Martín Bidegaray
Entre los "presentes griegos" que el kirchnerismo le dejó a la actual administración están los compromisos para financiar obras de energía por casi 20.000 millones de dólares. Ese es el costo de las represas hidroeléctricas de Santa Cruz y dos nuevas centrales nucleares a construirse.
"En el gobierno anterior, les asignaban una partida presupuestaria y cuando se agotaba, les daban una extensión. Así no se hacen las obras. Vamos a hacer las dos centrales nucleares, el aprovechamiento del río Santa Cruz, pero con seriedad. Estamos definiendo con el Ministerio de Hacienda y con la Jefatura de Gabinete cuáles son las partidas para el programa energético. Vamos a ser responsables. Si hay una ampliación del gasto, que sea en forma eficiente", le explicó el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, a Clarín.
Aunque le faltaba "un proyecto ejecutivo" y un estudio ambiental, el Gobierno anterior le adjudicó la construcción de las represas hidroeléctricas de Santa Cruz a un consorcio chino-argentino por 4.700 millones de dólares. Con el financiamiento y el pago de seguros, el costo de esa obra supera los 6.000 millones de dólares.
La ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner también prometió dos centrales nucleares. El costo: más de 13.000 millones de dólares. "Las obras se harán, pero con seriedad, proyectos definidos y presupuestos", dice Aranguren. “A partir de la posibilidad de que el Congreso apruebe un acuerdo con los acreedores, va a haber una caída en el costo del capital para el país”, explica. “Volveremos a ser sujeto de crédito. Y obras de esta magnitud van a tener otros costos de financiamiento”, detalla el ministro.
Aranguren se sentará esta semana a renegociar con autoridades chinas, durante un viaje del presidente Mauricio Macri a la cumbre de seguridad nuclear en Washington (Estados Unidos).
Al regreso de Washington, lo espera el anuncio de las subas en las facturas de gas. “A partir de las reducciones tarifarias (en los subsidios que paga el Estado), se pueden generar ahorros y dirigir esos recursos a mejorar la oferta energética", puntualiza. El Gobierno cree que el fisco dejará de pagar 3.500 millones de dólares (más de 50.000 millones de pesos) con la luz. Con respeto al gas, el ministro señala que la suba "será en las próximas semanas". "Es algo que tiene que ocurrir. El detalle estará cuando conozcamos los nuevos cuadros tarifarios”, marca.
El sindicato UOCRA -alentado por el ex ministro Julio De Vido- entiende que Energía frenó la central nuclear Atucha 3. "No tenemos el proyecto definido y el financiamiento no está acordado. Es un despropósito que una obra de tamaña magnitud, de 780 MW, que implica una inversión de 5.800 millones de dólares se haga sin proyecto ejecutivo y financiación", aclara el ministro.
Aranguren habló con Clarín. Aquí, una síntesis:
-¿Hay un presupuesto aprobado para una central nuclear y el Gobierno no quiere ejecutarlo?
-En el presupuesto que se aprobó para 2016 es de 5.400 millones de pesos. Lo primero a hacer es extender la vida útil de Embalse. El terreno sobre el que se va a construir la central, lindante a Atucha 1 y Atucha 2, tiene aprobado el decreto de expropiación. Aunque no estaba en el presupuesto, el terreno solo vale 580 millones de pesos, aprobado por el Tribunal de Tasación. En el presupuesto no está una obra de 5.800 millones de dólares.
-¿Pero no hay aprobado financiamiento chino?
-Se iniciaron conversaciones con China, pero no hay nada acordado. Hay condiciones que ellos quieren imponer y queremos renegociar. Atucha 3 va a arrancar en los primeros meses de 2017, pero hecho con seriedad.
-¿La negociación por centrales nucleares incidirá en las represas de Santa Cruz?
-Son empresas separadas. Las represas están en una UTE con Gezhouba, Electroingeniería e Hidrocuyo. Consideramos que hay modificaciones necesarias allí, teniendo en cuenta el impacto ambiental. El consorcio que ganaba la obra debía tener un proyecto ejecutivo definido. Pero lo que pasó es que primero pidieron una redeterminación (N.de R: mayores costos) de 700 millones de dólares. En cuanto a Santa Cruz, también hay que readecuar los contratos. La ley 15.336 (régimen jurídico de la energía eléctrica) dice que cuando se trata de un recurso interno es una concesión del Estado federal. No sería provincial (N de R: impactaría en futuras regalías). La provincia y la Nación tenemos que asegurarnos lo que estamos haciendo. Este proyecto es fundamental, pero hay que hacerlo en regla y sin impedimento ambiental.
El déficit energético argentino es tan crónico, con la necesidad de importar combustibles en ultramar, y también electricidad desde países vecinos. Además la precaria matriz energética del país es objeto de replanteo frente a lo compromisos internacionales para disponer de fuentes alternativas y limpias. Por eso los proyectos de diversificación se basan en la eólica, solar, hídrica y la atómica, por no ser contaminantes.
En esta última, el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández puso énfasis en construir Atucha IV, la proyectada quinta central nuclear argentina. Desde 2014 se realizaron varios actos con anuncios de construcción inminente de esta cuarta usina del complejo Atucha, ubicado en Zárate, para sumarla al sistema nacional integrado también por la Central de Embalse, en Córdoba. Pero como todos los pomposos lanzamientos del kirchnerismo, la realidad actual es que Atucha IV no tiene presupuesto ni lugar de ejecución, pero sí lujosas oficinas porteñas y un 75% de personal ocioso.
En el Gobierno estiman que prácticamente los empleados directos e indirectos no tienen tareas y no hay dinero para mantener los contratos con constructoras. Es decir 2.000 puestos de trabajo son insostenibles a partir del 31 de este mes, cuando se suspendan los acuerdos con las empresas que deberían iniciar la obra.
Para tener idea de la irresponsable decisión anterior, todavía está pendiente la firma del convenio financiero entre los contratos con China, y tampoco se compraron los terrenos donde se construiría Atucha IV, en la localidad bonaerense de Lima. Todo falsa expectativa de anuncio propagandístico y la frustración de miles de trabajadores, la mayoría de Zárate.