(Enviado especial a Toronto) El público va y viene en cantidad. Es menos que aquel record de 30.000 de 2012, algunos dudan de los 20.000 que prometió la organización. Lo que importa, repiten todos, es el clima de negocios y el levantón del oro en enero-febrero le ha cambiado cara, pronóstico y planes a unos cuantos.
Al comienzo de la feria, el índice de las exploradoras en la Bolsa de Toronto había crecido el 40% en 2016, impulsado por la onza de US $ 1.240 por onza; pero el Índice Compuesto de riesgo S & P / TSX maltratadas de las empresas más pequeñas había ganado sólo el 5 por ciento.
La cita de la Prospectors and Developpers Associaton (PDAC) le dejará este año a Toronto US$ 60 millones en la feria misma, eventos conexos, hotelería, gourmet y regalos para la familia
En las que ya no se habla de la obsesión por el low cost sino en cuando, cómo y donde se revertirá el ciclo negativo de las commodities, que como dijo el brasilero consultor del BM, Paulo de Sa en el Peru Day, no tiene otra raíz que la sobreoferta. Las mineras cerraron 2015 con la paradoja de records de producción y más o menos pérdidas.
Los latinoamericanos, a los que esta vez les tocó una deliciosa primavera anticipada de 11°C, son grandes animadores de la feria. Los de siempre, que ya conocen el oficio de mostrarse aquí, y nuevos jugadores, como Ecuador, que le sopló el espacio a la Argentina cuando el recordado Jorge Mayoral hizo la canallada de no pagar la locación.
El desplegado espacio ecuatoriano, en el cual hubo un derroche de champagne, cacao y sombreros panamá, es ahora vecino del Argentine Pavilion de Guillermo Re Kuhl, quien cobijó a unos 15 sponsors, entre empresas y provincias.
La Argentina estatal tuvo que conformarse con un módico espacio, a unos cincuenta metros, cedido a las apuradas y montado a toda prisa. En el contiguo Trade Exhibitors, la estatal catamarqueña CAMYEN se mezcló entre dos centenares de mineras para ofrecer La Hoyada, Cerro Atajo, Filo de las Vicuñas, Vernancua y otras áreas de su portafolio
Como todos los años, el puntapié inicial de la movida argentina fue el breakfast de Re Kuhl y sus colaboradoras de Alto Americas en el Sheraton, donde el barbudo empresario mostró su incansable optimismo flanqueado por los gobernadores Lucía Corpacci y Sergio Uñac.
Como toda partitura arranca por la primera nota, allí comenzó a sonar el hit argentino de esta feria: el adiós al cepo, retenciones, trabas a las remesas, dólar múltiple, etc nos han devuelto la competitividad han dicho a su turno funcionarios nacionales y provinciales (incluso los peronistas) y empresarios de toda índole.
Argentina, ese es el mensaje, ha vuelto a los mercados. Los inversores de turno a su paso prefieren corregirlos con muchas preguntas y cautelosas respuestas.
Ted Rogers, el célebre pionero de la radio canadiense cuyo monumento desafía al frío a metros de la PDAC, podría pedirle derechos de autor al secretario de Miner{ia Daniel Meilán. Su bronce (el de Rogers) luce el lema “The best is yet to come”, el mismo mensaje up que la Argentina vino a decirle a propios y extraños.
La noche de las trabas ya pasó y necesita inversiones para desarrollar su minería, repite la delegación. Tantas como US$ 16.000 millones en la misma cartera de proyectos que quedaron hibernando por las axelnomics.
En el salón 205, en el first time del lunes, y ante un auditorio poblado mayoritariamente por connacionales, Meilán, luego asistido por su subsecretario Mario Capello, y los ya mencionados Uñac, Corpacci, el sindicalista Héctor Laplace y el diputado PRO Eduardo Cáceres, Argentina hizo ayer una escueta y trabajada presentación.
