San Leon Energy, la compañía de exploración petrolífera que se dedica a buscar shale gas (o gas de esquito o gas pizarra) a través de Europa, ha decidido retirar seis peticiones de licencia en España. Una decisión que muestra las dificultades del fracking en España, donde ha sido muy contestado y no termina de arrancar entre la inacción política (cuando no directamente oposición) y las trabas administrativas.
Según ha publicado el BOE, su filial Frontera Energy pidió la retirada de los concursos el pasado 1 de diciembre sin dar más razones y ahora el ministerio de Industria ha concedido el desestimiento. Frontera había pedido licencias para explorar en Navarra, el País Vasco, Aragón y Cataluña y la empresa no ha querido comentar su retirada aunque mantiene otras cuatro que ya han sido aprobadas para buscar petróleo en España, según explica en su página web la compañía.
En concreto se trataban de los permisos de investigación Quimera, que cubría áreas de Navarra y Aragón; el permiso de investigación Pegaso, también en Navarra y País Vasco, así como los permisos de investigación de hidrocarburos denominados Perseo, Prometeo, Atlas y Helios en Cataluña y Aragón.
El futuro del fracking, la técnica de fracturación hidráulica con la que se obtiene el gas y el petróleo, ha sido objeto de polémica entre administración central y comunidades autónomas, con visitas a los tribunales incluidas, con las protestas de los defensores del medio ambiente de fondo. En pleno boom del petróleo, el interés por el fracking creció exponencialmente, si bien el reciente desplome del petróleo hace dudar de la rentabilidad de una técnica que ha dado grandes resultados económicos en EEUU.
"La situación del shale en España difícilmente podría ser más complicada", explica Juan Carlos Muñoz Conde, miembro del comité de expertos de la Comisión Europea para el desarrollo de esta técnica. "Tenemos unos precios energéticos muy bajos, no tenemos gobierno que tome decisiones sobre inversiones a largo y el fracking no ha desarrollado un nivel de aceptación pública suficiente en la mayor parte de Europa".
Las peticiones de Frontera se realizaron en febrero y marzo de 2011, por lo que tras cinco años infructuosos la empresa abandona el país, aunque recuperará sus garantías financieras aportadas. "Con la excepción de Reino Unido, los gobiernos no lo están impulsando", concluye Muñoz-Conde.
San Leon es una de las cuatro empresas, junto a BNK Petroleum, R2 Energy y Heyco, que formaban parte del lobby Shale Gas España, plataforma que defendía esta técnica en el país. David Alameda, director de Shale Gas España, explica en declaraciones aelEconomista.es que la decisión de San Leon es una "decisión empresarial", aunque añade que hay "otras empresas dedicadas al fracking que quieren seguir en España".
Desde 2011, las empresas de fracking no han realizado nuevas solicitudes para exploraciones, una situación provocada por la "inacción" de las administraciones públicas cuando no diretamente por sus intentos de prohibir la polémica técnica de extracción de hidrocarburos.
Alameda asegura que "no hay sustento científico" en las acusaciones de contaminación y terremotos que se suelen vertir sobre la industria y aboga por permitir "una actividad que genera empleo". Actualmente, pese a los problemas legales, hay proyectos activos, como el de BNK en Burgos, aunque todavía no ha habido ningún pozo perforado con perforación hidráulica.