La producción niquelífera en Cuba, ubicada entre las 10 primeras del mundo, abaratará sus costos en 2016 con el respaldo de inversiones por alrededor de 105 millones de dólares, confirmó un directivo del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
En entrevista con Prensa Latina, el director general de Minería del Minem, Juan Ruíz Quintana, aseveró que las obras avanzan en las fábricas Comandante Pedro Sotto Alba, operada por la compañía mixta Moa Nickel S. A., y Comandante Ernesto Che Guevara, ambas en Moa, en la oriental provincia de Holguín.
A mediados de este año, ilustró, entrará en operación comercial la nueva planta de ácido sulfúrico de la Pedro Sotto Alba. Ello permitirá cubrir la demanda anual de ese insumo, abaratar los costos empresariales e incrementar la producción final de sulfuro de níquel más cobalto.
Con capacidad para entregar dos mil toneladas diarias de ácido, la instalación entrará en operaciones en los próximos meses, luego de varios años de interrupción, y su costo total ascenderá a 190 millones de dólares, al sumar las obligaciones de pago por los créditos recibidos, indicó.
"Se trata de una obra de suma importancia": Moa Nickel S.A. precisó en 2015 la compra en el exterior de 476 mil toneladas de ácido sulfúrico, que mantuvo un precio promedio de 133 dólares por tonelada, incluyendo el flete por transporte marítimo, ejemplificó.
A partir del funcionamiento de la nueva planta de ácido, solo será necesaria la importación de azufre, aunque Cuba produce pequeñas cantidades, asociadas a la extracción de crudo y gas acompañante.
La nueva instalación propiciará el ahorro de un millón de dólares a la semana, al evaluar la demanda de ácido sulfúrico para los niveles actuales de producción en la Pedro Sotto Alba, informó.
Pero el efecto económico será mayor, pues el vapor generado por la planta se aprovechará en el proceso tecnológico de la industria y para producir electricidad, con un aporte equivalente al uso de unas 30 mil toneladas de petróleo al año, evaluó el especialista.
Ese margen de beneficio dependerá de las oscilaciones en los precios internacionales del petróleo, aunque de cualquier manera la fábrica saldrá ganando, si tenemos en cuenta también el favorable impacto medioambiental, comentó Ruiz Quintana.
Moa Nickel S. A., con la participación de la firma canadiense Sherritt, representa un elemento clave en las más recientes fases de expansión productiva de la Pedro Sotto Alba, que actualmente tiene capacidad para procesar unas 37 mil toneladas anuales de sulfuro de níquel más cobalto.
A juicio del director general de Minería del Minem, la nueva planta de ácido sulfúrico constituye una de las más importantes inversiones del sector minero en Cuba durante los últimos años.
Otro empeño fundamental es la modernización de la empresa estatal niquelífera Comandante Ernesto Che Guevara, a fin de mejorar su eficiencia industrial, sobre todo en lo relativo al consumo energético, manifestó el entrevistado.
Perteneciente al grupo Cubaníquel, el complejo introducirá cambios tecnológicos en su matriz energética, pues se estudia la posibilidad de que pueda trabajar con otros tipos de combustibles (carbón, petcoke y gas) a fin de abaratar los costos, apreció.
Entre las faenas en marcha figuran la compra de equipamiento y la adecuación del terreno para el secado solar y la homogenización parcial del mineral, corroboró.
En estos momentos todo el secado del mineral depende del combustible fósil, así que resulta fácil comprender la importancia de reducir la humedad mediante el aprovechamiento de la energía solar, comentó.
Además, está prevista la reparación capital de varias plantas de proceso, incluida la de Hornos de Reducción, la cual constituye el corazón de la fábrica. Estas labores deberán concluir en 2019 y dispondrán financiamiento proveniente de China, anunció.
Para el verano de 2016 entrará en operaciones otra inversión fundamental: la nueva presa de cola de la Che Guevara; es decir, otro depósito al aire libre con vistas a almacenar los residuos sólidos, en cuyo contenido hay alto porcentaje de hierro, notificó.
El embalse tendrá capacidad para acopiar todos los residuos minerales que podrán generarse en los años venideros, mientras dure la vida útil de los yacimientos concesionados a la fábrica, cuya capacidad de diseño asciende a 30 mil toneladas anuales, fundamentalmente de sinter de níquel, afirmó Ruíz Quintana.
Previsto como una obra por etapas, el reservorio está siendo construido entre montañas, con estricto respecto a las exigencias medioambientales establecidas en la legislación nacional, observó.
Irá avanzando según los requerimientos productivos de la industria y, cuando llegue a su final, representará una inversión de aproximadamente 100 millones de pesos (incluidas las monedas libremente convertibles), acotó.
"Las presas de cola aseguran la salvaguarda de recursos minerales para las futuras generaciones de cubanos, pues contienen millones de metros cúbicos de hierro y otros minerales en depósitos acumulados durante décadas", valoró el funcionario.
Dentro del territorio de Moa, las áreas otorgadas en concesión a las compañías Moa Nickel S.A. y Comandante Ernesto Che Guevara poseen una reserva mineral estimada para más de 20 años, considerando los actuales niveles de extracción por ambas entidades, aseguró.
Por primera vez en su historia, Cuba está inmersa en la producción de ferroníquel, a partir de una empresa mixta con Venezuela, Ferroniquel Minera S.A., en la que el socio extranjero cuenta con el 49 por ciento de las acciones, ratificó el experto.
Los procesos de producción de ferroníquel a partir de las lateritas son omnívoros; es decir, aprovechan prácticamente todo el mineral, y en el caso de Cuba estará compuesto por 66 por ciento de hierro y 33 por ciento de níquel, explicó.
Con ubicación también en Moa, la futura unidad de Ferroniquel Minera S.A. empleará como materia prima la parte dura de la laterita disponible en las minas explotadas anteriormente por las dos fábricas productoras en la zona.
También podrán utilizarse los depósitos disponibles en la localidad de Nicaro, distante a unos 70 kilómetros; es decir, relativamente cerca, expresó.
A escala internacional, este tipo de negocio suele estar entre los exitosos del sector, pues los residuos conocidos como escorias, pueden emplearse directamente en la fabricación de materiales constructivos.
Para Cuba significará un paso muy positivo de cara a los programas de viviendas y las edificaciones previstas en ramas como el turismo, expuso Ruíz Quintana.
Como parte del proyecto, concluyó el movimiento de tierra y la ingeniería básica, mientras existen avances en la ingeniería de detalles y la selección de los suministradores de equipos, precisó.
La nueva compañía recibió una licencia minera por 25 años, pero hay disponibilidad para prorrogar la vida útil de la planta por más de 60 años al contar la existencia de mineral en Moa y Nicaro, subrayó.
Según recordó, más del 80 por ciento de la producción mundial de níquel tiene como destino la producción de aceros inoxidables o especiales, y el ferroníquel cubano dispondrá de óptimas cualidades para emplearse de forma directa en las siderurgias.
Una vez que estén disponibles los financiamientos para la construcción y el montaje, la inversión de Ferroniquel Minera S.A. deberá ejecutarse en tres años, enunció.
Ninguno de los proyectos, recalcó, queda exento de las exigencias medioambientales y también por ley las entidades están obligadas a destinar provisiones anuales para la rehabilitación de las áreas donde concluyeron las explotaciones mineras, en especial para la reforestación de las mismas.
De acuerdo con estimaciones geológicas, Cuba posee reservas de minerales superiores a los mil millones de toneladas, un potencial abierto a la inversión extranjera directa, según la cartera de oportunidades presentada por el gobierno.