La implacable caída de los precios del petróleo hizo una pausa después de un retroceso de más de 70% desde su máximo de 2014. La pregunta ahora es si el reciente repunte podría provocar una nueva espiral descendente.
Los precios del crudo acumulan un alza de más de 45% respecto de un mínimo de 13 años registrado en febrero, impulsados por las negociaciones entre Arabia Saudita, Rusia y otros productores importantes con miras a fijar un límite a su producción. Una reducción temporal en el suministro global de petróleo tras interrupciones en Nigeria e Irak también ha contribuido a impulsar el mercado.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) indicó el viernes que los precios del crudo podrían haber tocado fondo y proyectó un descenso de casi 530.000 barriles diarios en la producción estadounidense este año. El informe pareció respaldar el mayor optimismo que impera en el mercado y la cotización del crudo de referencia en Estados Unidos subió 1,7% para ubicarse en US$38,50 el barril.
El actual repunte, sin embargo, podría plantar las semillas de su propio fin, advierten analistas. El alza de los precios podría alentar a las empresas de energía de esquisto a volver a incrementar su producción, lo que nublaría las previsiones de un menor suministro estadounidense. Los yacimientos de esquisto se pueden perforar mediante la fracturación hidráulica en cuestión de meses, mucho más rápido que otros tipos de reservas en las que se trabaja por años antes de explotarlas.
“Mi preocupación es que si el mercado se vuelve a disparar a US$50 el barril (…) acabaremos con otro problema dentro de seis meses”, señala Jeffrey Currie, director de investigación de materias primas de Goldman Sachs Group Inc. “Uno estaría asumiendo mucho riesgo al entrar a este mercado tan temprano”.
Goldman Sachs indicó en un informe divulgado el viernes que el suministro almacenado de petróleo y productos refinados tiene que caer antes de que se produzca un repunte de precios sostenible.
El aumento del petróleo ha sido parte de un repunte de las materias primas que también abarca desde los precios del oro y el cobre hasta los del cacao y la carne de cerdo. En el caso del crudo, sin embargo, muchos inversionistas reconocen que todavía buscan indicios de un aumento significativo de la demanda de materias primas o una caída importante del suministro que justifique las alzas de precios.
“Nos hemos movido demasiado con tan poca información”, advierte George Zivic, gestor de portafolio del Oppenheimer Commodity Strategy Total Return Fund, que administra US$250 millones. La semana pasada, cerró sus posiciones de cobre, aluminio y zinc.
Los aumentos en los precios de los commodities a menudo se topan con el mismo dilema: ¿acaso un súbito repunte de las cotizaciones llevará a un incremento de la producción y a un exceso de oferta en el mercado? La recuperación del crudo en el segundo trimestre del año pasado demuestra que esto puede ocurrir.
Los precios del petróleo subieron 40% entre mediados de marzo y comienzos de mayo de 2015 y llegaron a US$60,75 el barril después de haber descendido a US$43,46. Los inversionistas se lanzaron ante las expectativas de que el derrumbe de los precios desataría una veloz caída de la producción de esquisto de EE.UU. Los analistas proyectaban que los precios ascenderían a US$70 el barril para 2016.
No obstante, el alza de precios también permitió que los productores acordaran los precios a futuro e invirtieran en nueva producción. La cantidad de plataformas volvió a subir a medida que las empresas bombeaban más con miras a apuntalar su flujo de caja.
Algunos productores dijeron a inversionistas que, debido a los ahorros de costos y con los precios por encima de US$60 el barril, se podían dar el lujo de explotar nuevos yacimientos. Para agosto, sin embargo, el crudo había descendido a nuevos mínimos.
Las reducciones de costos permiten a las empresas elevar la producción a precios incluso más bajos. Chevron Corp. podría perforar 4.000 pozos en la cuenca Pérmica, en Texas, que pueden ser rentables con precios inferiores a US$50 el barril y algunos pueden generar ganancias con precios por debajo de US$30 por barril, explicó su presidente ejecutivo, John Watson, la semana pasada. Chevron tiene 16 plataformas de perforación en la región que empezarán a producir dentro de seis a 12 meses. “Pensamos que esos pozos que están siendo perforados serán económicos con las clases de precios bajos que observamos hoy”, añadió.
El exceso de oferta de petróleo parece estar aliviándose respecto de la situación que imperaba hace un año. La producción en EE.UU. cayó en diciembre frente a igual mes del año previo por primera vez desde 2011, según la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés). La producción global, en tanto, bajó 0,7% en los dos primeros meses de este año, señaló el viernes la Agencia Internacional de Energía.
Sin embargo, la producción iraní aumentaría este año en cientos de miles de barriles al día, dicen analistas, conforme se levantan las sanciones internacionales.
Los inventarios de crudo estadounidense están en su nivel más alto en más de 80 años. Cushing, Oklahoma, un centro clave de almacenamiento y el punto de entrega de los contratos a futuro que se transan en Nueva York, guardaba en septiembre 66,9 millones de barriles, 92% de su capacidad estimada, según datos de la EIA.