al primer entredicho y nos obliga a volver a empezar.

Por eso, más allá de las acciones de comunicación, que van a empezar a ver en los próximos días, estaremos trabajando en generar una mesa de diálogo, productiva, profunda, con una diversidad de actores que enriquezcan las discusiones.

Es hora de hablar de frente de los temas ambientales. Por eso, queríamos presentarles la propuesta de CAEM para una minería transparente. La misma empieza por el estricto control sobre el cumplimiento de las normativas ambientales y de seguridad. De esta forma, debemos garantizar que Argentina cumpla con los más altos estándares de calidad, para una minería moderna y sustentable, apegada a las leyes y normas que rigen la actividad en nuestro país y en las regiones más desarrolladas del mundo.

Pensemos además que una exhaustividad en el seguimiento de los controles es la única defensa que tenemos frente a quienes quieren hacer un uso espurio y politizado de la legítima preocupación ambiental.

Deseamos además propiciar una política de apertura de puertas de las minas, para generar confianza. No hay nada que ocultar, nuestra industria cumple con todos los requisitos de seguridad para su personal y para el medio ambiente.

En este sentido, la misión de CAEM es educar a todo nivel sobre cómo funciona la minería sustentable y amigable con el medio ambiente. Cuanto más sepa la población sobre las técnicas y los usos de la industria, más va a comprender su importancia. Esta es la única forma de evitar que la ignorancia genere un terreno fértil para los prejuicios, aprovechado por grupos de cuestionables intereses.

Por eso, también propiciamos la creación futura de un organismo de control independiente y multisectorial, para asegurar a la población el seguimiento y credibilidad que requiere el análisis de la relación con el medio ambiente.

Pero no estamos solos en esta lucha por llevar adelante y dar a conocer la minería moderna y sustentable. Como muchos ya sabrán, este seminario será el marco en el cual CAEM, GEMERA y los representantes de las distintas cámaras mineras provinciales firmaremos el acuerdo para la creación del CONSEJO MINERO INDUSTRIAL FEDERAL o COMIF, por su sigla.

El COMIF estará integrado por las cámaras mineras provinciales, que representarán tanto la actividad metalífera como la no metalífera y se encargarán además de tomar las problemáticas de los proveedores de bienes y servicios de sus territorios, unificando así la representatividad.

Entendemos que es hora de plantear un federalismo pleno, real en todas sus complejidades. Y por eso necesitamos que todos los actores tengan voz y participación activa. Y qué mejor marco que la provincia de Jujuy, la Capital Nacional de la Minería y de la Pachamama. Hermosa provincia, privilegiada por sus recursos para el presente y por sobre todo para el futuro del desarrollo de industrias clave en el avance energético y tecnológico.

Y es que las provincias son el eje de nuestro plan estratégico. Por un lado, incluyendo y apoyando a nuestros aliados en la cadena de valor minera en todo el país. Y también trabajando en conjunto con las autoridades locales para generar reglas de juego claras. Para saber que contamos con normas que son para el beneficio de todos los sectores de la sociedad: preestablecidas, beneficiosas y en línea con el desarrollo firme y sustentable. En definitiva, nuestro sector necesita basarse en reglas claras que no permitan interpretaciones antojadizas o anómalas de ningún tipo, dado que las mismas atentan contra la inversión y la planificación estratégica.

Hablamos de madurez, y desde nuestra industria se la exigimos a quienes tienen la responsabilidad de generar el entorno para la inversión y las leyes que nos comandan. Pero también debemos hacer nuestra parte, en respuesta a las expectativas que la sociedad tiene de la minería y de las empresas que la ejercen.

Nuestro sector no solo genera recursos para el país. También proporciona empleo genuino, siendo fundamental para las más de 90 mil familias que –directa, o indirectamente a través de su cadena de valor- dependen de la misma para su sustento. Recordemos además que el 80% de las compras del sector se realizan en el mercado interno.

La minería es también un importante elemento para la reactivación de cientos de zonas del país. Pero esto tiene una contracara, relacionada con las responsabilidades que surgen al generar vínculos sociales. En este punto, una de nuestras mayores preocupaciones es el tema de los cierres de minas, por lo que seguimos de cerca los programas de desactivación para poder generar alternativas adecuadas para las comunidades más dependientes de las minas. Porque cuando hablamos de sustentabilidad de la minería, debe tomarse en cuenta no solo lo ambiental, sino también lo social.

Por eso es importante la continuidad de exploración durante la fase de explotación, a fin de prolongar la vida útil, así como el trabajo junto con entidades privadas y estatales a fin de coordinar esfuerzos que lleven a la continuidad de las economías comunales.

Del trabajo coordinado siempre surgen los mejores resultados. Como dijimos, estamos en una nueva etapa para el país, para nuestra industria y también para CAEM. Nuestro principal objetivo es dejar abiertos canales de diálogo. Construir desde la unidad, consensuando objetivos que permitan generar una minería que sea motivo de orgullo nacional.

 La buena minería cumple con sus obligaciones, cuida del ambiente y de sus trabajadores, y es respetuosa de las comunidades con las que convive.

Sabemos que la construcción de una industria sustentable, transparente y pujante requiere tiempo, esfuerzos y tiene sus sinsabores. Pero hoy, aquí, desde Jujuy, nos comprometemos a lograrlo. Si todos ustedes nos acompañan, entonces tenemos la certeza de estar avanzando en el camino correcto.

Muchas gracias.