Juan José Aranguren hizo la gestión previa con la cúpula de China National Nuclear Corp (CNNC) y Mauricio Macri con Xi Jinpin sonrieron para la foto nuclear. Comprador y vendedor revisarán los acuerdos atómicos urdidos en las postrimerías del kirchnerismo “de aquí a octubre”. Una señal para Beijing, que venía preocupada.
Y para el frente doméstico, en un contexto de frenos de obras, preocupación de contratistas, despidos, fricciones sindicales. Sin embargo también genera nuevas preocupaciones sobre todo ambientales vinculadas a los territorios que poseen uranio.
La producción de combustibles nucleares es un proceso que abarca la extracción del mineral de uranio, su purificación, concentración y envainado en varillas usadas en los reactores nucleares. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) domina todas las etapas de la fabricación de combustibles nucleares.
El objetivo que se ha planteado la CNEA respecto de la minería del uranio ha sido históricamente el autoabastecimiento de las centrales nucleares argentinas, tanto las que están funcionando en la actualidad, como las que pueden construirse.
El yacimiento de Sierra Pintada (Provincia de Mendoza), cubriría el 50% de la necesidad de los reactores Atucha I, Atucha II, la central de Embalse y dos centrales más a construir. Con esto estaríamos llegando hasta el año 2090. Para cubrir los insumos faltantes la CNEA inició hace tiempo, activas tareas de cateo y exploración en otros territorios que poseen el mineral.
Ya en noviembre de 2010 se estaba estudiando el potencial productivo de uranio de 54 yacimientos ubicados a lo largo de casi toda la Cordillera de los Andes. De este número, 47 son áreas de cateo distribuidas en las provincias de Chubut, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Río Negro, Salta, y Santa Cruz. Otros 7 están en etapa de evaluación, a los que se proyectaba sumar zonas ya estudiadas por la CNEA, en la década de 1970, en San Juan y en Neuquén.
Según la Enciclopedia de Ciencias y Tecnologías en Argentina (ENCyTAr), nuestra provincia concentra gran parte de la posible provisión de uranio.
Entre los proyectos mineros ya identificados aparecen:
1) Proyecto “Cerro Solo”. Es una exploración de uranio y molibdeno en una zona de 708 hectáreas en el departamento Paso de Indios, en El Escorial, cerca de la localidad Paso de Indios. Está a cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Es el segundo yacimiento de uranio en importancia del país, después de Sierra Pintada (Mendoza). Su explotación está suspendida por la Ley Provincial 5001.
2) Proyecto “El Regalo”. Explotación de uranio en una zona de 10.550 ha a apenas 500 km de Trelew. A cargo de Pacific Bay Minerals, a través de su subsidiaria argentina Bahía Atlántica.
3) Proyecto “El Tropezón”. Extracción de uranio en una zona de 200 hectáreas en la cuenca de San Jorge. Actualmente se han realizado toma de muestras por medio de trincheras de una extensión de 1850 m. A cargo de empresa canadiense Portal Resources Ltd.
4) Proyecto “La Bombilla”. En etapa de estudio de impacto ambiental. Calypso Uranium informó que la cuenca del Golfo San Jorge es el mayor yacimiento de uranio de Argentina.
5) Proyecto “La Pampa”. Para extracción de uranio en una zona que incluye nueve concesiones y que abarca 54.000 hectáreas. Una de las concesiones abarca la zona de Los Adobes y Cerro Barcino. Portal Resources Ltd.
6) Proyecto “Laguna Colorada”. Para extracción de uranio en una zona de 120 hectáreas en el departamento Paso de Indios, en El Escorial, cerca de la localidad Paso de Indios. A cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
7) Proyecto “Los Adobes”. Para extracción de uranio en una zona de 72 hectáreas en el departamento Paso de Indios. Propiedad de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
8) Proyecto “Guanaco”, de exploración de uranio en zona Mártires, a cargo de Maple Minerals.
