Aunque el letargo de la economía no tomó por sorpresa a las compañías, algunos sectores han ajustado sus pronósticos a un escenario peor al previsto cuando diseñaron sus planes. La mayoría mira con cautela los restantes nueve meses del año, mientras las palabras eficiencia y productividad son claves para enfrentar el complejo escenario.
Esta semana, el complejo escenario económico obligó al gobierno a recortar su proyección de crecimiento para 2016, desde 2,75% a 2%. Un opaco desempeño que, en todo caso, sigue siendo superior al que estima el mercado. “La debilidad de comienzo de año sorprendió. Hacia finales de 2015 se preveía algún grado de estabilización de la actividad. Esperamos un crecimiento de 1,8% para este año (bajo el 2,1% registrado en 2015), pero no podemos descartar riesgos a la baja”, afirma Miguel Ricaurte, economista jefe del banco Itaú.
En la antesala del Informe de Política Monetaria (Ipom) que mañana presentará el Banco Central, los economistas prevén que el instituto emisor también ajuste sus estimaciones a la baja. “Pienso que va a establecer un rango de crecimiento de entre 2,5% y 1,5%”, dice Alejandro Alarcón, economista de la Universidad de Chile.
En la cúpula empresarial comparten esa percepción y monitorean de cerca -y con inquietud- la trayectoria de la economía. “Preocupa el modesto crecimiento observado durante los últimos dos años, situación que para el presente ejercicio no va a ser diferente, e incluso puede ser inferior al promedio registrado entre los años 2014-2015. Se estima que el crecimiento de la economía nacional se situará entre 1% y 2%, y lo más probable es que se ubique en un nivel cercano al límite inferior de este rango” para 2016, señala el presidente de la CPC y de la Sonami, Alberto Salas.
Con él coincide el presidente de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), Peter Hill. “Hemos ajustado nuestra estimación de crecimiento para 2016 a un 1,8%, desde el 2,3% que teníamos el último bimestre de 2015. El crecimiento del último trimestre fue extremadamente débil, reflejando un enfriamiento de la economía mucho más agudo del que preveíamos”, dice.
Sin embargo, para el grueso de las empresas locales la situación dista de ser sorprendente. La ralentización económica fue uno de los supuestos con los que elaboraron sus planes para este año y, por lo mismo, varias compañías están “aprovechando” la débil actividad para buscar eficiencias, incorporar tecnología e innovación y optimizar los procesos con el fin de reducir sus costos y elevar la productividad.
En el comercio, si bien la menor inflación y la baja del dólar están dando un alivio, el cuadro de debilidad global sólo les permite proyectar un crecimiento en las ventas “de entre 2,5% y 2,7% real”, aseguran en la CCS.
En este sector, también el énfasis está puesto en programas de aumento de eficiencia y racionalización de costos.
Para el Grupo Falabella, de las familias Solari y Del Río, el cierre del primer trimestre ha sido igual a lo pronosticado. Por lo mismo, dicen en el retailer, mantendrán su plan de inversiones, “que se ajusta a la coyuntura y a los desafíos que enfrentamos actualmente como empresa”. En enero anunciaron un programa de expansión hasta 2019 por US$ 4.038 millones en los seis países de América Latina en que operan. “Esto corresponde a un incremento de 9,5%, en pesos chilenos, comparado con el anterior plan a cuatro años”, detallan en la compañía. Casi 30% del total será destinado a infraestructura, logística y tecnología.
“Cuando proyectamos 2016, consideramos un escenario económico complicado y de menor dinamismo, y nuestra estimación de crecimiento la hicimos incorporando esta situación (…). No hemos cambiado esas proyecciones”, afirma Andrés Roccatagliata, gerente general de Ripley Chile. Lo que sí están revisando a la baja son las estimaciones sobre el tipo de cambio, “variable que para nosotros es muy importante, dado el peso de los productos importados”, añade el ejecutivo. De mantenerse el dólar en los niveles actuales, “podría mejorar levemente nuestras proyecciones de venta”, acota.
En Ripley, están desarrollando el plan 3D, para enfocarse en las categorías que entregan mayores márgenes, como moda mujer. En el marco de este plan, firmaron alianzas con grandes retailers a nivel mundial para renovar el pool de marcas.
