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Petróleo: el misterio de los precios. ¿Arabia Saudita cambia de estrategia?
21/03/2016

"Las ganancias se convierten en pérdidas": Riad evitará que el petróleo se mantenga en 40 dólares

RT

Arabia Saudita se enfrenta a un difícil dilema: dejar que el mercado petrolero aplaste a la industria del 'fracking' estadounidense, o que la industria del 'fracking' estadounidense aplaste al mercado, sostiene el economista Panos Mourdoukoutas en su artículo de la revista 'Forbes'.

La subida del precio del petróleo, que la semana pasada terminó por primera vez en lo que va del año por encima de los 40 dólares, también se reflejó en los mercados de valores como Wall Street, que volvió a alcanzar nuevos máximos anuales. Pero la recuperación del precio del crudo puede que no dure mucho tiempo, debido a que Riad no lo permitirá, opina Mourdoukoutas.

Cuando los sauditas eran los mayores productores de crudo

"Antes a Arabia Saudita le gustaban los altos precios del petróleo. Mientras más alto, mejor, ya que aportaba más ingresos a las arcas reales. Eso fue en los viejos buenos tiempos, cuando era el mayor productor de crudo del mundo", comenta el columnista.

Según el experto, a esa monarquía árabe todavía le gustan los altos precios del petróleo, pero no muy altos, no por encima de 40 dólares. El economista argumenta su teoría con la premisa de que los 40 dólares es el umbral que mantiene con vida a la industria norteamericana del petróleo de esquisto, haciendo de "EE.UU. el mayor productor de crudo del mundo, y por consiguiente, el que de facto dicta los precios".

Declaración de guerra al petróleo de esquisto

A finales del pasado mes de febrero, Riad declaró públicamente que el mercado aplastará a la industria del 'fracking' estadounidense, ya que debido a su alto costo de producción no podrá sobrevivir a la continua guerra de precios.

"Los productores de estos barriles de alto costo deben encontrar una manera de reducir sus costos (…) Suena duro y por desgracia lo es, pero se trata de una manera más eficiente para reequilibrar los mercados. Reducir la producción de bajo costo para subvencionar los suministros de alto costo solo retrasa un ajuste inevitable en las cuentas", declaró el ministro de Petróleo saudita, Ali al-Naimi.

Asimismo, el ministro indicó que su país está listo para producir petróleo a 20 dólares por barril. "Nosotros no queremos, pero si tenemos que hacerlo, lo haremos", sentenció.

"Ese es el costo de producción de un barril de petróleo en Arabia Saudita (20 dólares). Los ingresos están disminuyendo, y las ganancias se convierten en pérdidas", finalizó por su parte Mourdoukoutas.

¿Cambio fulminante de estrategia? Arabia Saudita quiere dar la espalda al petróleo

RT

Las autoridades sauditas tienen la intención de rechazar el petróleo como principal fuente de ingresos y recurso de energía. El reino anunció que quiere centrarse en las fuentes de energía renovables. Así lo anunció el ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali al-Naimi, citado por Bloomberg.

"No creo que haya un país más perfecto para la energía renovable que Arabia Saudita", dijo el ministro. Según él, la razón radica en la abundancia de luz solar en el reino, en una gran cantidad de áreas y en un exceso de arena. Todos estos factores son determinantes en la construcción de plantas de energía solar.

No obstante, no es la primera vez que el líder de la OPEP señala que los gobiernos ya "están tomando medidas para prepararse para una edad más allá del petróleo". En la Cumbre del Clima en París el mayo pasado, Al-Naimi dijo que Arabia Saudita tiene previsto "exportar gigavatios de energía eléctrica" generados a partir de paneles solares en futuro.

¿Están contados los días de la riqueza petrolera de
Arabia Saudita?

Además, dada la naturaleza de las reservas de petróleo de Arabia Saudita y su producción casi ilimitada durante décadas, es posible que los saudíes pronto se queden sin crudo, opina el analista político estadounidense Phil Butler en un artículo para el portal New Eastern Outlook. Para el régimen árabe la caída de los precios de petróleo es un duro golpe porque su economía no ofrece otra cosa que crudo.

El Fondo Monetario Internacional ya predijo para Arabia Saudita hace años el aumento de los impuestos, la bajada de las subvenciones al combustible y el impago de las deudas. Mientras tanto, el campo petrolero de Ghawar, el mayor del mundo, se está agotando después de 65 años de producción continua, afirma el analista. "Una vez que esto suceda, Arabia Saudita volverá a ser un estado de tercer mundo casi medieval", estima.

Asimismo, según informa el artículo, "una reciente revelación de WikiLeaks recoge una advertencia de un ejecutivo del petróleo del Gobierno saudí que afirma que las reservas de crudo del reino pueden haber sido exageradas en unos 300.000 millones de barriles; en otras palabras, en un 40%".

El misterio de los precios del petróleo

La razón

Desde junio del 2014 a febrero de este año, esto es, en los últimos 20 meses, los precios del crudo de petróleo disminuyeron en un 75%, al pasar de 108 a 26 dólares el barril. Las razones que se alegan para que este fenómeno haya ocurrido son que, por un lado, actualmente hay una sobreproducción del crudo que conlleva a una saturación del mercado; y por el otro, que debido a la desaceleración del crecimiento de la economía en China, hay una disminución de la demanda.

