Los flujos de capital hacia los bonos y las acciones de mercados emergentes dieron un salto en marzo para alcanzar el nivel mensual más alto en casi dos años, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).
Los ingresos habían comenzado a dispararse en febrero, después de siete meses de salidas de capital.
Las acciones de Brasil se ubicaron entre los activos más interesantes para los inversionistas debido a sus valoraciones atractivas y la expectativa de un cambio político, indicó el IIF, así como los apabullados títulos de empresas surcoreanas.
“Me siento bastante confiado en que se va a obtener un buen retorno sobre las acciones de mercados emergentes”, dice Adrian Mowat, jefe de estrategia de renta variable de Asia y mercados emergentes en J.P. Morgan. “Definitivamente está ocurriendo un cambio”.
El repunte de los mercados emergentes no ha beneficiado a los países de forma pareja. Las acciones de India y China están teniendo problemas, mientras que las de América Latina y países más pequeños de Asia, como Tailandia e Indonesia, han repuntado.
En Brasil, las acciones se han disparado 26% este año a pesar de la agitación política.
El repunte en los mercados emergentes ha encarecido las acciones. Sin embargo, las valuaciones, medidas por la relación precio/ganancias, aún están cerca de los mínimos que se registraron durante la crisis financiera de 2008 y la crisis asiática de 1997 y 1998.
Luego de años de retornos decepcionantes, ¿podría ser que el repunte en esta clase de activos sea un fenómeno pasajero?
Varios factores ayudarán a encontrar la respuesta: ¿elevará la Reserva Federal de Estados Unidos las tasas de interés dos veces este año, como ha indicado? ¿Cuán fuerte se mantendrá el dólar? ¿Cuáles son las perspectivas para el petróleo y otras materias primas? Y ¿qué sorpresas vendrán de China, incluyendo el yuan?
Los inversionistas también sopesarán los desafíos políticos y económicos en países emergentes individuales. Por ejemplo, Brasil parece encaminado a una de las peores recesiones de su historia y la presidenta Dilma Rousseff enfrenta un proceso de destitución en medio de un amplio escándalo de corrupción.
“Esa seguirá siendo una situación muy difícil”, dice Brigitte Le Bris, gestora de renta fija de mercados emergentes en Natixis Asset Management, sobre la agitación política de Brasil. “Necesitamos ver algo concreto antes de ingresar al mercado”.
Las acciones de mercados emergentes han languidecido por años, empezando en 2013 cuando el banco central estadounidense anunció que desmantelaría su programa de relajación cuantitativa.
Una inversión de US$100 hace cinco años en esa clase de activos valdría hoy menos de US$95. La misma suma en un índice de referencia de acciones de mercados desarrollados valdría hoy cerca de US$135.
La situación ha dado in giro en 2016. Una ganancia este año de 2,6% en las acciones de mercados emergentes supera el desempeño de la mayoría de los otros mercados de renta variable del mundo: el índice S&P 500 de EE.UU. ha ganado 1% en lo que va del año, mientras que el Stoxx Europe 600 ha caído 6,7%.
El mejor desempeño relativo también se produce luego de que las acciones de mercados emergentes sufrieron fuertes pérdidas por tres años consecutivos.
En marzo, los flujos entrantes hacia los fondos de acciones y bonos de mercados emergentes alcanzaron un máximo de 21 meses, de US$36.800 millones, según el IIF.
Los inversionistas regresaron este año a medida que los precios de las materias primas empezaron a recuperarse y hubo mayor confianza en que la Fed seguiría un camino más lento para elevar las tasas de interés.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, “le ha dado al mundo una rama de olivo” al no elevar las tasas de interés a mediados de marzo, señala Khiem Do, gestor de fondos de activos múltiples en Baring Asset Management.
Los bancos centrales de los mercados emergentes, incluyendo los del sudeste asiático, pueden ahora recortar las tasas de interés sin tener que preocuparse mucho por las salidas de capital, explica.
De todas formas, todo esto es un poco contradictorio: la Fed no elevó las tasas a mediados de marzo porque estaba preocupada por un crecimiento global débil y la volatilidad en los mercados financieros.
“Ha sido muy difícil por varios años”, dice Stephen Parr, gestor de inversiones globales en mercados emergentes en Aberdeen Asset Management. “Las valuaciones se ven cada vez más atractivas para la renta variable de mercados emergentes, particularmente cuando se las compara con las acciones estadounidenses”.
Los mercados emergentes han sido limitados por una desaceleración del crecimiento económico junto con altos niveles de deuda denominada en dólares. Se prevé que algunos países tengan problemas para pagar sus deudas en dólares a medida que suben los costos de endeudamiento en EE.UU.
“Un factor clave determinará si este es un repunte sostenible: ¿ofrecerá la renta variable de mercados emergentes un crecimiento razonable de ganancias?”, dice Mowat, de J.P. Morgan.
Según las utilidades, el atractivo de los mercados emergentes frente a los desarrollados está disminuyendo. En el transcurso del último año, los analistas han recortado en casi 15% la proyección de crecimiento de las ganancias en los mercados emergentes, de acuerdo con el IIF.
El ritmo del recorte se desaceleró un tanto durante el primer trimestre de este año: Rusia, Brasil e Indonesia, los cuales registraron una pronunciada revisión a la baja de las ganancias el año pasado, han tenido un mejor desempeño al respecto, anota.
Sin embargo, en el primer trimestre, México e India resultaron peor luego de la revisión de las ganancias, agrega el IIF.