Los precios del petróleo se han visto sometidos a una gran presión durante la jornada de negociación de este lunes en Europa y han registrado mínimos de cuatro semanas ante la creciente incertidumbre acerca de la posibilidad de que se lleve a cabo un recorte colectivo del suministro este mes.
Por otra parte, en el ICE Futures Exchange de Londres, el petróleo Brent para entrega en junio se negoció a 38,18 USD por barril, mínimos intradía y su cota más baja desde el 4 de marzo, desplomándose un 1,3%, para después recuperarse y situarse en 38,33 USD a las 6:52, hora de Londres (las 7:52 en España), con un retroceso del 0,88% o 34 centavos.
Los precios del Brent que se negocian en Londres cerraron la jornada del viernes desplomándose un 4,12% o 1,66 USD después de que el príncipe heredero sustituto de
Arabia Saudí anunciara que el reino no reducirá su producción a menos que Irán y otros productores principales hagan lo propio, suscitando dudas acerca de si se materializará la tan esperada congelación de los niveles de producción.
Irán mantiene que no contribuirá a ninguna congelación de la producción a menos que sus exportaciones de petróleo vuelvan a alcanzar los niveles en que se situaran antes de las sanciones.
Los futuros sobre Brent se dejaron la semana pasada un 4,45% o 2,60 USD, su segunda caída semanal consecutiva, ante la incertidumbre suscitada en torno al posible acuerdo entre los principales productores para frenar la producción.
Productores miembros y no miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo se reunirán en Doha, Catar, el 17 de abril para discutir una congelación de la producción. Sin embargo, no está muy claro cuáles o cuántos de los países miembros y no miembros de la OPEP asistirán a la reunión.
A pesar de las recientes pérdidas, los futuros sobre Brent han subido aproximadamente un 40% desde que se situaran brevemente en menos de 30 USD por barril el pasado 11 de febrero. La cobertura corta comenzó a mediados de febrero cuando Arabia Saudí y sus socios miembros de la OPEP Catar y Venezuela acordaran con Rusia, que no es miembro de la organización, congelar la producción en niveles de enero, siempre que otros explotadores de petróleo se unan a la iniciativa.
Por otra parte, el petróleo del New York Mercantile Exchange para entrega en mayo se negoció a 36,36 USD por barril, dejándose un 1,17% o 43 centavos, tras haber descendido anteriormente hasta negociarse a 36,18 USD, mínimos intradía y su cota más baja desde el 8 de marzo.
Desde que descendiera el 11 de febrero hasta situarse en 26,05 USD, mínimos de 13 años, los futuros sobre el petróleo estadounidense han repuntado aproximadamente un 40%, pues el descenso de la producción de petróleo de esquisto ha impulsado la confianza. No obstante, los analistas han advertido de que las condiciones del mercado siguen debilitadas debido a la superabundancia de reservas.
Mientras, el diferencial entre los contratos de Brent y crudo del West Texas Intermediate se situó en 1,97 USD por barril, frente a la brecha de 1,88 USD centavos registrada al cierre del viernes.
El hundimiento del precio del petróleo ha impactado en el negocio de recogida y tratamiento de aceites industriales usados. El negocio ya no es rentable y los gestores autorizados del residuo, que temen por su supervivencia, han conseguido que Sigaus, el Sistema Integrado de Gestión (SIG) mayoritario del sector, les aumente los pagos un 59%; ahora bien, afirman que no es suficiente.
Hasta hace muy poco, los generadores de estos aceites, como industrias o talleres, cobraban por entregarlos a los gestores, pero desde 2013 sus ingresos por la venta de los productos derivados del tratamiento del residuo han descendido en 24,1 millones de euros, según los datos de la Asociación Nacional Independiente de Gestores de Aceites Usados (Aniaga).
Este año, con el crudo en 40 dólares y el tipo de cambio entre el dólar y el euro en 1,1, el sistema incurrirá en déficit, con lo que la propia recogida del residuo, muy contaminante, está en peligro. Carmen Bercebal, secretaria general de Aniaga, asevera que ya hay 6.000 toneladas pendientes de recoger y que muchos gestores no ven posibilidades de sobrevivir más allá del verano. Los generadores del residuo, por su parte, creen que tendrán que pagar hasta 120 euros por tonelada para librarse de él conforme a la Ley.
Con esta situación, las miradas se han vuelto hacia Sigaus, el mayor SIG del sector, con un 90% de cuota, porque el Real Decreto 679/2007 otorga a los SIG la responsabilidad de financiar el proceso de recogida y tratamiento -incluyendo un beneficio razonable para los gestores-, gracias a una tasa que cobra a los fabricantes de los aceites.
Sigaus factura a los fabricantes 60 euros por tonelada puesto en el mercado y no ha modificado esa cantidad desde su nacimiento, en 2007. Mientras el crudo estuvo caro y los productos derivados del residuo se vendían bien, los ingresos por la tasa fueron suficientes para que el sistema funcionara, pero ya no lo son.
El SIG inicialmente se resistió a adoptar medidas, argumentando que las relaciones comerciales entre los generadores del residuo -talleres e industrias- y los gestores son libres, que éstos no tienen la obligación de recogerlo gratuitamente, que los generadores tampoco están obligados a pagar por el servicio y que, en cualquier caso, garantizaba que se prestara el servicio sin coste alguno cuando fuera necesario.
Esa defensa no ha sido suficiente y Sigaus, finalmente, ha decidido incrementar los pagos a los gestores un 59% con la intención de que puedan recuperar su legislada rentabilidad razonable. Ahora bien, lo hará sin incrementar la tasa a los fabricantes, para que éstos no trasladen la subida a los consumidores.
Preguntado por elEconomista sobre cómo lo va a hacer, aclara que usará "cualquiera de los mecanismo de los que disponen las entidades privadas para financiar sus actividades corrientes". Utilizará fondos propios -tiene varios millones de remanente- y, si llega el caso, se endeudará.
Sin embargo, Aniaga no cree que sea suficiente. Afirma que faltan 110 euros por tonelada de residuo y que, como las previsiones de Sigaus son que este año se generen 120.000 toneladas, aún se producirá un déficit en el sistema de 13,2 millones.