En otras palabras: de conformidad con los criterios esgrimidos, lo que viene a explicar, en los últimos tiempos, el brutal colapso experimentado por los precios del petróleo es el clásico concepto de la relación entre oferta y demanda que rige el comportamiento de los mercados en una economía de libre competencia.

En parte, es así. La sobreproducción ha generado que los países miembros de la OPEP tengan cerca de 32 millones de barriles diarios colocados en el mercado, y que después del levantamiento de las sanciones, Irán haya incrementado su producción a tres millones diarios de barriles e Irak disponga, en adición, de 4,3 millones de barriles cada día.

En Estados Unidos, como consecuencia de la llamada revolución del shale gas, o gas de esquisto, se ha pasado de 4,6 millones de barriles diarios en 2005 a 9,6 millones en la actualidad.

Más aún, en estos momentos, Estados Unidos tiene 508 millones de barriles de petróleo en almacenamiento, lo que representa su mayor capacidad de suministro en los últimos 80 años. Por el lado de la demanda, es incuestionable que al pasar China de un nivel de crecimiento del 12% del PIB al 6,5%, y al cambiar de un modelo de exportación a otro de desarrollo interno, su capacidad de demanda de petróleo ha disminuido.

Pero si los fundamentos de la economía, esto es, oferta y demanda, son las causas determinantes de la drástica caída de los precios del petróleo, ¿por qué frente a la sobreoferta o la disminución de la demanda los países productores del crudo no han tomado medidas para reducir la producción?

Lo que se sostiene es que Arabia Saudí, con la finalidad de proteger sus cuotas de mercado, ha preferido mantener sus actuales niveles de producción. Con eso, impulsa hacia la baja los precios del crudo y saca de la competencia a los nuevos productores norteamericanos del gas de esquisto.

Aunque debido a esa política Arabia Saudí ha visto mermar sus ingresos, han disminuido sus reservas, se ha incrementado su déficit y ha subido su deuda, no es menos cierto que también ha provocado la quiebra de numerosas nuevas empresas petroleras estadounidenses.

La quiebra de esas empresas norteamericanas ha generado serias preocupaciones en el sector financiero. Los bancos se han visto expuestos al riesgo de no poder cobrar préstamos concedidos en la época en que los precios del crudo estaban por encima de los 100 dólares el barril.

Además, por efectos de correlación, el desplome de los precios del petróleo ha tenido impacto en los mercados bursátiles, que han visto disminuir el valor de las acciones empresariales en los mercados de Shanghái, Nueva York, Londres, Hong Kong y Fráncfort.

Pero si esa es la situación de los nuevos productores, del sector financiero y de los mercados bursátiles, ¿por qué el Gobierno de Estados Unidos no ha intervenido a su favor, presionando a Arabia Saudí y a otros miembros de la OPEP para que disminuyan la producción y, por consecuencia, hacer subir los precios?

Tal vez porque, hasta ahora, la prioridad de Estados Unidos ha sido otra. Ha sido, más bien, de carácter geopolítico, orientada, por la vía de la disminución de los precios del crudo, a provocar el debilitamiento del gobierno de Putin, en Rusia, después de la crisis de Ucrania, como actualmente acontece; a obligar a Irán a negociar su programa nuclear, como efectivamente se logró; y a desgastar al gobierno del presidente Nicolás Maduro, en Venezuela, como está sucediendo.

Es probable, también, que otras variables hayan sido tomadas en consideración para no tomar medidas favorables a un incremento de los precios del crudo.

Por ejemplo, es posible que frente al débil crecimiento de la economía global, originada desde la crisis financiera desatada a fines de 2007, se haya considerado que una bajada en los precios del petróleo podría constituir un estímulo para su reactivación.

Sea como fuere, lo cierto es que frente al sombrío panorama que ha creado la caída de los precios del petróleo, países como Nigeria y Venezuela han presionado tanto a Arabia Saudí como a la OPEP para que bajen la producción e incentiven un aumento de los precios del crudo.

Pero a lo más que se ha llegado es a un congelamiento de la producción. De esa manera, los factores de mercado que han determinado el colapso de los precios del crudo, oferta y demanda, se mantienen invariables, con lo cual no habría motivos para un alza de los precios.

Sin embargo, después de haber caído, en febrero, a su nivel más bajo desde 2003, durante las últimas dos semanas el precio del petróleo ha subido en un 32%, para llegar a cotizarse por encima de los 34 dólares el barril.

Lo único que realmente podría explicar esa nueva situación es el fortalecimiento del dólar estadounidense y la participación de fondos de alto riesgo (hedge funds), bancos de inversiones y compañías de seguros en la compra de contratos a futuro de petróleo, mediante la especulación financiera.

Eso fue lo que ocurrió en 2008, cuando los precios del petróleo pasaron de 147 dólares el barril en junio de ese año a tan solo 30 dólares seis meses después, sin que hubiese cambio alguno en los mecanismos de mercado.