En los malls, los planes de inversión se mantienen. Aunque no hay grandes anuncios de desarrollo de vastas superficies, un operador de centros comerciales complementa que “mantenemos nuestro plan de expansión (…). Construimos centros comerciales para los próximos 40 años, no para el próximo. Manejar la compañía acelerándola y frenándola sólo amplificará el ciclo”.
En las empresas de consumo masivo, si bien palpan una demanda más contenida, confían en que la menor actividad no golpeará la canasta básica de los chilenos. En Nestlé aseguran que este año será “desafiante”, además, debido “a la implementación de la nueva ley de etiquetado de alimentos y la reforma laboral, entre otros”, opina Luis Medina, gerente de ventas corporativas de la firma. “Si bien siempre hemos operado bajo una estrategia de mediano y largo plazo, en un contexto como el actual, debemos ir sintiendo y sintonizando con el mercado día a día”, explica el ejecutivo. Por lo mismo, están “mejorando los canales de distribución, ya que en entornos como los actuales, el consumidor muchas veces modifica algunos de sus hábitos de compra, por lo que debemos asegurar que nos encuentre en todas partes”, añade.
En Unilever Chile si bien observan un consumo más restringido, su director gerente general, Hans Eben, destaca que su portafolio de productos tiene la flexibilidad de ir adaptándose a las tendencias. “Y aunque parezca contraintuitivo, en Chile hay un mercado de productos premium cada vez más desarrollado”, indica. En la multinacional, el motor de crecimiento serán las marcas, “que requieren más inversión, especialmente en innovación y desarrollo de segmentos, que nos permitan fidelizar a nuestros consumidores y captar nuevos”, explica.
El gerente general de Coca-Cola Chile, Perú y Bolivia, Dino Troni, asegura que mantendrán su plan de inversión “e incluso podríamos tener sorpresas positivas dentro del año”. Asegura que confían en la evolución del mercado chileno y en que sus resultados estarán en línea con las proyecciones, “con algunos ajustes para asegurarnos de cumplir nuestras metas”, comenta.
De todos los sectores, donde más se siente el ajuste es en la minería. En lo que va de marzo, el precio del cobre ha subido 4,8%, pero eso no basta para vislumbrar un cuadro mejor. “Mantenemos nuestra proyección de nulo crecimiento para el sector . La producción de cobre será similar a la del 2015, cercana a los 5.800.000 toneladas”, afirma Alberto Salas, timonel de la Sonami.
Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, coincide en que “el escenario seguirá siendo de precios bajos para el cobre, de producción minera plana y de bajo crecimiento en el país”.
Por lo mismo, los planes de inversión de la industria siguen descendiendo. Según el catastro del Consejo Minero, el monto de inversión asociado a proyectos en ejecución cayó desde US$ 21.347 millones en agosto de 2015, a US$ 15.122 millones en diciembre. Y en el caso de los proyectos en evaluación, el recorte es mayor: de US$ 47.518 millones a US$ 35.879 millones en un año. “Nuestra preocupación es que la reducción de proyectos que podrían entrar en operación los próximos años va a limitar la capacidad del país de aprovechar el siguiente ciclo de recuperación de precios”, plantea el ejecutivo.
Por ello, este año Antofagasta Plc -del grupo Luksic- se focalizará en reducir sus costos operacionales en hasta US$ 160 millones, pese a que podrían registrar la mayor producción de su historia: entre 710 mil y 740 mil toneladas de cobre fino; 245 mil a 275 mil onzas de oro, y entre ocho mil y nueve mil toneladas de molibdeno. Ello, junto al Programa de Competitividad y Costos, permitiría disminuir sus costos hasta “niveles similares a los obtenidos en 2012”, indican en la compañía.
Uno de los rubros que mantienen un moderado optimismo es el vitivinícola. En Emiliana, la viña orgánica más grande del mundo y propiedad de la familia Guillisasti, esperan cerrar el año muy cerca de lo presupuestado. La viña exporta en torno al 95% de sus productos y, por ende, el escenario nacional no les afecta directamente en la venta, “sino que más bien en temas más ligados a los costos de producción y obtención de mano de obra calificada”, precisa Cristián Rodríguez, gerente general de la compañía.