La ponencia, cuya versión gráfica acompaña a esta nota, tuvo como virtud un principio de realidad que la anterior gestión había abandonado. Meilán cifró en 435 proyectos posibles de explorar en la Argentina y en una docena los que podrían arrancar si los inversores les dan bandera verde. Mining Press le preguntó cuáles veía más factibles de comenzar a transformar en minas antes de 2019. Pachón y Agua Rica, a juicio del funcionario, encabezan la lista
El clima del mini Argentina Day en la PDAC fue ameno y cordial, sin preguntas exigentes y con detalles de color. Como el homenaje del veterano empresario italo-canadiense Joseph Grosso, líder de Golden Arrow, a Meilán; la llamativa adhesión y comprensión de Laplace a la gestión del macrismo (“no se les puede pedir demasiado en 70 días; sostenemos a esta política y a este secretario de Minería”) y la curiosa declaración de amor futbolero de Cáceres, quien para exaltar a su jefe presidente recordó que llevó a Boca Juniors a la cima mundial por encima del Real Madrid y el Milán.
En salones contiguos, Perú y Ecuador se entregaron a presentaciones más elaboradas de sus atractivos, apoyadas por información sistemática de sus servicios geológicos. Una misión que difícilmente hoy podría ejecutar con eficiencia el anquilosado SEGEMAR al que el nuevo gobierno ha prometido modernizar y transparentar, un verbo que está de moda entre los mineros del mundo.
La misma presentación, como un músico en gira, ha proyectado y recitado Meilán ante distintos auditorios. Algunos más punzantes como el del mediodía de ayer, en el Canadian Council for the Americas (CCAC), en el cual los anfitriones quisieron las máximas precisiones sobre estabilidad fiscal (“la Ley de Inversión Minera volvió a tener plena vigencia”, dijo el funcionario), sustitución de importaciones (“la Mesa de Homologaciones Mineras no existe más, pero eso no significa que en Argentina entra cualquier cosa”) y los conflictos con los sectores opuestos a la minería (“vamos a buscar diálogo y consenso pero con la directiva presidencial de que la Argentina debe ser Política de Estado”)
En los diversos foros, Meilán y los argentinos han puesto énfasis en que la tarea que viene es unificar políticas con las provincias. Para ello, además del Consejo Federal Minero (COFEMIN), el gobierno propone acudir a la herramienta política de la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI), una opción en principio descartada pero ahora posible tras los puentes tendidos entre gobernadores y el macrismo.
Para esa movida, dictámenes como el reciente Informe Fraser pueden resultar un aliado. La encuesta entre 450 empresarios de la minería global, cerrada en noviembre, castigó duramente a provincias argentinas.
Como San Juan, que cayó 40 puntos en el atractivo. Salta, por esas cosas caprichosas de los sondeos, sigue midiendo al top sin haber estrenado ninguna mina metalífera, sin duda beneficiada por su promesa de no alentar a las mineras provinciales. Se quejan del ranking los cuyanos, que trajeron a PDAC unos 30 mineros, proveedores y funcionarios. Salteños sólo vinieron tres.
“Estábamos en la B y en dos meses ascendimos y nos alejamos del fin de la tabla, no pretendamos salir campeones”, metaforizaba ayer en clave de futbol un empresario referente de la actividad que supo criticar duro al recetario K.
“Nos han llamado varias mineras grandes que no puedo nombrar, para preguntarnos por proyectos en la Argentina”, decía un ejecutivo de una junior canadiense sobreviviente del naufragio que hundió a 900 empresas del listing de Vancouver y Toronto.
Todo ocurrió después de diciembre y en Toronto todos saben de Macri pero quieren saber más. Como lo hicieron los CEO´s de las faenas y exploraciones en la Argentina, en un café invitado por Marcelo Álvarez, el Goldcorp pope de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM). Allí se juntaron con la nueva autoridad minera. los numbers one que en los últimos años sufrieron como pocos la política económica argentina,
El encuentro fue catalogado por los anfitriones como excelente. Las empresas felicitaron al gobierno por la velocidad y contundencia de los cambios y solicitaron apoyo para unificar políticas en las provincias, por la estabilidad de las reglas de juego y para revertir las complicadas, como las de Chubut y Mendoza. A todos les preocupa lo mismo: la decena de minas en operaciones avanzan en su ciclo vital y no se inician nuevos proyectos.
Meilán, el más nombrado en esta crónica, suele jactarse de su franco carácter expansivo, En nombre de eso, recuerda con insistencia que cuando dejó el cargo similar a fin de los ’90, la Argentina rankeaba 4° en el ya mencionado Fraser.
Pero no somos lo que fuimos sino lo que somos. Como decía aquella canción de Serrat, “Bienaventurados los que están en el fondo del pozo, porque de ahora en adelante sólo cabe ir mejorando”.