Durante el fin de semana los combustibles tuvieron un aumento promedio del 6% en las redes de todas las empresas, y habría otra suba en abril que dependerá sobre todo de lo que pase con el tipo de cambio. YPF comenzó a aplicar los nuevos precios a la 0 hora del sábado y después siguieron las demás. El porcentaje de incremento es un promedio a nivel nacional, por lo que puede haber casos, ya sea lugares o productos, por encima o por debajo.
Según la información de YPF, en Capital Federal el litro de nafta súper pasó de $ 13,80 a $ 14,64 (6,08%), la nafta premium desde $ 15,56 a $ 16,53 (6,23%), el diésel desde $ 12,55 a $ 13,32 (6,1%), y el gasoil premium desde $ 14,38 a $ 15,28 (6,25%).
El Gobierno dio marchas y contramarchas con este aumento. A principios de enero, el acuerdo con las petroleras incluyó una suba del 6% desde ese mes y otra del 10% a partir de marzo. En la última semana, en cambio, la preocupación por la inflación llevó a los funcionarios oficiales a recortar el alza pactada hasta un 7% u 8% , y finalmente se autorizó sólo un 6%.
Sin embargo, el objetivo oficial de máxima era que el de marzo fuera el último aumento del año, y ahora se terminó acordando una nueva revisión el mes próximo debido a la incertidumbre que genera el tipo de cambio. En la semana anterior el valor del dólar llegó a un máximo de $16,09, aunque luego cayó y el viernes terminó en $ 15,48.
A este último valor, la devaluación desde el 4 de enero fue del 14,5%, por encima de las estimaciones hechas al acordarse entre petroleras y Gobierno. Desde el Ministerio de Energía buscaban que las refinerías, que compran el petróleo según el tipo de cambio, absorbieran esa diferencia, con el argumento de que tuvieron márgenes muy altos de ganancias en 2015.
Sin embargo, esa pretensión del oficialismo parece haber chocado con resistencia por parte de las empresas refinadoras, que ya habían asumido buena parte de la devaluación inicial del Gobierno. El límite a la estrategia oficial surge del esquema vigente: el precio interno del crudo oscila entre u$s 54,9 y u$s 67,50, frente a valores internacionales inferiores a u$s 35.
Con esos precios se busca mantener la actividad y el empleo en las provincias petroleras, aunque ya hay caída de inversión y suspensiones de personal, pero si no se pueden trasladar al público el efecto no va a ser el esperado.