Ni bueno ni malo. Ese es el punto en que pareciera haberse instalado el estado de ánimo del sector privado en el país, según lo corrobora el Índice de Confianza Empresarial (ICE) que elabora el Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la Universidad del Desarrollo en conjunto con Diario Financiero.
En febrero, el referido indicador registró un valor de -1,0 puntos, continuando de todas formas en un nivel neutral de confianza. En un horizonte más largo, el promedio móvil trimestral mantuvo la tendencia gradualmente creciente registrada en el último tiempo.
Al desagregar las cifras, casi la totalidad de los sectores productivos medidos se ubicó en un estado neutral de confianza durante el segundo mes del año. Lo llamativo es que esto permitió que el rubro del comercio acumulara un repunte de 15,9 puntos en el último año, alejándose del pesimismo en que sucumbió hasta febrero de 2015.
Una trayectoria que coincidió con la desaceleración de las ventas y con una expansión del PIB sectorial de 0,9% el año pasado, una cifra pobre que no obstante se compara con una caída de 0,3% en el ejercicio previo.
Otro rubro que ha mostrado un repunte desde niveles críticos de ánimo ha sido la industria, que en agosto de 2015 protagonizó un punto de inflexión que ha sostenido.
A este cuadro de estabilidad se suma la minería, que no termina de modificar el rumbo en ningún sentido. Ahí está entre el optimismo y el pesimismo pese a que la cotización del cobre ha bajado más de 50% en relación a su peak de US$ 4 la libra y hoy la referencia son los US$ 2 la libra.
Una de las excepciones en materia de confianza empresarial durante febrero correspondió al rubro agrícola, que transitó desde un nivel muy pesimista a uno moderadamente pesimista.
De acuerdo al reporte de CEEN-UDD, lo anterior estuvo principalmente influido por la percepción de la situación de la economía en tres meses más, que pasó de una situación extraordinariamente pesimista, a una levemente pesimista.
Esto coincidió con una baja en el precio del dólar, que pasó de $ 712 a $ 696.
El mundo financiero también vio un cambio, que implicó volver al nivel neutral, desde uno levemente pesimista el mes previo.
Entre las percepciones más importantes que registra el ICE, tanto la de la situación de la economía, como la relativa al precio de los insumos retornaron al nivel neutral desde uno levemente pesimista.
El número de trabajadores, no obstante, pasó de un nivel neutral a uno levemente pesimista.
Las demás percepciones se mantuvieron en el nivel neutral.
Por tamaño, destacó el retroceso en la percepción del número de trabajadores en las empresas grandes, mientras que sobre el resto de las variables -situación de la economía, negocio, insumos, inventarios- se observó una mantención en un segmento neutral.
La caída de los precios de los commodities, en particular del cobre, continúa generando impacto en la industria minera, repercutiendo directamente en las decisiones de inversión que toman las compañías.
Esto se ve reflejado en la cartera de proyectos mineros que elaboró Cochilco para el período 2016-2025, cuyo monto baja fuertemente frente a años previos.
“La cifra de la cartera de inversión para el período 2014-2023 era de US$ 104 mil millones, para 2015-2024 bajó a US$ 77.290 millones, con 42 proyectos, y hemos hecho un ajuste a la proyección para el período 2016-2025 conforme a la realidad del mercado, la que quedó en US$ 50.412 millones, con 35 proyectos”, revela la ministra de Minería, Aurora Williams.
¿Qué factores explican este profundo retroceso? Según la secretaria de Estado, esta merma no guarda relación con las reformas que lleva a cabo el gobierno, “sino que fundamentalmente hay condiciones de bajos precios, donde algunas empresas están esperando mejores precios para desarrollar sus proyectos y, en muchos casos, se están reevaluando los proyectos conforme a este escenario más complejo”.
El precio del cobre ha retrocedido 21,15% en los últimos dos años, al cierre de ayer, hasta US$ 2,314 la libra y en los últimos meses, incluso, se ha ubicado por debajo de los US$ 2.
No sólo bajó el monto de inversión, sino que también el número de proyectos: desde 42 a 35.
Williams precisa que cuatro proyectos entraron en operación y, por ende, salieron de la cartera, los que representan US$ 6.449 millones. Estos son Antucoya, de Antofagasta Minerals; Romeral Fase V, de CAP Minería; la ampliación de Minera Valle Central, de la canadiense Amerigo Resources, y la planta de Minera Escondida OGP1.
Las iniciativas que se retiran porque fueron reevaluados son cinco: “Primero, sale Pascua Lama, de Barrick Gold, que naturalmente está en una etapa de suspensión temporal. Lo que ha señalado la empresa es que replanteará el proyecto, por lo cual sale del horizonte de proyección de 10 años”, detalla la ministra.
“Asimismo, se retira de la cartera de 2016-2025 Nueva Andina Fase II, conocido como Andina 244, de Codelco”, dice, y agrega que este proyecto que es significativo desde el punto de vista del monto de inversión, de todos modos se mantiene sobre el horizonte de 10 años.
También dejan la cartera la ampliación de Pampa Blanca, de SQM; el proyecto El Abra MILL, de la estadounidense Freeport McMoRan en asociación con Codelco, y Relincho, dada la fusión con el proyecto El Morro. Aún no ingresa el proyecto fusionado llamado Corredor.
Hay dos proyectos que ingresan, y que sumanUS$ 470 millones: Orcoma, de SQM, de minería no metálica, y la ampliación de Molinor, que permite incorporar proyectos, acota.