9) Proyecto “Patagonia”. Proyecto muy avanzado para extracción de uranio a cielo abierto.
10) Proyecto “Regalo”. Probable explotación de uranio. En mayo de 2011 se informó la detección de valores significativos de uranio (hasta 0,14%) en un área de casi 1 km². A cargo de Consolidated Pacific Bay Minerals Ltd y Aquiline Resources Inc.
11) Proyecto “Bororo Nuevo”. De extracción de uranio, son 10.000 ha en el departamento Mártires), a cargo de Wealth Minerals, a través de su subsidiaria Maderero Minerales.
12) La empresa inglesa UrAmerica SA está buscando uranio en una región de 10.000 hectáreas en las mesetas centrales de Chubut. También lo están haciendo United Energy Minerales y Mega Uranium Ltd.
El tema pasará ahora por el “si” o “no” a la explotación de uranio en Chubut.
China, al igual que Rusia, hicieron pie en Argentina entre 2014 y 2015 con sus propuestas de financiar y ejecutar obras energéticas, en momentos en que el país no podía acceder a los mercados occidentales de crédito. La gestión anterior apuntó a la hidroeléctrica y fundamentalmente en Santa Cruz. Pero todo cambió con el acuerdo con los fondos buitre, y eso preocupó a los chinos que quieren que no se caiga la provisión de dos reactores Hualong 1, una operación por US$ 2.000 millones, comprometida por Axel Kicillof y Julio de Vido en octubre 2014.
El otro festejante de los negocios nucleares con Argentina ha sido Rusia, ausente en la Cumbre de Washington, como consecuencia en la remake de la Guerra Fría que devino tras su incursión en Crimea. Rosatom recordó recientemente en un foro de Montevideo que los rusos tienen 52 reactores de investigación (EE.UU. suma 40 reactores y Francia y Alemania tienen 10 reactores de investigación cada uno).
“Los temas importantes son las energías renovables, ahorro y eficiencia energética, hidrocarburos no convencionales y energía nuclear”, dijo Aranguren a Télam, sin olvidar a Vaca Muerta, el shale y el tight, que en la reciente agenda de Barack Obama en Buenos Aires, lucieron en segundo plano. “Vaca Muerta produce 45.000 bpd y requiere seguir siendo eficientes en reducción de costos y mejora de productividad”, señaló.
Las cumbres presidenciales son un tiempo escaso para solucionar diferencias, pero sirven para abrir canales. El meeting Macri-Xi fue la ocasión para poner sobre la mesa bilateral el incierto futuro de los reactores que Argentina se comprometió a comprarle a China en 2015, en el marco de un plan del dragón para exportar equipos atómicos por US$ 15.000 millones.
Oportunamente, los dos Haulong 1 que las nucleares asiáticas deben proveer a la argentina NASA eran, al momento de la rúbrica mencionada, sólo prototipos. Hace pocos días, las estatales China General Nuclear (CGN) y China National Nuclear Corp (CNNC) anunciaron su sinergia para avanzar en el desarrollo del Haulong 1.
El Hualong 1 fue desarrollado aprovechando tecnologías de empresas extranjeras. CGN ha mejorado la tecnología de la francesa Areva 3G, mientras que CNNC ha realizado mejoras en la tecnología 3G de Westinghouse.
Ambos han reivindicado los derechos de propiedad intelectual sobre las mejoras. CGN y CNNCh ambos llegaron con sus propias versiones de los productos 3G a finales de 2011, pero la Administración Nacional de Energía, que regula el sector, les ordenó fusionar sus diseños en en el Hualong Uno, para reunir recursos y evitar la competencia directa en mercados externos como Argentina y Pakistán.
El costo de la construcción de Hualong 1 alcanza de US$ 2.500.000 / MW de potencia instalada y según el vicepresidente de CGN, Zheng Dongshan “es competitivo en el mercado global de reactores 3G”.
