Dos seminarios el mismo día se convirtieron en testimonio de la atención que está generando en el mundo económico-empresarial el proceso de cambios a la actual Constitución que está promoviendo la administración de Michelle Bachelet.
Desde actores convencidos de la necesidad de ajustes a la Carta Fundamental, sobre todo apoyados en un argumento de falta de legitimidad de la misma en la población chilena, hasta aquellos que no moverían un ápice se dieron cita en un encuentro organizado por Icare y otro por Clapes-UC.
El foco de las implicancias en la economía fue parte de las exposiciones y, de nuevo, las posturas fueron desde un extremo a otro. Lo que sí pareció ser transversal fue la reconocida necesidad de escuchar las distintas posiciones bajo una lógica técnica, ajena a ideologismos.
Por Fernando Duarte M.
"¿Por qué necesitamos un nueva Constitución?", se preguntó ayer el ministro del Interior, Jorge Burgos, mientras inauguraba el seminario "Orden Público Económico y Nueva Constitución", organizado por Clapes UC. Acto seguido, respondió: por un tema de legitimidad y confianza.
El jefe de gabinete realizó una exposición en el Salón de Honor de la casa central de la UC, en la que abordó el proceso constituyente, que según dijo se "ajusta a legitimidad".
Ello, porque la redacción de una nueva Constitución goza con "consentimiento" y para demostrarlo aludió a la Encuesta Nacional hecha por la Universidad Diego Portales en 2015. En ella, el 79% de los consultados pidió un nuevo ordenamiento jurídico.
No implicará retroceso
Sin embargo, el secretario de Estado reconoció que "han surgido voces de alarma por minorías intensas movilizadas políticamente", pero advirtió que "ese riesgo no existe".
Comentó que la convivencia en democracia exige confianza, cuestión esencial para la redacción de una Constitución "porque la de hoy no la entrega".
Ahí radica el origen de todo el proceso que se está viviendo, explicó el ministro, quien reiteró que hay inquietudes, en especial en lo que dice relación con la economía.
"Ven una amenaza y que esto implicaría un retroceso", dijo Burgos, quien difiere de esa apreciación.
Y es que para el secretario de Estado una nueva Carta Fundamental es más una oportunidad y un reto.B
"Los dos pilares de la economía son mercado y Estado y el desafío es más y mejor mercado y más y mejor Estado", subrayó.
Agregó que la economía no se va a "descarriar" y que se seguirá estimulando la libre competencia, la protección de los ciudadanos, la regulación en la relación de las empresas con las personas, entre otros temas.
"No existe un riesgo para la economía, si no que una oportunidad para más prosperidad", insistió, antes de añadir que se deben perfeccionar las instituciones del mercado y los problemas que existen en el aparato público para "elevar la eficacia y eficiencia del Estado".
Ante la atenta mirada de economistas y docentes universitarios, el ministro afirmó que este proceso "no partirá de cero", porque la "Constitución vigente ha sido eficaz".
Comentó, eso sí, que la paradoja es que carece de "aprecio", es impopular y genera insatisfacción en gran parte de la ciudadanía.
Por eso, la Presidenta de la República convocó al Consejo Ciudadano de Observadores, el que contempla la realización de un plebiscito al final de todo el proceso de cabildos y discusiones ciudadanas.
"La Constitución debe ser la casa de los chilenos y los debe interpretrar a todos", aseguró el ministro de Interior, quien está esperanzado en que con una nueva Carta Fundamental se "abandonen actitudes negativas".
En su estreno en Icare como el nuevo presidente del CEP, el abogado Enrique Barros admitió que tiene muchas coincidencias con Fernando Atria respecto de la actual Constitución, una de ellas es que el haber sido redactada en"dictadura? genera una sensación de deslegitimidad.
Sin dejar de sorprender a algunos de los empresarios presentes en la mesa redonda"Constitución: de los procesos a los contenidos?, sostuvo que la Carta Fundamental de 1980 tiene un"problema de origen?, aunque acto seguido también aclaró que en ella"los elementos fundamentales están y los que verdaderamente hacían lo que Jaime Guzmán expresaba han sido uno a uno limitados" Esto último, en alusión a temas como reglas del estado de excepción, el artículo Octavo y senadores designados, entre otros.
En ese escenario, añadió,"lo que pasa con la Constitución vigente es que hay una figura fantasmagórica que se llama Pinochet. Y yo, francamente, pienso que el aspecto simbólico de la Constitución es muy importante. La Constitución debe ser la estructura básica que nos une y que nadie pueda calificar de ilegítima. El costo que tiene la argumentación que ha señalado Fernando respecto de esa sensación de ilegitimidad que puede haber extensamente reproducida en la sociedad chilena es un costo muy grande para la organización política, para la economía, para la sociedad"
De ahí que explicara que su posición respecto a la Constitución no es desde el punto de vista material sino procedimental, un instrumento"cargado de una nota de ilegitimidad"
Más allá de esas coincidencias dijo que una constitución democrática se basa en dos principios: que se le reconocen derechos a las personas y que la función fundamental del Estado es proveer de bienes públicos y que todas las personas logren un cierto nivel de igualdad de oportunidades, en cosas como educación, salud, seguridad pública, entre otras.
Si bien considera"natural? que en democracia el Estado cumpla un rol de redistribución, planteó sus dudas sobre que las"políticas sociales? deban ser asumidas como derechos y, por ende, incluidas en la Constitución."