En Grupo de Vinos del Pacífico -matriz de Viña Undurraga, su gerente general, Ernesto Müller, estima que cerrarán “entre 2% y 3% sobre el presupuesto, con un desempeño parejo entre el mercado de exportación y nacional”.
Prevén crecer 8% en valor en relación al año anterior, aunque por el lado de la producción advierten que están enfrentando una vendimia 2016 más pequeña a lo proyectado, “estimando una caída de 10% del volumen, lo que pondrá presión sobre los costos”.
“Hasta ahora, nuestro escenario base sigue siendo que este 2016 la construcción prácticamente no crecerá. El escenario optimista es que crezca cerca de 2%, y el pesimista, que se contraiga en igual porcentaje”, comenta Javier Hurtado, gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción.
Ariel Rappaport, gerente general de Ralei Grupo Inmobiliario, enumera que una de las razones de la baja actividad es el efecto de la reforma tributaria, que el 2015 aceleró las ventas de viviendas. También, dice, influyen en el sector las mayores exigencias en el otorgamiento de créditos, impactando directamente la capacidad de compra de los segmentos medios. “Tenemos un plan de inversiones muy agresivo para los próximos años, pero reenfocando nuestro mercado y redefiniendo el modelo de negocios”, explica.
En Socovesa están siendo más cautos , “con el objetivo de mantener sanos nuestros equilibrios inmobiliarios”, subraya José Antonio Bustamante, gerente general de la firma. Menciona que se están enfocando en los proyectos más estables desde el punto de vista de los clientes, “los del segmento premium (alto y súper alto) y los del segmento subsidio, que están fuertemente apoyados por el Estado”.
Considerando el promedio de la industria en los últimos cinco años, en Inmobiliaria Exxacon prevén una baja del orden de 20% en 2016, “lo que es mejor a lo que esperábamos cuando comenzó la reforma tributaria a ser un hecho cierto y, más aún, cuando se rigidizaron los créditos hipotecarios para este 2016”, comenta Nicole Solé, gerenta general de la inmobiliaria. A mediados de año, la firma revaluará su ya ajustado plan de inversión.
Cristián Armas, presidente ejecutivo de Empresas Armas, dice que la firma varió su estrategia y hoy apuesta a vivienda social, siendo mucho más cautos en el segmento más alto. La compañía opera en los segmentos de vivienda de clase media y media alta, vivienda social y oficinas en Chile, Perú y Colombia. “El balance de las tres líneas de negocios nos hace esperar un año bastante bueno”, anticipa.
En el mundo asegurador, la situación tampoco es descrita como mala. “Nos mantenemos optimistas, ya que si bien operamos en un entorno menos ventajoso, pensamos que existe espacio para reactivar la economía con señales que den confianza a los agentes económicos, empresas y personas”, dice Roberto Machuca, subgerente general de Chilena Consolidada-Zurich.
El ejecutivo explica que el negocio de seguros generales es más sensible al ciclo económico, por cuanto se posponen inversiones físicas, con lo cual hay menos materias aseguradas, y a su vez, el negocio de seguros de vida es más sensible al desempleo. Reconoce que “estamos actuando con cautela, priorizando en este primer semestre los proyectos asociados con servicio al cliente, eficiencia y nuevos negocios”.
Donde las estimaciones indican un ajuste es en forestales y pesca. “A fines del año pasado, proyectamos para 2016 exportaciones por US$ 5.550 millones. Con lo que va transcurrido del año, pensamos que esta cifra debe corregirse un poco a la baja, para cerrar entre US$ 5.400 y US$ 5.500 millones”, dice Fernando Raga, presidente de la Corporación de la Madera.
Los resultados de este año para CMPC estarán marcados, principalmente, por la mayor capacidad de producción de celulosa de fibra corta, resultado del término de la puesta en marcha del proyecto de expansión en Brasil. “A pesar de la volatilidad observada en los mercados durante estos primeros meses del año, esperamos seguir avanzando en línea con lo proyectado”, opina Hernán Rodríguez, gerente general de Empresas CMPC.