Cuando comenzaron a hablar los dos países, en 2013, la energía nuclear argentina sólo representaba el 4,4% de la generación de electricidad, en momentos en que el déficit de hidrocarburos disparó la factura de compras de GNL y gas boliviano para solventar el parque térmico. “La construcción de dos nuevas plantas de energía nuclear asegurará nuestro suministro de energía en el futuro”, dijo entonces Kicillof. Una frase que ahora empieza a poner en práctica Macri.
Hemos recibido un yacimiento en condiciones que no esperábamos recibir. Hay problemas estructurales con la ventilación, tuvimos que trabajar para levantar los 3 kilómetros de derrumbe. Si ponemos a trabajar los frentes para extraer carbón, hay que frenar la construcción de la usina. Esas dificultades. Acá se dijeron muchas cosas, como que el yacimiento estaba en condiciones de sacar 8 millones de toneladas por año. Sino podemos producir a fondo, no podremos contar con la energía para la usina”, sostuvo Zeidán.
Nunca existió una proyección de producir 8 millones de toneladas anuales. El funcionamiento normal de la planta, para abastecer los 240 MV que generarán las usinas, requerirá 1,2 millón de toneladas del mineral por año. Actualmente, se producen 400.000 toneladas.
“Con las inversiones necesarias dentro de la mina frenadas por el Gobierno, más las horas hombre de trabajo para acondicionar las galerías, montar las cintas transportadoras que ya están en el yacimiento y poner a punto los equipos, en 8 meses tendríamos la mina produciendo el carbón necesario para las usinas”, explicó aTiempoSur el diputado provincial Matías Mazú.
Las reservas probadas de la mina de Río Turbio equivalen a 427 millones de toneladas, mientras que las reservas estimadas ascienden a 700 millones, lo que lleva a más de 300 años de explotación del mineral.
La idea de hacer producir la usina a gas surgió, según narró Oliva, luego de un encuentro entre representantes gremiales con el ministro de Energía, Juan José Aranguren. En diálogo con TiempoSur, Zeidán desmintió que se vaya en ese sentido.
-Detrás de la idea de hacer producir a Gas, Oliva sostuvo que el objetivo era achicar el proyecto. ¿Es así?-, consultó TiempoSur.
-No, no es así. ¿Saben qué?, YCRT no puede estar en cuestiones políticas, es una empresa del Estado que tiene la obligación de generar energía para los 40 millones de argentinos. Se dijo que echamos gente y no echamos a nadie, respondió el Interventor.
La figura jurídica entorno a YCRT todavía está en discusión. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner había enviado un proyecto para crear YCF SE. La iniciativa obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados pero quedó trunca en el Senado. El actual titular del bloque del FpV, Miguel Pichetto, sostuvo que dentro de las prioridades del bloque “sigue estando la megausina”. La semana pasada, el proyecto estuvo a punto de ingresar en la sesión donde se aprobó el pago a los fondos buitre.
Sin embargo, YCF SE sigue esperando.
El proyecto contempla que el 45 por ciento de las acciones esté en manos del Estado nacional, otro porcentaje similar en manos de la provincia de Santa Cruz y un diez por ciento en manos de los trabajadores. De esta manera, el Estado destinaría el 10 por ciento del capital para que los empleados de la sociedad puedan integrarse bajo el régimen del Programa de Propiedad Participada (PPP) de la Ley 23.696. A su vez, los trabajadores también tendrían un asiento en el directorio.
Según el Artículo 7, la dirección y administración de la sociedad estará a cargo de un directorio compuesto por cinco miembros: Presidente, Vicepresidente y tres Directores Ejecutivos. Dos directores en representación del Estado nacional, dos directores en representación de la provincia y uno en representación de los trabajadores. Esta composición es la que pretende modificar el actual Gobierno nacional.
La idea de pensar una empresa que funcione siempre dentro del Estado, sin tercerizaciones y que sea el mismo Gobierno el garantice los recursos económicos y su desarrollo fue adoptada para evitar cualquier tipo de embargo de los llamados “Fondos Buitre”.