Ahora ya sabemos que las fluctuaciones de precios no se corresponden exclusivamente a las leyes de la oferta y la demanda. También intervienen otros factores, como la nueva modalidad de la especulación financiera sobre contratos a futuro. Ahí radica el misterio sobre los precios del petróleo.

El petróleo se almacena en vías muertas

Economista

La capacidad para albergar petróleo está casi al límite, tanto en Europa como en Estados Unidos. Por ello, cualquier medio parece apropiado para seguir acumulándolo. Desde vagones hasta grandes barcos varados en los puertos, pasando por camiones o pozos ya secos. La única solución que dan los expertos a esta situación pasa por una rebaja de la producción, que parece haber empezado ya.

 Que la superabundancia mundial de crudo está provocando importantes caídas en su precio no es ningún secreto desde que a mediados de 2014 la Organización de Países Exportadores de Petróleo decidiera no rebajar su producción. Pero no sólo estos países han sido los encargados de crear un excedente histórico y mundial de oro negro. Con ello, el precio del petróleo ha pasado de 107 dólares en junio de 2014 a tan solo rondar los 41 dólares, lo que no ha sido su peor marca ya que en enero tento el Brent como el West Texas llegaron a caer por debajo de los 30 dólares.

Estados Unidos, que es a quién van dirigidas las bajadas de precio, ha perfeccionado sus técnicas de extracción, generalmente el fracking, para sacar crudo en su propio territorio aunque a un precio mucho más elevado que del modo tradicional. Y no parece irle del todo mal a la primera potencia mundial, ya que tiene sus reservas en máximos históricos y muy cerca de su límite de capacidad.

Cushing, en Oklahoma, es el punto de entrega más importante de Estados Unidos, ya que a él llega prácticamente la mayoría del petróleo producido en el país. En la actualidad, este epicentro clave del comercio cuenta con la friolera de 64 millones de barriles de petróleo. Algo que, según la Agencia de Información de la Energía (EIA) representa una cifra casi récord del 87 por ciento de la capacidad total de almacenamiento. Además, la EIA indica que el país tiene almacenados casi 503 millones barriles de petróleo crudo comercial, lo que significa el nivel de suministros más alto para esta época del año en las últimas ocho décadas.

Esto es alarmante ya que, según la Agencia, significa un incremento de 17 puntos, desde el 60 por ciento de hace un año, cuando ya había avanzado desde el 48 por ciento de 2014.

Según detalla Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, "EEUU ha pasado de ser importador a ostentar nuevamente el puesto de país con mayores reservas del mundo".

Este nivel es tan elevado que, según Goldman Sachs, en distintos lugares donde se almacena el crudo se están "preparando en contra de limitaciones de almacenamiento y logística". Lo que es lo mismo, estos emplazamientos estarían buscando soluciones antes de que finalmente acaben desbordados de la materia prima. Y ¿cuál podría ser la solución? Por el momento parece que los vagones usados en vías abandonadas son una buena respuesta, así como grandes buques varados en los puertos.

The Wall Street Journal indicaba hace un año que el incremento de los inventarios estaba provocando que en todo el país se estuvieran construyendo a un ritmo muy elevado tanques de almacenamiento y alquilando grandes buques cisterna para almacenarlo.

Además, las construcciones para esta finalidad de 2009, última vez que las reservas estaban altas, se están agotando. Estas instalaciones, a las que se les añaden las cavernas de sal subterráneas, guardan crudo durante días cuando existe un equilibrio de oferta y demanda. Sin embargo, con la nueva situación están sirviendo como punto de almacenaje durante semanas o meses.

Los vagones se están convirtiendo en los nuevos tanques de almacenamiento por la escasa rentabilidad de transportar el petróleo por estos medios para su lugar de destino tras la caída de su precio. Pero no sólo esto sería útil para seguir almacenando crudo actualmente. Daniel Lacalle, director de inversiones de Tressis Gestión, señala a camiones vacíos o almacenamientos subterráneos en pozos ya secos.

El experto extiende el problema también al Viejo Continente, donde asegura que "también está en máximos de los últimos siete años". Sin embargo, a este lado del Atlántico el método para guardar los excedentes está siendo en barcos o grandes buques petroleros parados en los puertos.

La solución: menos producción

Para que la situación actual se corrija tendría que haber una caída de la producción. Algo que, según Albert Enguix, analista de GVC Gaesco, "ya está comenzando a pasar, aunque todavía se mantendrá la sobreoferta durante varios trimestres". Es la causa que ha llevado al precio del crudo a rebotar más de un 40 por ciento desde sus mínimos anuales. Sin embargo, el experto concluye con que la pelota está en el tejado de EEUU ya que ?la OPEP no reducirá su producción".

Aun así, esto es lo que está descontando el mercado ya que ha logrado que el West Texas reconquiste los 40 dólares por primera vez desde diciembre y que el Brent europeo superase los 41 dólares. Todo ello después de que se conociese que la OPEP tiene previsto reunirse el próximo 17 de abril, en lo que se espera que sea el inicio de la reducción de la producción. Este encuentro se producirá después de que el esperado para el 20 de marzo se haya visto truncado.


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