En la compañía del grupo Matte mencionan que el gran desafío para el 2016 es consolidar las inversiones de los últimos años y bajar el nivel de deuda. “Dado lo anterior, nuestro nivel de inversión para este año será considerablemente más bajo que el del 2015 y será destinado principalmente para mantenimiento y mejoramiento de algunas de nuestras plantas”, precisa Rodríguez. Debido a que cerca del 75% de los ingresos de CMPC provienen del extranjero, “esa diversificación es la que nos permite que no dependamos solamente del comportamiento económico de un solo país”, resalta.
En Corpesca, la pesquera del grupo Angelini, ven un sombrío escenario. “La actividad pesquera del norte, en todas sus expresiones -industrial y artesanal- sufre una crisis desde 2015 y que se prolonga en este primer trimestre. Es la crisis más grave de las últimas décadas”, advierte su gerente general, Arturo Natho. Para ilustrar la situación entrega un dato: durante 2015, en sólo cuatro meses la industria del norte pudo operar, y en 2016 aún están en veda voluntaria las empresas. “A lo anterior debemos agregar la incertidumbre regulatoria que pesa sobre el sector”, apunta.
Otra de las empresas donde el panorama es visto como complejo es Iansa. “Vemos una economía más deprimida y una proyección, en cuanto a la demanda de productos, a la baja. A esto hay que sumarle la incertidumbre que genera en la industria de los alimentos la nueva ley de etiquetado y sus implicancias operacionales”, sostiene el gerente general, José Luis Irarrázaval.
El ejecutivo añade que, por ello, han realizado esfuerzos por aumentar la rentabilidad de la producción de remolacha en el país.
El lento andar de la economía también impacta al rubro automotriz, “porque afecta de forma directa el ingreso de las personas y, por ende, al mercado de vehículos livianos y medianos”, dice Gustavo Castellanos, secretario general de la Anac.
El crecimiento que marcó los buenos augurios para el sector energético en el pasado hoy tiene más tintes de moderación. “Si bien a la fecha aún es prematuro pronosticar el crecimiento económico para el país, todos los indicadores muestran que en 2016 es razonable esperar otro año de bajo crecimiento económico y, en consecuencia, una baja tasa de expansión de la demanda por energía eléctrica”, creen en Colbún, la generadora de los Matte.
En Transelec tienen otra opinión: “El sector energético presenta hoy muy buenas expectativas de crecimiento, motivado principalmente por la fuerte entrada de nuevos proyectos, como resultado de las licitaciones de suministro de energía para los clientes residenciales, en especial la que se realizará a mediados de año”, dicen en la principal transmisora del país.
En la Asociación de Generadoras afirman que las condiciones de coyuntura no son tan relevantes en la toma de decisiones de inversión, donde influyen más los factores de largo plazo, contexto regulatorio y licitaciones, entre otros, “pudiendo la coyuntura afectar los tiempos, pero no necesariamente las inversiones”.
Pese a los nubarrones, en la industria aeronáutica aseguran que los proyectos de inversión no sufrirán grandes ajustes. Sky, la firma de la familia Paulmann, estudia abrir 15 potenciales nuevas rutas de la mano de su exitosa estrategia de low cost; elevó en 1,2% su participación de mercado durante 2015 y este año buscan un resultado similar. “Sabíamos que la economía venía en desaceleración, principalmente la industria ligada a la minería en el Norte Grande. Por esa razón, fuimos bastante cautos a la hora de planificar”, cuenta Carmen Gloria Serrat, directora comercial de la aerolínea.
En Latam, la aerolínea de las familias Cueto y Amaro, además de la inauguración de los vuelos a Africa, seguirán destinando recursos a sus plataformas tecnológicas. “Sabemos adónde vamos y qué es lo que queremos: estar dentro de los tres grupos de aerolíneas más importantes en el mundo”, subrayan en la compañía.
En Sky el foco es invertir en aquellas áreas que ayuden a lograr reducción de costos, como la nueva plataforma de venta y la implementación de los servicios adicionales, mientras que en Latam reestructuraron el plan de flota, de manera de postergar la llegada de algunos aviones hasta el año 2018, con el objetivo de mantener un balance sólido y liquidez de caja. Lo anterior, destacan, les ha permitido adecuarse a la demanda y lograr un ahorro de US$ 2.900 millones a la fecha.