Hace unas semanas, Moody’s rebajó la calificación de Buenaventura de BB+ a BB —ambas por debajo del grado de inversión—, y mantuvo la clasificación en revisión para una nueva rebaja. Este recorte se suma al que la agencia hizo en diciembre, al reducir la clasificación de la minera por primera vez por debajo del grado de inversión de BBB- a BB+.
El recorte forma parte de la visión más pesimista que ha adoptado Moody’s respecto a la industria minera. La agencia recientemente advirtió que ahora preveía que la caída de precios era estructural y no coyuntural, por lo que los precios bajos se mantendrían así por más que lo inicialmente esperado, pues la demanda en China se ha debilitado. De hecho, la agencia ya ha realizado recortes tanto a mineras internacionales como a peruanas, tales como Volcan, Milpo, Minsur y Hochschild.
Pero existen algunos factores particulares al caso de Buenaventura: el alto nivel de sus obligaciones por enfrentar en el corto plazo y las presiones de liquidez. A esto se suma que este año la empresa no recibirá dividendos por su participación en la operación de Cerro Verde, cuya ampliación acaba de culminar. Todos estos factores mitigarían la mejora en los precios de losmetales preciosos (subieron 15% en el primer trimestre de este año) y reduce las posibilidades de una recuperación financiera de la minera en el corto plazo.
En el 2015 la empresa registró una pérdida neta de US$375 millones, de los cuales aproximadamente US$223 millones corresponden a las pérdidas en la mina Yanacocha. Como explica Carlos Gálvez, CFO de Buenaventura, a SEMANAeconómica, existía una ganancia diferida, la cual debió ser castigada en el momento en que se paralizó el proyecto Conga. A esto se suma el problema del alto nivel de endeudamiento de la empresa. Las deudas de corto plazo, motivo principal del downgrade de Moody’s, ascendieron a US$319 millones en el 2015. Parte de esta deuda se explica por la hidroeléctrica de Huanza (Lima), la ampliación de la operación El Brocal (Cerro de Pasco) y la inversión en el proyecto de oro de Tambomayo (Arequipa).
Si bien la situación de la industria minera y el actual contexto de los metales —tanto los metales base como preciosos— influyeron en que la decisión del recorte, la agencia destacó el alto nivel de endeudamiento de Buenaventura así como las presiones en su liquidez por las deudas de corto plazo. “Buenaventura generó un ebitda de 105 millones en el 2015 y eso ha sido mayoritariamente producto de los [menores] precios y en esencia por no haber logrado las eficiencias o resultados de operación que se tenían previsto”, señaló Gálvez.
Ante esta situación, Buenaventura está tomando una serie de medidas para mejorar sus ratios de endeudamiento y preservar su caja, y así evitar mayores rebajas a su clasificación de riesgo. Desde el año pasado, se aplicaron reducciones en costos y renegociaciones con sus contratistas y proveedores, e incluso el recorte de personal.La empresa está replanteando su capex para enfocarlo plenamente en culminar el proyecto Tambomayo, informó Gálvez a SEMANAeconómica.
Actualmente, la empresa está en un proceso de levantamiento de deuda a través de un préstamo sindicado (SE 1502). No obstante, el reperfilamiento de su deuda de corto plazo es la estrategia más importante. “Se está trabajando en la reestructuración de la deuda de corto plazo a una de largo plazo, este proceso debería concluir antes de abril”, explica Gálvez.
Moody’s está pendiente de cómo concluye el proceso de refinanciamiento de la deuda. La revisión de la agencia para una posible rebaja a la calificación “se enfocará en la capacidad de Buenaventura de completar sus negociaciones para refinanciar la deuda que vence en el 2016, y de presentar una mejora en su posición de liquidez, reduciendo su dependencia en deuda de corto plazo”, señaló la agencia en un reporte. “Rebajas adicionales a la calificación pueden considerarse si Buenaventura no logra refinanciar o cumplir con sus obligaciones financieras de corto plazo, y si su posición de liquidez se deteriora de manera significativa, lo que llevaría a un downgrade de varios peldaños”, advirtió Moody’s. Sin embargo, según Gálvez la agencia también podría realizar un posible upgrade para la empresa si el refinanciamiento es exitoso, según Gálvez.
El problema de liquidez sería reducido parcialmente por el reparto de dividendos (US$130 millones) de Yanacocha, empresa minera en la que Buenaventura tiene el 43.7%. Sin embargo, la empresa no recibirá dividendos por el proyecto Cerro Verde.
Así, las perspectivas para el 2016 son menos pesimistas.“Deberíamos ver una mejora en sus métricas” financieras, apunta Sebastián Cruz, analista de Kallpa SAB. “Será un año de estabilización y reordenamiento, la empresa tendrá un curso más tranquilo este año”, agregó Luis Ordóñez, jefe de análisis de Intéligo SAB. Las medidas tomadas y los mayores volúmenes de producción en el 2016 y 2017 ayudarán a sus resultados financieros. Aún así, para Moody’s las presiones operativas seguirán en los próximos 12 a 18 meses.