La caída abrupta del precio de las materias primas está obligando a las mineras a revalorizar sus activos. Es que con las perspectivas de cotización de los metales, sus yacimientos no cuestan lo que las firmas pensaban hace un tiempo.
En ese proceso está la minera polaca KGHM, que adelantó que tras hacer un test de deterioro redujo la valorización de varios de sus activos, produciéndose una pérdida financiera de US$ 1.298 millones.
Aunque en el análisis participan otras minas como Franke (Chile), Robinson (Estados Unidos) y yacimientos en Canadá, es Sierra Gorda, ubicada en Antofagasta, la de mayor impacto debido a su tamaño.
La estatal europea posee el 55% de esta faena, mientras que la japonesa Sumitono ostenta el 45% restante.
El vicepresidente de KGHM compañía, Stefan Witkowski, explicó que siguiendo las tendencias del sector y asumiendo supuestos macroeconómicos más conservadores, en particular para el cobre en los próximos cuatro años, “se hizo necesario realizar una actualización adicional del valor de algunos de los activos internacionales del grupo“.
Sierra Gorda es hasta ahora la mayor inversión de la polaca en el exterior, que en la primera fase requirió una inversión aproximada de US$ 4.200 millones. Ya la nipona Sumitomo había reconocido una pérdida financiera de US$ 800 millones por este activo.
Eso sí, la polaca explicó a través de un comunicado que “las pérdidas por deterioro que hayan sido reconocidas no tienen impacto en la estabilidad financiera de KGHM. Tales pérdidas contables están siendo reconocidas por numerosas empresas en el sector de los productos básicos en Polonia y en todo el mundo”.
Para enfrentar el difícil momento de la industria y mejorar su operación, los socios de Sierra Gorda han mantenido reuniones para unificar miradas sobre el futuro del yacimiento, cuya producción anual de cobre está estimada en 220 mil toneladas.
En febrero el presidente del comité ejecutivo de KGHM, Krzysztof Skóra, y el vicepresidente del comité ejecutivo para el Desarrollo, Mirosław Bilinski, se reunieron con Sumitomo y “hablaron sobre la situación operativa y financiera actual del proyecto y los desafíos que se plantean ante este proyecto”.
“Sierra Gorda constituye un activo extranjero clave de KGHM, pero las turbulencias actuales en los mercados de materias primas y los desafíos operativos de la mina influyen directamente en la situación financiera de Sierra Gorda y de los accionistas. Acordamos que juntos haremos todos los esfuerzos necesarios para que la mina supere las dificultades que se plantearon en el camino hacia conseguir las capacidades productivas planeadas y la independencia financiera”, dijo Skóra en su momento.