Hasta el viernes, el metro cúbico en boca de pozo costaba para las estaciones de servicio aproximadamente 89 centavos. Luego de la publicación en el boletín oficial del ajuste de tarifas pasó a valer entre 2.50 y 3.16 pesos, según la cuenca que se tome como referencia. Significa un aumento del 300 por ciento.
La decisión de las autoridades movilizó de urgencia a los operadores quienes durante el transcurso del día analizaron el impacto en el surtidor. De este modo en muchas localidades del país, en precio del GNC ya supera los 9 pesos.
Ricardo Stella, presidente de la Cámara de Expendedores de Salta (CESECA) explica que por más esfuerzo que hagan los empresarios en absorber la actualización “lógicamente el precio al público sufrirá cambios bastante bruscos”.
Es un tema que observa con preocupación, al punto que podría terminar con la relación histórica que caracterizó al combustible de pagarse a un tercio que la nafta súper. “Hoy con esta nueva estructura de costos se va a acercar al 50 por ciento”, sostiene.
Es que además de este golpe, también afectó la fuerte suba de la energía eléctrica, una de las principales variables en el proceso de producción del GNC.
De esta manera, Stella advierte que en lo inmediato habrá una retracción de la actividad, en todas sus partes: “mi expectativa es que va a producir inmediatamente un freno de las conversiones. Aquel que quiera colocar un equipo, que cuesta entre 18 y 25 mil pesos, lo va a pensar dos veces. Asimismo todos los proyectos de conversión a GNC de vehículos pesados, que pretendían un ahorro en los fletes, también pasaran al olvido”.
Y en consecuencia, alerta que “las estaciones de servicio van a tener menor demanda de consumo porque no va a haber crecimiento del parque automotor. Esto también se va a trasladar, a toda la industria ligada al GNC la que ha crecido enormemente en los mas de treinta años de vida en nuestro país, con importantes inversiones y como resultado la perdida de numerosos puestos de trabajo”.
“El GNC es un producto que es considerado el más ecológico de los combustibles utilizados en Argentina por vehículos automotores, que realmente está destinado a las clases sociales de menores recursos, los taxis, remises y a los trabajadores que dependen de su vehículo para trabajar todos los días, todos ellos se van a ver seriamente afectados; llama la atención que haya un aumento tan fuerte”, señaló Stella.
Por eso, propone revisar el tema con el Ministerio de Energía, con la intención de buscar alternativas que permitan orientar la actividad hacia un sendero de crecimiento. “Si se eleva tanto el precio, el GNC va a ser menos competitivo y comenzaremos a ver estaciones de GNC cerradas como sucedió en la última década con las de líquidos.”, insiste.