Una nueva etapa anunció la minera canadiense Barrick para su proyecto Pascua Lama, ambiciosa iniciativa de carácter binacional y que a pesar de sumar casi una década en desarrollo, sigue paralizado tanto por factores ambientales como financieros.
Según ayer reconoció el presidente de la compañía, Kelvin Dushnisky, el equipo directivo ha ordenado una reformulación total del proyecto minero. Pero eso no es todo: además, el ejecutivo admitió que la empresa está abierta a recibir un socio.
En el marco de una conferencia global de minería y metales organizada por BMO Capital Markets, el presidente de Barrick señaló que al interior en la minera están trabajando en un rediseño completo del proyecto, pero que pese a ello, éste solo será reactivado una vez que “el mercado sea el correcto”.
“Este año estamos enfocados en un estudio de optimización, pero diferente al del año pasado donde buscábamos optimizar la construcción final en base al plan de diseño original. Ahora miramos a Pascua Lama diferente, cómo podemos potencialmente construir el proyecto con una mucho menor intensidad de capital, tal vez un menor tajo, mayores leyes (…) estamos muy abiertos pero la intención es bajar el costo y habrá un momento, cuando el mercado sea el correcto, en que consideremos comenzar Pascua Lama de nuevo, pero no antes de tiempo, y es un proyecto en el consideraríamos un socio”, dijo.
“En definitiva estamos trabajando en estar seguros de mantener la opción y reducir los costos”, agregó.
Este año la minera invertirá entre US$80 y US$100 millones en el proyecto, por debajo de los US$188 millones de 2015. Esta reducción, explican, se debe a la aprobación del plan de cierre temporal visada por los reguladores de Chile y Argentina a finales de año.
“La ejecución del plan suspensión temporal podría requerir ajustes resultantes de las acciones regulatorias y legales y las condiciones meteorológicas, lo que aumentaría los costos asociados con el plan”, advirtió la empresa.
El 31 de agosto del año pasado, Barrick solicitó Sernageomin la suspensión temporal del proyecto por problemas ambientales. Este permiso se le otorgó por dos años.
Un proceso similar realiza Barrick para su proyecto de oro, plata y cobre ubicado en la Región de Atacama, Cerro Casale.
“En Cerro Casale, nuestros planificadores están evaluando un escenario que reduciría el capital inicial en torno al 75%, al tiempo que ofrece retornos de dos dígitos”, indicó la empresa en un documento enviado por la compañía a la Securities and Exchange Commission (SEC).
El proyecto minero fue sacado del portafolio de Barrick luego que en noviembre de 2014 recibiera los resultados de un estudio sobre la rentabilidad. Este aseguraba que no había una alternativa identificable para que la iniciativa obtuviese una tasa de retorno suficiente para su tamaño y complejidad.