MARIANGEL MARCOS *
A muchos les parece que fue ayer aquella campaña electoral que llevó finalmente a Ollanta Humala a la presidencia, la misma que tuvo al proyecto minero Conga como uno de sus álgidos.“Agua si, oro no” se escuchaba durante los mítines de uno y otro signo.
Luego, el candidato triunfante se vería obligado a cambiar su discurso electoral: Porque Perú es un país minero, y porque la minería mueve la economía para arriba o para abajo. Ollanta tuvo que adecuarse a ese camino, dejando su sesgo izquierdista a un lado.
La cuestión es que cinco años después Conga, en Cajamarca, sigue congelado, y para completar su ciclo, Tía María, en Arequipa, se muestra en similar situación, pese a reciente insistencia de Southern.
Hoy, en el afán de conseguir votos, los candidatos en lugar de propuestas se cuelgan de los casos mediáticos sin medir las consecuencias, lo mismo que hizo Humala cuando juntaba votos.
Ya era conocida la propuesta de la líder de izquierda Veronika Mendoza, secundada por el ex-sacerdote y activista ambiental Marco Arana, férreo opositor de las grandes mineras. Pero su posición, aunque no guste a muchos, no sorprende porque las bases políticas del Frente Amplio vienen de las entrañas de la izquierda pura. Pero las encuestas la ponen lejos de los primeros puestos.
Pero lo preocupante para el arco minero son las posiciones de los candidatos, conocidas en vísperas de la PDAC 2016, a la que otra vez irá Perú como país auspiciador, con sus empresarios y funcionarios en su afán de atraer inversiones.
Los empresarios y gremialistas del sector se ilusionan con que el futuro presidente del Perú siga un evangelio “pro-minero”. Estabilidad, reglas claras y respaldo político es el mensaje que pretenden dar al inversor extranjero en un contexto internacional complicado.
Pero todo puede cambiar, porque los que encabezan las encuestas volvieron a tomar el tema Conga como caballito de batalla. En Arequipa, y dándose un baño de popularidad, el candidato morado Julio Guzmán, que casi queda fuera de la contienda, ya dio un mensaje: Si el pueblo no quiere, ni Conga ni Tía María van.
En medio de esta campaña revuelta, Keiko Fujimori también utilizó Conga para tentar los favores de los posibles votantes. Todo vale para perfilarse en la segunda vuelta, incluso arrumbar aquello de que desarrollar la minería era algo primordial.
Conga así no es viable. Por ahora no. Dijo en Cajamarca, a favor de lo incuestionable, la agricultura y el agua. Recordando las viejas consignas de Humala.
El candidato del Nacionalismo, Daniel Urresti, también ha seguido la misma línea, tomando a Conga No como bandera de simpatías. Aunque, según los sondeos, esto tampoco le servirá.
Newmont, Buenaventura, Southern esperan que el próximo gobierno los ayude a destrabar los conflictos. Pero mientras tanto los mensajes anti proyectos van marcando un inquietante rumbo.
*directora de Mining Press Perú
