Nicholas Valdés
Caracas (PL) El desarrollo del sector minero se presenta como una opción cada vez más viable en el proceso de diversificación económica impulsado por el Gobierno venezolano para superar la actual crisis que vive el país.
Con ese objetivo, el presidente de la República, Nicolás Maduro, firmó en febrero pasado el acta de certificación de las reservas del Arco Minero del Orinoco, zona estratégica de 111 mil kilómetros cuadrados ubicada en el sureño estado de Bolívar.
Tenemos reservas probadas de cuatro mil 300 toneladas solo en el campo del oro, y con la rúbrica de este documento las proyecciones de los expertos dicen que Venezuela podría colocarse por encima de las siete mil toneladas y ser la segunda reserva de ese metal precioso en el planeta, apuntó en esa ocasión el Jefe de Estado.
Pero la importancia del Arco Minero no radica solamente en sus yacimientos auríferos, pues ese territorio cuenta además con importantes reservas de diamante, hierro, coltán, bauxita y otros minerales de alto valor industrial.
El ministro venezolano para el Comercio Exterior y la Inversión Internacional, Jesús Farías, explicó a Prensa Latina la importancia de que avance el proceso de certificación, en el que ya participan 150 empresas de 35 países.
Nosotros tenemos un gran potencial para nuestro desarrollo en el ámbito minero, un sector que ha sido explotado en términos muy irregulares, y a veces incluso de manera inescrupulosa, señaló Farías.
Con esta política, agregó, creamos orden en un ámbito donde se presentan enormes posibilidades.
Tenemos claras ventajas comparativas con la existencia de minerales estratégicos como oro, coltán y diamante, junto con otros que pronto se irán desarrollando con la participación de capital extranjero, detalló.
El funcionario aseguró que se van a explotar esos recursos, pero protegiendo siempre a los trabajadores y de igual forma al medio ambiente, que sufre mucho cuando hay empresas transnacionales extrayendo esos yacimientos.
Farías también se refirió a la imagen que Venezuela transmite al mundo con la rúbrica de este convenio: tenemos que destacar lo que representa este hecho en términos de confianza para la economía nacional.
Igualmente manifestó que la firma de esos acuerdos rompe con los esquemas y las matrices de opinión sobre la economía venezolana, que según muchos medios de prensa está quebrada, a la deriva y alejada de los centros financieros y económicos del planeta.
No obstante, se trata de un procedimiento que debe realizarse con la mayor seriedad, pero también con la mayor celeridad posible, si se quieren obtener resultados palpables a mediano plazo.
Al respecto, el ministro venezolano de Petróleo y Minería, Eulogio Del Pino, adelantó que certificar en año y medio las reservas del Minero del Orinoco es la meta del Gobierno.
El titular indicó que el Ejecutivo busca, en articulación con las empresas nacionales y foráneas, oficializar en un plazo mucho menor de lo que llevó realizar la misma operación para el caso del crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez, cuyo proceso se extendió por casi tres años.
Del Pino precisó que existen bloques dentro del Arco Minero que se podrán validar internacionalmente, incluso de tres a cinco meses.
La firma del acta de certificación forma parte del esfuerzo que realiza el Gobierno Bolivariano en diversos sectores estratégicos de la economía y otras políticas para recuperarse de una crisis fundamentada en las bases de un modelo ya agotado, como es el rentismo petrolero.
Dicho acuerdo prevé la creación de condiciones y estímulos necesarios para el establecimiento de las capacidades de bienes y servicios que apalanquen la exploración y explotación de los minerales contenidos en el Arco Minero, acorde con las metas establecidas en el Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social del país.
Se trata de buenas noticias en medio de un panorama adverso pues, a decir del propio ministro Farías, son grandes oportunidades para el desarrollo de negocios, en los cuales Venezuela solamente exige respeto a las leyes y los principios socialistas que rigen el proyecto revolucionario de la nación suramericana.